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· Semiótica del debate barcelonés

© 2011 Josep Marc Laporta

Sesión alterada de gallinero o un coloquio al más puro estilo Sálvame de Luxe es el talante que otorgaron al espectador los candidatos a la alcaldía de Barcelona en el debate televisado por TV3 y BTV en la noche del pasado 13 de mayo del 2011. Jordi Hereu (PSC), Xavier Trias (CiU), Alberto Fernández Díaz (PPC), Ricard Gomà (ICV-EUiA) y Jordi Portabella (UxB) en ocasiones se mostraron crispados, agresivos e incluso gritaron como si estuvieran en una discusión de bar. Los modales que había impuesto el moderador, Josep Cuní, que al principio del debate indicó que se podían “interrumpir, pidiendo primero la palabra”, en muchos momentos sólo tuvo validez la primera parte de la solicitud. De pie y en hilera, los candidatos se situaban detrás de un aparatoso atril, de perímetro casi tan ancho como largo, que les permitía resguardarse mutuamente de las acusaciones.

En la semiótica del acto destacó el que todas las encuestas dan como ganador y posible futuro alcalde, Xavier Trias, que, con la mano izquierda en el bolsillo del pantalón y la derecha sosteniendo un bolígrafo de plástico de color verde, repartía razones, acusaciones, preguntas y discursos a diestro y siniestro con la habilidad del que se siente ganador y no necesita de la participación de ambos brazos para telegrafiar su mensaje. Mientras la mano izquierda reposaba confiadamente en el bolsillo, la derecha tomaba partido acusando, señalando, indicando, retando o postulando sus razones con la convicción del que no necesita de la imagen presidencialista para ganar las elecciones. Su aspecto de hombre maduro, con pelo blanco, gafas de diseño antiguas, talante de médico que conoce todas las enfermedades y ademanes entretenidos en el discurso, le bastaron para dar un semblante seguro y conocedor de todos los detalles de la alcaldía que aspira a gobernar.

A su lado izquierdo, el actual alcalde, Jordi Hereu, con su gestualidad bastante pareja y con las dos manos dibujando parecidos dibujos retóricos simulaba decir que sólo él era el alcalde, ejerciendo, con sus movimientos acompasados o desacompasados, el liderazgo que otros intentaban usurparle. Sus brazos ejemplificaban su posición de líder, trazando simetrías y dibujos abstractos por doquier, ajustando cada palabra a sus manos, haciendo coincidir perfectamente las yemas de los dedos en cada acentuación, como si la correspondencia digital pretendiera mostrar a todos, implacablemente, su bastón de mando consistorial. Su voz, excesivamente timbrada y monótona, sonaba fuerte y contundente como tiene acostumbrados a los ciudadanos y a sus compañeros de consistorio: cansina, pero siempre por encima de las moduladas dicciones de sus contrincantes. Sin duda, Hereu tiene los modos del alcalde que se siente acosado y que pretende aferrarse a su puesto de mando con los gestos más presidencialistas, aprendidos a lo largo de una legislatura y media ejerciendo de ‘batlle’.

En el lado derecho de candidato de CiU, el popular Alberto Fernández Díaz tomaba la palabra con su característica planta erguida. A diferencia de Xavier Trías y Jordi Hereu, que descansaban el peso del cuerpo a relevos sobre cada una de las piernas, el candidato del Partido Popular se asentaba sobre las dos; firme e impasible. Esta figura compacta e imperturbable contrastaba con su mínima expresión facial. Sus ojos no son suficientemente expresivos y su rostro no consigue alcanzar la convicción de sus palabras. No obstante, la voz es inteligible, a pesar de que el catalán no es su lengua preferida para expresarse con la fluidez y convicción que necesitaría. Cuando batía las manos denotaba seguridad en sus argumentos, con movimientos armoniosos y proporcionales y, también, con gestualidades independientes. Se nota que Fernández Díaz lleva años ejerciendo sus labores en el Ayuntamiento de Barcelona. Tiene el empaque y consistencia que le da la veteranía en el cargo.

Jordi Portabella, por Unitat per Barcelona, también posee ese grado de coronel bregado en mil batallas. Sus doce años en el consistorio le han dado seguridad de comunicación. Los movimientos de sus brazos, manos y dedos, simétricos y muy armoniosos, denotan conocimiento de lo que trata y estilo presidencialista. Su aspecto jovial es un activo que combina bastante bien con su acertada puesta en escena. Comunica bien sin palabras, mas cuando habla con su voz grave y segura aumenta la capacidad de convicción. Pese a estar en una de las esquinas de la fila de alcaldables, no perdió comba cuando su voz y gestualidad se imponía, puntualizando aquellos aspectos que creía que no debía pasar por alto.

Ricard Goma, sin corbata, fue el novel del grupo. La novedad se paga. Su intranquilidad parecía bastante disimulada, aunque la gestualidad le delató. Gomà es uno de los candidatos más altos del grupo; pero la esbelta figura se descubrió inequívocamente nerviosa. Sus repetidas interpelaciones acusatorias con el dedo índice señalando constantemente a sus interlocutores fue la muestra de que no controlaba la escena debidamente. Un detalle de nerviosismo fueron sus manos y brazos que se movían excesivamente y sin rumbo congruente.

De los cinco candidatos, Jordi Hereu fue quien más se asió al atril. Aferrándose por el perímetro más anterior, parecía asegurarse con fuerza cuando era interpelado por sus compañeros. Otro de los que también se asió fue Jordi Portabella, aunque por la parte posterior y sin apoyarse tan ostensiblemente como lo hizo el candidato socialista. Asirse, apoyando el cuerpo sobre el atril, denota necesidad de seguridad o auxilio. Jordi Hereu necesitaba mucho apoyo; tal vez el que no recibió en el debate electoral.

http://www.3cat24.cat/video/3525070/altres/El-debat-dels-alcaldables-per-Barcelona


© 2011 Josep Marc Laporta .

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1 comentario:

  1. Martí20:00

    Encertat, com sempre que he llegit les teves crítiques i valoracions semiótiques.

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