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· Los bautistas y su música (39)

 © 2024 Josep Marc Laporta

Apuntes musicales de 1960 a 1965

Tras los cincuenta, los años sesenta empezaron con la misma vitalidad que caracterizó la anterior década, aunque sería un tiempo en que las iglesias se centraron más en aspectos organizativos, estructurales, de mayordomía y libertad religiosa, experimentando un cierto freno en el crecimiento numérico de las congregaciones. Sin embargo, a pesar de los devenires, la música continuó siendo un poderoso vínculo de comunión y alabanza a Dios. Con la intención de dejar constancia de diversos aspectos sociológicos y espirituales, enumeraré algunas de las noticias y eventos más significativos.

‘La poesía en los himnos’ fue un artículo publicado en El Mensajero Bautista por el pastor Antonio Almudévar en 1960. En su afán de proveer de material pedagógico para las iglesias, el pastor catalán escribió un versado compendio sobre poesía cristiana: «Debemos empezar diciendo que cuando decimos ‘poesías en los himnos’, no queremos significar que nuestros cantos religiosos están escritos en verso, sino con sentimiento espiritual de nuestra alma que por ellos eleva a Dios la voz de su fervor en alabanza y gratitud en ansias de perfeccionamiento, es decir, de ideal en nuestra vida, buscando esta paz de la prosa de lo terrenal tan alejada de Dios siempre». Tras un repaso a diferentes sucesos históricos donde la música cristiana fue muy importante en el desarrollo espiritual del pueblo de Dios, Almudévar apuntaba: «Alguien ha dicho que ‘una iglesia con fervor en la adoración (el canto lo es de un modo expresivo) es una fuerza; y una iglesia fría sin fervor en la adoración, en vez de ser una fuerza es una farsa». Y proseguía: «No puede ser más lógico; de ahí la necesidad de que los niños en su sencillez posean aún su himnario con himnos al nivel de su mente, como los jóvenes precisan del suyo con cantos llenos de juventud y entusiasmo, y los ancianos un himnario con cantos de fe, de esperanza y de paz».

En otro número de El Mensajero Bautista del mismo año, la organista de la Iglesia de València, Pérsida Simón Corberà (1933-), escribía sobre los ‘Cantos de David’, resaltando que «centenares de generaciones han encontrado consuelo, valentía y alegría en la bellísima poesía de David». Repasó varios salmos: el del Pastor (Salmo 23), uno de gozo (Salmo 30), un salmo de dominio de la lengua (Salmo 39) y otro de alabanza (Salmo 84). En el relato, Pérsida Simón armonizó cada texto bíblico con un himno, de manera que sucesivamente ‘Jehová es mi pastor’ (HIEE-323), ‘¿Cómo podré estar triste?’ (HIEE-320), ‘Que mis labios al hablar’ (HIEE-148, 3ª estrofa) y ‘¿Ves la iglesia que ufana levanta?, congeniaban con la especificidad temática de cada salmo.

Por su parte, la revista femenina Nuestra Labor rezumaba en programas sobre la música en la Biblia y en la Iglesia, destinados tanto a los Rayitos de Sol como al lector en general. En un apartado denominado ‘Nuestras Organizaciones’ del mes de octubre de 1960, aludía a una fiesta en casa de los Mefford, en València, con motivo de celebrar el cumpleaños de una de las hijas, Silvia, pasando «una magnífica velada, cantando himnos, oyendo discos y piezas musicales interpretadas al piano por nuestra presidenta, poesías, chistes, cuentos, etc.». La siguiente fotografía recoge un instante aquel entrañable encuentro.

Tras el inesperado fallecimiento de Pere Puig Inglada (1899-1959), su hijo, Pere Puig Ballonga (1929-2016), tomó la dirección del coro de la Primera Iglesia Bautista de Sabadell, conduciéndolo a nuevos horizontes y transformándolo en la Coral Al·leluia, un nombre y ministerio que permanece hasta nuestros días. A colación de la figura de Puig Ballonga, en 1960 hubo un intento de reforzar la relación y cooperación entre las iglesias cercanas a la ciudad de Barcelona, por lo que se formalizó la constitución de una coral intereclesial que se pondría a disposición y servicio de las iglesias catalanas. La noticia publicada, referida a esta actividad, informaba: «Recientemente se ha organizado la 'Coral Bautista' habiéndose invitado a colaborar a los miembros de las tres iglesias bautistas de la ciudad y los de la Iglesia de Badalona con aptitudes musicales. Provisionalmente, y mientras se formaliza la organización, han aceptado la presidencia el pastor Samuel Rodrigo y la secretaría el pastor Luis Hombre, de las iglesias de Bonanova y Barceloneta. La parte técnica ha sido encomendada al Sr. Pere Puig, ayudado por la Srta. María L. Cantos y el Sr. Moisés Alonso. Ya han participado en ensayos, y es de esperar que en un futuro no lejano será un instrumento para la causa de Dios y extensión del Evangelio». No obstante, a pesar del interés de los organizadores, la Coral Bautista no encontró el eco necesario entre los coristas para prosperar.

A principios de la década de los sesenta, el misionero Roy Blanton Wyatt (1926-2010) sirvió como pastor interino de la Iglesia Bautista de El Redemptor, en Sabadell, cuando Joaquín Pastor Cabrera (1916-1977) había renunciado a su cargo para trasladarse a Dénia. En sus memorias, Wyatt aseguró que «la Iglesia tenia una buena coral y había personas muy preparadas para ofrecer el testimonio evangélico mediante solos, dúos y música instrumental. La música siempre fue una bendición a los asistentes a los cultos. Nos maravillaba la capacidad de los músicos y de tan excelentes rendimientos que cada domingo teníamos». Por otra parte, la marcha de Joaquín Pastor a Dénia significó un estimulo para la pequeña congregación alicantina. Tres años más tarde, el coro de la iglesia se reorganizó eficazmente con la dirección de Vicente Pastor Mut (1945-).

En los inicios de los años sesenta también apareció la recopilación definitiva de ‘Himnos para Niños’, que paulatinamente se había ido insertando en la revista Nuestra Labor a modo de fascículos a lo largo de los años cincuenta. Al precio de 20 pesetas, el pequeño himnario fue la gran aportación femenina a la himnología infantil, que tuvo como impulsores las distintas directivas de la UFME y, especialmente, el matrimonio Mefford, Joe y Lila, y Nela Dean Mitchell (1922-2011), quienes recopilaron la mayoría de las canciones e hicieron algunas traducciones o adaptaciones.

Nela Dean Mitchell, esposa de Charles W. Whitten (1922-2018) escribió para la revista Nuestra Labor ‘Las canciones espirituales de los negros’, exponiendo la historia de la esclavitud y el nacimiento de una música que impactaría no sólo su época sino las venideras. El artículo incluía estos párrafos: «Las canciones espirituales de los esclavos fueron basadas casi siempre sobre caracteres e historias de la Biblia. La manera de contar estas historias demuestra mucha imaginación y una fe casi infantil, pero muy grande. Muchos de los negros pensaron en sí mismos como hijos de Israel modernos, esperando la venida de Moisés para conducirlos a la tierra prometida. Sus canciones conmovían y eran la sincera expresión de sus corazones y sus anhelos espirituales». En otro apartado proseguía con estas palabras: «Creo que las canciones espirituales de los negros pueden enseñarnos muchas cosas. Vemos en ellas la importancia de la fe en momentos de prueba y dificultad. Su tono menor y su sincera expresión de fe en Dios a pesar del sufrimiento, nos conmueve el corazón. Nos llena de nuevo con la convicción del valor de cada ser humano delante de Dios, no importa su raza, color o posición social». Nela concluyó con el siguiente párrafo: «Los años van pasando y gracias a Dios los negros van consiguiendo más justicia social, aunque hay cosas que desear todavía. A través de los años hemos sido beneficiados por la fe y el optimismo de las canciones espirituales de los negros. No somos del mismo color (que realmente es cosa secundaria) y puede ser que no expresemos nuestras esperanzas para la vida futura haciendo uso de la figura de una carroza de ángeles que desciende de Cielo, pero después de todo es la misma fe en Jesús, el único Salvador y Consolador».

La promoción de la música y la alabanza a Dios fue muy habitual en las revistas bautistas de la época. Tanto Nuestra Labor como El Mensajero Bautista incorporaron distintos artículos alusivos, como uno de 1961 dirigido especialmente a los Rayitos de Sol, titulado ‘Música en la Biblia’, escrito por Mª Rosa Samaniego y Elisabet Olmos. Con argumentos basados en los Salmos, el artículo concluía con una invitación a hacer música y a prepararse para ser buenos músicos en el futuro: «¡Amad la música!, queridos Rayitos, como la amaron aquellos hombres de la Biblia, y si queréis aprended ya ahora a tocar algún instrumento musical. Quizá cuando seréis mayores, seréis grandes músicos y compositores que crearán hermosas melodías para la alabanza de Dios y salvación de los pecadores. Entonces cuando os pregunten: ¿Cuándo empezó Ud. a estudiar música? Podréis responder: ‘En una clase de Música en la Biblia que tuve cuando era niño en la banda de Rayitos de Sol’».

Otros eventos regionales o nacionales también transpiraron música y alabanza. Del 7 al 9 de junio de 1961 se celebró la XIII Convención Bautista en la Iglesia Nueva Salem, en Badalona, en la que los asistentes cantaron himnos en catalán y algunos intervinieron en esta lengua con normalidad. En las Conferencias Regionales de la UFMB que se celebraron en Madrid los días 12 y 13 de octubre, los asistentes terminaron la jornada «cantando el himno 415, todos cogidos de la mano», un gesto de comunión que empezaba a ser muy habitual en algunos eventos bautistas. Precisamente en aquel mismo año en la Iglesia de Badalona se instauraron los viernes como día de ensayo de himnos, con la finalidad de que la congregación aprendiera nuevos cantos para que en los cultos dominicales se pudieran entonar sin dudas ni incertidumbres. El 8 de diciembre de 1961, Figueres inauguró un nuevo templo en la calle del Mestre Falla, 8, interviniendo «una parte muy importante de la Coral de la Iglesia de Badalona, cedida para el acto. El culto estuvo a cargo del misionero Sr. Wyatt y los estudiantes [del Seminario] cantaron un bello himno a voces».

Un hecho destacable sucedió a finales de agosto de 1962. En el templo bautista de la Bonanova se celebró el ‘Congreso Bautista de los Países Latinos’, con la participación de la «organista doña Isabel Puig de Planes. Solistas lo fueron la Sra. De Mauricio (Portugal) que cantó varios himnos. La Sra. Blanco de Juan y Pascual Haro, que participaron en el culto del jueves por la noche, y la Sra. Antonia Samper, que fue solista del coro unido, y la señorita Carmen Pallejá». También participaron «los coros de la Iglesia de Bonanova, que cantó dos himnos durante el culto del viernes. El sábado, la participación musical fue extraordinaria (posiblemente demasiado larga dado el carácter del servicio). El Coro de Badalona entonó con mucha pulcritud el ‘Padre Nuestro’. El de la Iglesia Ebenecer de Tarrassa, el ‘Salmo 117’ y ‘Las trompetas hoy nos llaman’. El Coro unido de Sabadell (Redentor y Primera) ‘Alabad al Señor’ y el ‘Aleluya’ de Haendel. El Coro unido formado por los coros mencionados cantó ‘Dios de poder’ y ‘Salmo 23’, dirigido por don José Mefford, y ‘Salmo 100’ dirigido por don Pedro Puig».

Sin embargo, el culto del último día fue excesivamente denso musicalmente hablando, por lo que el pastor Isidro Amat Llopis (1905-1984), en funciones de corresponsal, escribía lamentándose que «en el culto del sábado nos pareció muy larga la actuación de estos coros; seguro que con una obra a interpretar por cada coro aisladamente hubiera sido suficiente, aparte de la actuación del coro unido. Además, y aun admitiendo lo reducido de la sala de cultos (¿por qué para los cultos no se buscó otro templo?) ¿por qué tuvieron que actuar los coros en el presbiterio, con absoluto desprecio y atropello de las personas que formaban la presidencia del culto? Y en cuando a la música, nos pareció que todo en general fue bastante precipitado. Y, además, puesto que esto cabe en el reportaje, aprovechamos la ocasión para sugerir que se depure lo máximo en la elección de las obras a interpretar. Se presentaron obras de bastante baja calidad musical, tipo orfeonístico. Lástima que no nos demos cuenta del arsenal de música sacra que tenemos y del que podemos sacar joyas unas tras otras casi sin agotarlo. Con todo, buena impresión, mucho entusiasmo que todos aplaudimos, y todos tan contentos. Lo lastimoso es que el Dr. Soren ya no tuviese tiempo, después de la parte musical, para su sermón y cortase para terminar más pronto». La siguiente fotografía recoge la intervención de coro bajo la dirección de José Mefford.

Las críticas a la música hechas por Isidro Amat contrastan con el notable contenido musical de la visita del Coro de la Primera Iglesia Bautista de Sabadell a la Iglesia de la Barceloneta el 10 de marzo del mismo año, con «un programa que comprendía diversos fragmentos de ‘El Mesías’ de Haendel, así como otras composiciones de autores diversos. Las obras enlazadas por breves comentarios siguieron diversos aspectos de la vida de Jesús desde su nacimiento hasta su gloriosa resurrección». Asimismo, tanto en cultos especiales como en las bodas, el Aleluya de Haendel era interpretado por los coros de las distintas congregaciones. En Madrid, la Primera Iglesia Bautista celebró durante el año 1962 nueve enlaces matrimoniales, en los que «el Coro, colaborando según su costumbre en estos actos, entonó distintos himnos en casi todas las ceremonias, destacando de sus interpretaciones la del ‘Aleluya’ del Mesías de Haendel, por ser la más solicitada de estos cultos matrimoniales».

En el mismo año la revista El Eco recogía un anónimo con el título ‘Cosas que cantamos’, donde comparativamente se reflexionaba sobre la concordancia de lo cantado con lo practicado:

«’Dulce oración…’ y oramos contados minutos por día, sin concurrir a las reuniones de oración.
           ‘Firmes y adelante…’ y necesitamos que nos empujen para servir al Señor.
          ‘Sagrado es el amor…’ y nos ofendemos por cualquier cosa, poniendo mala cara a nuestros hermanos.
        ‘Lluvias de bendición grandes…’ y no vamos a la iglesia para recibirlas, especialmente cuando llueve.
          ‘Anhelo trabajar por el Señor’ y refunfuñamos por todo lo que tenemos que hacer.
      ‘Sembraré, sembraré mientras viva’, pero en todo el año no hablamos del evangelio a nuestras relaciones.
          En el lugar de alabar a Dios estamos ‘cantando mentiras’. ¿Puede obrar poderosamente el Espíritu Santo en las reuniones cuando nuestros labios cantan cosas que no son la verdad?»

Al cumplirse los diez años de la constitución de la Iglesia de Elda, en 1962 se dedicó una semana a unos programas extraordinarios a cargo de las distintas organizaciones. Toda la semana «actuó el coro de la iglesia con hermosos himnos preparados para esta efeméride evangélica local, llegando al clímax de sus interpretaciones con el ‘Padre Nuestro’, cuya ejecución fue muy emocionante». En la excursión unida del mes de junio del mismo año se reunieron las iglesias de Sabadell y Terrassa en Torrebonica, lugar donde después de diversas actividades lúdicas y deportivas, a las seis de la tarde «dio principio una parte espiritual muy hermosa. Primeramente, dirigió cánticos muy a propósito el hermano don Pedro Puig, director del Coro de la Primera Iglesia de Sabadell. También reagrupando a los componentes de los coros de las diferentes iglesias (que eran muchos) se entonó el Salmo 100».

En 1962 la revista Nuestra Labor reproducía el artículo ‘La Música en el Hogar’, de Marjorie Jacob Caudill (1908-2003). La pianista norteamericana fue junto a su esposo misionera en Cuba durante cuatro décadas y en su haber cuenta ser la autora y traductora de muchos himnos y, especialmente, de ‘Cantos para Coros de Niños‘, que fue un modelo a seguir en la edición en España de ‘Himnos para Niños’ que mencioné anteriormente. En su escrito Caudill animaba a que en los hogares no faltara instrumento musical, como el piano: «aunque no sea ejecutado con mucha destreza o perfección, la música que ejecutamos vale más que la que solamente oímos». Tampoco debería faltar en el hogar un himnario o varios, pues «cuando los niños aprenden a leer les da mucha satisfacción tener sus propios himnarios para llevar con ellos a la iglesia». También animaba a tener un tocadiscos, porque «mientras más se oye un disco bueno, más se aprecia y más se aprende». Otro aspecto que resaltaba era la radio, por la «importancia para bendecir el hogar musicalmente», asegurando que «una rumba o un cha-cha-cha no ayuda al desarrollo espiritual de nuestros hijos. Si no han oído música selecta desde que nacieron no tendremos que obligarlos a buscar los mejores programas en la radio». Su narración concluía con el siguiente párrafo: «Pablo dijo que debemos cantar y alabar al Señor en nuestros corazones, ‘hablando con salmos y con himnos y cantos espirituales’. Muchos problemas serán resueltos si entonamos la letra de algún dulce himno en vez de dar rienda suelta a nuestra ira. La música, ‘el arte del cielo’, ayudará a hacer de nuestros hogares un pedacito de cielo en la Tierra».

Por lo general, las participaciones musicales en los cultos tuvieron en el órgano el instrumento matriz de todos los cantos, aunque en las invitaciones a los campamentos juveniles se instaba a llevar los instrumentos, como en el primero que se organizó en el nuevo terreno adquirido por la UEBE en Dénia, del 4 al 13 de agosto de 1963: «¡No olvidéis los instrumentos musicales!». Sin embargo, tanto el órgano como los coros fueron parte importante de las liturgias bautistas. En el Culto de Acción de Gracias de la Primera Iglesia Bautista de la capital del estado celebrado en junio de 1963, «el Coro de la Iglesia Bautista Emmanuel de Madrid intervino en este acto solemne y hubo diversas participaciones». El 15 de diciembre de 1963 se inauguró el templo de la Iglesia Bautista de Cartagena, con asistencia de unas 350 personas y la participación del coro de la Iglesia de Alacant, dirigido por Magda Pedreño (1929-2014), formación que dos años más tarde, en 1965, realizaría una gira de evangelización por varias ciudades de Europa –Narbona, Chavanez, Lausana, Ginebra, Basilea, Mainheim, Wupertal, Bruselas y Lyon–, cantando en iglesias de habla hispana.

En la Noche Buena del mismo año, un grupo de disidentes de la Iglesia Ebenecer de Terrassa, integrado esencialmente por miembros del coro de origen y que asimismo formarían la coral de la futura iglesia, se reunieron en el templo de Martorell, fundando así la Iglesia Bautista de la Natividad de Terrassa, título alusivo porque aquella noche era la de Navidad. En el extremo sur del mapa, la crónica de la Comisión de Misiones de 1964 al referirse a Melilla informaba que «como no tienen pastor luchan como saben, y por cierto, con éxito; uno de los hermanos, José Ventura, preside los cultos donde oran al Señor, leen la Biblia y cantan himnos; a veces tienen un pequeño mensaje o testimonio, otras veces ponen discos con himnos, coros, mensajes, etc., transmitidos por un altavoz; los himnos que la congregación canta son acompañados con música de acordeón que toca el hermano Montoya, uno de los hermanos fundadores de aquella obra».

En el capítulo de visitas artísticas especiales, el Coro Bautista de Carolina del Norte vino a España en mayo de 1963, actuando en Barcelona, València y Madrid e interpretando dieciocho piezas corales de diversos autores como Bach, Gounod, Lyngham, Tschesnokoff o Lutkin. El Coro estadounidense era un grupo de músicos dedicados al ministerio de la música en las iglesias de la Convención de los Bautistas de Sur de los Estados Unidos, que visitaron el país con el propósito de estrechar lazos de amor cristiano con sus hermanos de la fe en Europa. En la gira la formación fue dirigida por Joseph O. Stroud (1902-1986), con el acompañamiento al piano de Max Smith (1915-1995) y actuando como soprano Louise Johnson (1923-2008).

En un artículo denominado ‘Programas para Señoritas’ de la revista Nuestra Labor, Hilda Dorado Pérez (1935-) exponía diferentes valores a tener en cuenta por la juventud cristiana, como la simpatía, el aspecto y arreglo personal, la conversación, la conducta, la lectura y música o las amistades. En el apartado de la lectura y música, Hilda Dorado apuntaba: «La música en sí, como tantas otras cosas, no es ni moral ni inmoral, no obstante, existe música para el espíritu y música para los sentidos. Por otro lado, la letra más o menos obscena de tantas cancioncillas, al ser usadas por nosotras son terrible motivo de mala influencia que perjudica a aquellos que puedan escucharnos».

La Primera Iglesia Bautista de Madrid celebró el día 1 de enero de 1964 «un concierto especial interpretado por el Coro de la Iglesia. En él fueron interpretadas muchas y escogidas obras religiosas de diversos músicos, sobresaliendo sobre todo las de Juan Sebastian Bach. También el joven Julio Castillo dio un extraordinario realce a las obras corales con su acompañamiento al piano. Tuvo varias interpretaciones, todas llenas de calidad extraordinaria dignas de la máxima ponderación».

El 26 de abril de 1964 se celebró en València la ordenación del pastor Diego Fernández del Río (1932-2005) con la presencia del Concilio de Ordenación formado por cinco pastores de la Unión. En la oración de ordenación por parte de Vicente Francés García (1895-1983) «mientras los pastores ordenados del Concilio imponían sus manos sobre el ordenado, el coro de la Iglesia interpretó varios himnos, siendo motivo de un elogio especial el estreno del ‘Aleluya’ de ‘El Mesía’ de Haendel, magistralmente dirigido por la profesora Concepción Barberá». En el reportaje de un culto de evangelismo celebrado en la misma ciudad el 23 de agosto de 1964 en el que se bautizaron quince personas, hubo un breve llamamiento pastoral del pastor Diego Fernández del Río a la conversión, «pero solemne e impregnado de un auténtico sabor evangélico. Mientras la congregación, permaneciendo sentada, cantaba a media voz el himno ‘Pecador, Jesús te llama’, el pastor invitó a las almas que quisieran aceptar a Cristo como Salvador a pasar al frente». La crónica de época dejó constancia que más de veinte personas hicieron pública confesión de su fe, dándose el caso de que «entre ellos estaba un exsacerdote católico romano, que hace pocas semanas está asistiendo a los servicios de la Iglesia».

En Vilafranca del Penedés, el coro de la iglesia quiso ser parte de la tradicional serenata de coros en la noche del sábado de resurrección de 1964 por las calles de la ciudad, con las típicas ‘caramelles’: «Los jóvenes del Coro de esta iglesia pensaron que sería bueno ir a cantar a las casas de los miembros de la iglesia en tan memorable fecha con himnos de resurrección». Al pedir permiso a las autoridades locales, les comunicaron que el plazo había terminado y que el programa ya estaba hecho, pero «pidieron que volviéramos dentro de dos horas y se nos daría una respuesta definitiva. Grande fue nuestra alegría cuando al volver nos comunicaron que debíamos hacer la solicitud por escrito y que las autoridades esperaban que fuéramos a saludarles como hacían los demás coros antes de ir por las calles de la Villa». Por la noche y después de la actuación de tres grupos, «subimos a la plataforma levantada exprofeso y cantamos tres himnos, entre ellos el ‘Salmo 100’». Las crónicas aseguran que hubo un respetuoso silencio y que dos jóvenes subieron a saludar al alcalde y concejales, felicitándolos e invitándolos para el próximo año, no sin antes recordarles que hicieran la solicitud a tiempo para incluirlos en el programa oficial. Tras la presentación pública, «después de cantar delante de las casas de los miembros de nuestra iglesia y en la de algún amigo, terminamos a las tres de la madrugada del domingo, cansados, afónicos…., pero muy contentos de haber podido dar testimonio del amor y poder de Dios mediante el canto». Un año más tarde se dio la curiosa circunstancia de que el Coro fue premiado, compitiendo con otros siete grupos corales, saliendo con los máximos honores y cantando también en varias casas, incluida la del anterior alcalde de la ciudad. Precisamente, este alcalde fue quien 22 años atrás fue el máximo responsable del encarcelamiento del pastor de la iglesia y de las multas a algunos miembros de la congregación por celebrar un servicio evangélico sin autorización gubernativa.

En la Iglesia de Xàtiva, el reparto de responsabilidades diaconales para el año 1964 incluyó Beneficencia, Evangelismo, Finanzas, Secretario, Superintendente, Corresponsal de El Eco, Presidente de la UBJ, Presidenta de la UF y tres cargos relacionados con el culto: Orden y solemnidad, ostentado por José Miralles Vila; Dirección del Coro por Antonio Duet Díaz; e Himnología por Antonio Carrasco Terol. Al año siguiente visitó Xàtiva Fernando Vangioni (1912-1995), en una campaña especial que se celebró entre los días cuatro y seis de junio. El evangelista argentino estuvo acompañado por «don Jorge Sánchez, tenor que maravilló a la asistencia con su potente voz e inspiración en la interpretación de los himnos y el conocido organista don Peter Van Woerden». El nuevo templo bautista «registró uno de los más grandes testimonios que recuerda la Iglesia de Játiva; más de quinientas personas escucharon los mensajes de salvación. La mano del Señor obró milagrosamente y 27 almas aceptaron seguir a Cristo». En la misma región, el día 8 de diciembre de 1965 se celebró en Sax la inauguración del local de cultos –misión de la Iglesia de Alacant, «un culto de acción de gracias al que se une una buena parte de la congregación de Alicante que se desplaza en dos autocares, así como el coro y un cuarteto de dicha iglesia». El Cuarteto Voces de Sión, también llamado en posterior etapa Cuarteto Sión, era una formación liderada por Manuel Iturralde Nadal (1952-) que desde los principios de los años sesenta y hasta principios de los noventa tuvo un ministerio musical en la iglesia local y fuera de ella.

En la siguiente grabación se puede escuchar una grabación de diez cantos espirituales con formación tardía del cuarteto del 1990, distinta a la fotografía. Como director y fundador del Cuarteto, Manuel Iturralde es el único miembro que estuvo en todas las etapas.

1965 es el año en que se realiza la primera edición de ‘Cants de Glòria’, el himnario evangélico en lengua catalana que recoge 22 himnos, compilados por Benjamí Planes Capuz (1926-2021) –miembro de la Primera Església Baptista de Sabadell–, con la colaboración de Àngel Cortès Dejuan (1924-2003), Ricard Giralt-Miracle (1911-1994), Pere Puig Ballonga (1929-2016), y Joan Vallès Bonet, (1915–1979). Preocupados por recuperar la dispersa himnología protestante en catalán trabajarán durante años en progresivas ediciones. Las siguientes serían: la de 1966 con 31 himnos, la de 1969 con 116, la de 1979 con 214 y la de 1982 con la inclusión de las partituras. Años más tarde Pere Vargas Morató (1932–2022)., exdirector de la Coral Jericó, haría la última recopilación con 271 himnos en el 2004.

Y como última referencia al primer quinquenio de los años sesenta, El Eco destacaba que Gabriel Amat Torregrosa (1942-), estudiante en el Seminario Teológico Bautista de Rüschilikon y pianista graduado, ganó una competición germano-suiza de música, patrocinada por las redes de radio de Suiza y Alemania. El programa de duración de una hora en las finales de Suiza, fue transmitido por Radio Beromünster de Zurich. La noticia destacaba que «el Sr. Amat interpretó ‘El Puerto’, de Isaac Albéniz, en la final suiza y ‘Triana’ del mismo compositor en la competición suizo-alemana, recibió la calificación máxima de todos los jueces ambas veces, lo cual es un éxito casi sin precedentes en tales competiciones». Hijo de Isidro Amat Llopis, director de El Eco y pastor de la Iglesia Bautista de Jerez en aquel momento, Gabriel Amat Torregrosa cursaba estudios de teología en el Seminario Teológico Bautista de Rüschilikon y había sido miembro de la Iglesia Bautista de Alacant durante años. Posteriormente tanto padre como hijo fueron ministros de la IERE (Iglesia Reformada Episcopal Episcopal).

Bibliografía y documentación


· Los bautistas y su música (38)

 © 2024 Josep Marc Laporta 

Apuntes musicales de los años 50

En la década de los años cincuenta, las congregaciones bautistas del estado se mostraron muy activas, con gran auge de las participaciones musicales y de alabanza tanto dentro de las iglesias como fuera de ellas. Las crónicas de la época aportaron muchos datos y referencias de tales eventos; pero en lo sucesivo solamente apuntaré los episodios más destacados y que permitan observar la globalidad y sus contextos.

En 1950 Albacete vivió una primera experiencia de testimonio fuera del templo: «se celebraron dos cultos al aire libre, con música e interesantes mensajes de varios jóvenes de la Unión». En Badalona, después de once años privada de pastor, la iglesia de la ciudad recibió al Rev. Víctor Sedaca (1918-1979) con una toma de posesión engalanada por «el eminente organista don Pedro Inglada con la interpretación de varias composiciones musicales, y una parte del Coro de la Iglesia de Barcelona con el canto de algunos himnos». En la capital del país cada mes se celebraron cultos de evangelización dedicados especialmente a los jóvenes, organizados por el Comité Organizador de las Juventudes Evangélicas de Madrid, donde «el Coro de la Iglesia contribuyó, con acertadas intervenciones, a la mayor solemnidad del acto, así como el violinista señor Pérez del Busto». En Sabadell, en las bodas de oro del ministerio del pastor Julio Nogal Mancebo (1879-1958) se celebró un culto especial con el «coro de la iglesia, que amenizó el acto interpretando escogidos cantos de alabanza a Dios, juntamente con la solista señora González, que interpretó el Aleluya de Mozart».

En 1951 un grupo de hermanos de Xàtiva visitó Alcàntera de Xúquer en misión de testimonio, con la participación del coro de la capital de La Costera «interpretando varios himnos acertadamente». Posteriormente y en el mismo año se celebraron bautismos de nuevos conversos alcanterins en Xàtiva, por carecer de bautisterio en aquella población. El acto, de gran gozo para todos, contó con «el Coro de Xàtiva [que] recreó nuestros espíritus con el canto de varios himnos a cuatro voces», formación que también acostumbraba a cantar acompañada de una rondalla, según crónica de la Fiesta de la Madre en el mismo año: «…deleitándonos a continuación con el coro y rondalla, siendo muy felicitados por su acertada interpretación». En la Primera Iglesia Bautista de Madrid, tras el inesperado fallecimiento de su pastor Francisco Fernández Moya (1896-1951), en el culto fúnebre «la congregación cantó los himnos ‘Oh Salvador, tierno Jesús’ y ‘Mi espíritu, alma y cuerpo’. El Coro de la Capilla entonó con todo amor y fe las melodías sagradas ‘Ábrenos, Señor Eterno’ y ‘Siempre feliz’».

Bajo el epígrafe ‘Valencia sigue adelante’, El Eco de la Verdad informaba de tres cultos especiales en fechas de Fallas: «Una cosa nos gustó en forma resaltada: el coro. No eran muchos los coristas, que digamos, pero en sí, no hubo culto sin que el coro actuase brillantemente. Verdaderamente un coro, con un poco de esfuerzo, puede hacer mucho para la obra del Señor, pues la impresión que reciben los visitantes es muy buena». Manresa celebró el 26 de marzo «el enlace matrimonial de la señorita Josefina Martínez con don Juan Andreu, superintendente de la Escuela Dominical y director del Coro de la Iglesia…», formación que «interpretó acertadamente varios himnos, dirigido por don Juan García de Terrassa. También cantó magistralmente un solo la señorita Anglada, acompañada al armonium por doña Lidia V. de Vila».

En Alacant, el domingo día 16 diciembre «en el culto de predicación de la tarde y mientras el pastor de la Iglesia, Rvdo. Vicente Francés, predicaba su sermón, fue interrumpido por un alma que espontáneamente y sin mediar invitación alguna, daba testimonio de su fe, aceptando al Señor Jesucristo como su Salvador. A esta alma siguieron en la misma decisión ocho más… […] El coro de la Iglesia actuó maravillosamente». Y en la inauguración de la nueva capilla en Girona, «el pequeño coro de esta iglesia tomó parte en la fiesta entonando algunos himnos a voces, acompañados con violín, laúd y guitarra». Y en el día 26 del mismo mes se celebró la fiesta de Navidad con «una marcada y excelente actuación del coro de la Iglesia, que interpretó diversas composiciones de Navidad».

Ya en 1952, en Vilella de Cinca, provincia de Huesca, Antonio Almudévar Urriens (1894-1976) fue el pastor invitado durante unos días, dedicando parte de su tiempo a enseñar nuevos himnos a la pequeña congregación del Bajo Cinca. Por su parte, la iglesia en Vilafranca del Penedès celebró un culto especial de bautismos en que «el reducido pero entusiasta coro de la iglesia cantó a cuatro voces el himno ‘En las aguas del bautismo’». En aquellos meses, El Mensajero Bautista presentaba el himno anual de las Sociedades Femeninas: ‘Soy peregrino aquí’, con reflexiones sobre el texto e invitando a cantarlo como parte de las reuniones femeniles.

En la ciudad de València las reuniones de la Sociedad de Señoritas se celebraban con el canto de varios himnos; algunos de los más entonados fueron «‘Despierta, oh Sión’, ‘Da lo mejor al Maestro’, ‘Guíame, oh Salvador’, ‘Ved los millones que entre las tinieblas’ y se recitó también el himno ‘En la montaña podrá no ser’». Asimismo, la tercera Conferencia Regional de las Iglesias de Levante de 1953 contó, entre otros conferenciantes y pastores de la Unión, con Carolina Haglund Armengol (1895-1968), hija del recordado misionero sueco Carlos A. Haglund (1854-1895). A su cargo tuvo una conferencia con el título ‘Adoración’.

En el mismo año, la Colònia Güell continuó siendo lugar de encuentro espiritual y esparcimiento de los bautistas catalanes. Las crónicas informan que «los niños recitaron su lema, el pregón y cantaron hermosos coritos, especialmente el himno de la banda: ‘Nítido rayo por Cristo’. Los mayores también tuvieron ocasión de cantar juntos algunos cánticos de alabanza al Señor, la mayor parte casi desconocidos que fueron aprendidos con interés. Los coros de Barcelona (Bonanova) y Manresa entonaron diversas composiciones musicales del agrado de todos los hermanos y finalmente dirigidos ambos coros por don Samuel López, cantaron ‘Engrandecido sea Dios’». Y, como parte significativa, la crónica resalta que «la señorita Débora Simón nos deleitó con algunos himnos interpretados magníficamente al acordeón». Al sureste del país, en Albacete, la iglesia reunida en sesión ordinaria acordó nombrar a los hermanos para ocupar los cargos anuales. El de organista y directora del coro recayó en Josefina López Sevilla, quien lo ostentó durante muchos años.

Marzo de 1953 fue significativo para la Primera Iglesia Bautista de Alacant. Por fin el antiguo armonium que había sido expoliado por miembros de Acción Católica al concluir la Guerra Civil, fue restituido. No obstante, el costo del arreglo de 2.500 pesetas era muy excesivo para las arcas de la congregación, por lo que se tuvo que posponer su acondicionamiento. En el noreste, en la inauguración de una nueva capilla en Lleida «el coro de la iglesia interpretó diversos cánticos que juntamente con el himno ‘Al amparo de la Roca’ cantado a solo por el hermano de la iglesia de Manresa don Ramón Charles, deleitaron a toda la congregación». En Madrid, el primer culto de bautismos oficiado por el pastor Juan Luís Rodrigo Marín (1923-2008) contó con el coro, que «interpretó el himno ‘A Jesucristo ven sin tardar’, precediendo el mensaje de la Palabra de Dios». Posteriormente «el coro interpretó el himno ‘Yo me consagro al Señor Jesús’ y acto seguido seis almas dieron testimonio público de seguir a Cristo bajando a las aguas del bautismo. Después de que el coro entonó otro himno de llamamiento, el Rvdo. Rodrigo dirigió un mensaje».

En Manresa, en la visita del secretario de la Juventud de la Alianza Bautista mundial, Joel Sörenson (1915-1971), «los jóvenes desarrollaron un breve programa… […] El conjunto de armónicas actuó, se cantaron himnos por el coro y un solo, y fue recitada una poesía». Posteriormente, el día 1 de abril el poeta y pastor Antonio Almudévar escribió la letra de un himno para la Fiesta de la Vejez en la capital del Bages, además de la participación del coro de la Iglesia Bautista de Sabadell, que «bajo la acertada batuta del Sr. Puig [Pere Puig Inglada], interpretó hermosas antífonas y obras de diversos autores».

A las cinco de la tarde del 19 de marzo de 1953 tuvo lugar en la iglesia sita en el barrio de Useras un culto unido de evangelización, predicando un sermón evangelístico el pastor Juan Luis Rodrigo. «Los asistentes que hicieron que se llenase el pequeño templo, escucharon por primera vez el coro que acababa de formar la iglesia de Useras, que entonó acertadamente dos himnos». A las seis y media terminó el culto y la mayoría de los asistentes se trasladaron rápidamente a la Primera Iglesia, en la calle Gral. Lacy, donde a las siete «se celebró un culto extraordinario de alabanza, con un programa recogido de ‘La Estrella de la Mañana’ compuesto por bastantes himnos, con su historia». […] «El coro de la iglesia entonó los himnos que componían el programa. Este comenzó con el himno ‘Oh qué amigo nos es Cristo’ y a continuación su historia; se da lectura al Salmo 100 ‘Cantad alegres a Dios’ de acuerdo con el carácter del programa. Después de varios himnos más y un solo: ‘Tal como soy, sin una sola excusa’, todos ellos acompañados de su historia». Por las mismas fechas, en un culto especial en Vilafranca del Penedés con la presencia de Joel Sörenson (1915-1971), «el coro, magnífico de compenetración y de entusiasmo, entonó dos cánticos muy acertadamente, primero un himno de bienvenida y al final ‘Es Jesucristo mi todo’».

En la VI Conferencia de la UFMBE celebrada en Barcelona en agosto de 1953, durante los días de encuentro se cantaron los siguientes himnos: ‘Cantad alegres al Señor’, ‘Cerca más cerca, oh Dios de Ti’, ‘Con gran gozo y placer’, ‘La causa es tuya, oh Salvador’, ‘Alzad un cántico de amor’ y ‘Placer verdadero es servir al Señor’. Por otra parte, en la revista Nuestra Labor, Lila Pritchard de Mefford (1921-2012) escribió un artículo titulado ‘El culto familiar: una aventura’, con diferentes ejemplos. En uno de ellos relataba: «Hay otra familia española quien celebra su culto familiar antes de la comida del mediodía. La mamá tapa bien la sopa para que no se pueda escapar el calor, el papá distribuye ‘Himnos para Niños’ y todos se sientan para disfrutar unos momentos de verdadero gozo, cantando, repasando el Texto Áureo de las diferentes edades».

En la ordenación e instalación del pastor Pere Bonet Such en la iglesia de Badalona, hubo gran afluencia de representantes de otras iglesias, así como participaciones musicales: «A dar mayor brillantez al culto contribuyeron los coros unidos de Badalona y Bonanova, dirigidos por don Samuel López, que entonaron el himno ‘Cerca, más cerca, oh, Dios de Ti’. También fueron cantados dos solos magistralmente, por don J. Tobar, de la iglesia de Badalona, el ‘Ven a nuestras almas, Espíritu Santo’ y el de consagración: ‘Señor, heme en tus manos’. Le acompañó al armónium, muy acertadamente, el Sr. López».

El 27 de febrero de 1954 se inaugura el templo de la segunda iglesia de Barcelona, popularmente conocida como de la Barceloneta, donde participa de manera destacada el coro de Sabadell dirigido por Pere Puig Inglada (1899-1959), trasladándose «en tres autocares que habían alquilado». En mayo del mismo año Juan Luis Rodrigo tiene a su cargo una Semana de Evangelización en Albacete, enseñando «un corito cada noche que difícilmente se olvidarán de nuestro corazón. El coro de la iglesia colaboró eficazmente en esta semana de evangelización entonando himnos especiales, dando esplendor y brillantez a la misma».

En un número de El Eco de la Verdad de aquel año -1954- aparece un artículo escrito por el eminente colaborador musical de Billy Graham (1918-2018), George Beverly Shea (1909-2013). Con el título ‘Cantando el Evangelio’, el músico y compositor estadounidense relata su experiencia, iniciándolo con el siguiente párrafo: «Siempre he tenido la convicción que la obra del que canta el Evangelio es la de ayudar a predicarlo, algo así como si su trabajo fuese complemento a la tarea del predicador, pastor o evangelista. Y esta idea se ha ido afirmando más y más en mi alma desde que Dios ha querido usarme en tan grata obra, concediéndome alguna experiencia feliz, desde que acepté su llamamiento como cantor de su Evangelio». Más adelante profundizaba: «Yo creo que, si un canto cristiano ha de llegar al corazón, debe ser cantado desde el corazón. Es necesario que conozcamos al Salvador del cual estamos cantando. Entonces, los viejos himnos de la fe cantados con fe inspiran a los oyentes deseosos de unirse en la adoración y la alabanza a Dios. Uno siente entonces una gran responsabilidad y un gran deseo de dependencia en el Señor cuando piensa que su canto ha de ser de preparación del pueblo para luego escuchar el mensaje del siervo de Dios. Cuando llega ese momento, mi oración es siempre la misma: ‘Nada mío, todo tuyo…’». Y concluyendo con estas palabras: «Pero, cantando donde cantéis, desde el banco, o el coro, o ante el micrófono, vuestro deber es cantar desde vuestro corazón, como ante el Señor, y no buscando el aplauso de los hombres».

Junto al artículo de Beverly Shea, publicado inicialmente en Christian Life, la revista denominacional bautista describía el contrapunto censor de la España de aquella época: «En Chiclana del Segura está ‘la iglesia del silencio’. En julio último fueron prohibidos los cánticos y la salida en grupos de los cultos. En febrero pasado fue clausurada la capilla porque algunos jóvenes interrumpieron el culto gritando fuertemente en la calle, y tomando esto como base se acusó a los creyentes. Los hermanos de Chiclana necesitan nuestra ferviente intercesión, pues viven en un ambiente de opresión, persecución y escarnio, y ni siquiera tienen el consuelo de poder celebrar algún que otro culto en casas particulares».

En unas jornadas especiales de avivamiento y evangelísticas celebradas en la primera Iglesia Bautista de Madrid, «el coro de la Iglesia entonó numerosos himnos durante la semana, sirviendo de inspiración a los asistentes. […] El jueves santo también se pudo escuchar a una joven del coro en un solo de un himno de llamamiento». Por su parte, Manresa acogió en marzo de 1954 el enlace matrimonial de Dolors Gangonells con Vicens Soler, quienes «entraron en el templo, bellamente adornado, a los acordes de la marcha nupcial de Mendelssohn, interpretada por armónium y violines. […] El coro dio realce a la ceremonia interpretando tres bellas composiciones adecuadas, con su habitual pericia». El día de la madre en Sabadell contó con el pastor de la capital del Bages, teniendo «el privilegio de tener en este culto especial al coro de la iglesia hermana de Manresa. El pastor de la misma, nuestro querido amigo don S. Rodrigo, tuvo la gentileza de acompañar a su coro, el cual y bajo su experta dirección nos deleitó con un largo repertorio de sus más exquisitos himnos. Hacía algún tiempo que no oíamos un conjunto de voces bien preparadas en nuestros cultos y esto dio lugar a que nuestro gozo fuera cumplido».

En la naciente iglesia bautista de Sevilla se celebró la primera boda entre el Sr. Márquez y la Srta. Martínez, dirigida por el Rvdo. José Luis Barba Lafuente (1923-1993), quien «dirigió un expresivo mensaje, cuya meditación se basó en Efesios 5:22-33, exhortando a los contrayentes sobre lo que debe ser un hogar cristiano. […] Durante el acto, el coro de la iglesia entonó varios himnos y la marcha nupcial de Lohengrin, lo cual contribuyó a la brillantez de la ceremonia». Asimismo, en València los hermanos Amalio Cuenca y Pilar del Tronco se unieron en matrimonio «a los acordes de la marcha nupcial tocada con armónium y violín. El coro entonó diversos himnos que realzaron la solemnidad del acto».

En Xàtiva, el servicio de ordenación al pastorado de José Cardona contó con el director del Seminario Bautista Español, Rev. Roy Blanton Wyatt (1926-2010), quien hizo el discurso denominado ‘cargo al pastor’ y una plegaria de encomendación: «Al fin de su oración y acompañado por el Rev. Mefford en su expresivo y armonioso acordeón, el joven Carlos Duet cantó el emocionante himno ‘Placer verdadero es servir al Señor’. […] El coro de la Iglesia cantó un hermosísimo himno de consagración que hizo vibrar de emoción a los presentes». Y «obsequió a los misioneros norteamericanos, interpretándoles un corito en inglés que fue para ellos una agradable sorpresa». En el número correspondiente al mes de octubre de 1954 de la revista femenina Nuestra Labor, se insertó el primer canto infantil que, más tarde y junto a otros encartes, conformaría el himnario ‘Himnos para Niños’. La partitura escogida fue ‘¡Jesús es la luz del mundo!’, con sus cuatro estrofas.

A finales del mismo año tuvo lugar en la segunda Iglesia Bautista de Madrid, en Usera, la presentación del pastor electo, José Beltrán Ferrandis (1913-1988), con un culto especial donde «dieron lucimiento al acto el hermano Sr. Dorado, de la Iglesia de General Lacy, tocando el armónium, y el coro de la misma Iglesia, dirigido por el joven hermano Miguel Fernández, hijo de nuestro inolvidable pastor Francisco Fernández Moya, feliz y gozoso ante la presencia de Dios». También «nuestro querido hermano Manuel P. del Busto interpretó en su violín el Aria de la Suite en Re de JS Bach, siendo del agrado de todos los hermanos».

En Alacant y en 1955, Raquel Francés García, hija del pastor Vicente Francés, contraía matrimonio con Joaquín Gómez García. Raquel había sido la directora del coro en los últimos años, de manera que el enlace tuvo una «sentida emoción que sobrecogía a todos los componentes del Coro, al percatarse de que su directora les dejaba, después de haber convivido tan íntimamente con ella durante varios años. El hueco que dejaba lo consideraban poco menos que incubrible. Por todo ello, al finalizar la ceremonia y cruzar por delante del Coro, los componentes del mismo, de una forma espontánea se pusieron de pie, demostrando así su afecto». 

En la Primera Iglesia Bautista de Barcelona, el «coro de la Iglesia celebró una comida fraternal a la que asistieron los oficiales». Posteriormente, el día 6 de enero hubo una fiesta: «esta vez con la presencia y participación de los jóvenes de Badalona, debiendo resaltar la magistral actuación de los coros, dirigidos, respectivamente, el de Badalona, por don Samuel López, y el de Bonanova, por don Juan Vinyes».

La ‘Semana de Evangelización’ de Juventud para Cristo que se realizó en Barcelona contó con una media de más de 1500 personas de asistencia, con la participación de «rapsodas, violines, violoncelo, acordeones y cuartetos, y también el Coro Unido de Juventud para Cristo». Para el sábado estaba anunciado el fin de Campaña, obligándose a una reunión extra por la gran concurrencia. «En la que se celebró en la iglesia de la calle Aragón estaba anunciado que todos los coros de Barcelona cantarían el himno ‘Bendice, oh alma mía’, pero debido a la gran afluencia de personas fue imposible por no poderse colocar». […] «Durante la semana cantaron los coros de todas las iglesias de Barcelona, cantando un coro en cada reunión. Además, cantaron los cuartetos de Bonanova y Párroco Triadó, solos de Párroco Triadó, Pje. Nogués y Teruel, el coro de armónicas, los instrumentos de cuerda de varias iglesias y el conjunto de acordeones».

En sendas ediciones de El Eco de la Verdad de 1955, Pere Puig Ballonga (1929-2016) escribió un artículo en dos partes titulado ‘La música en la Iglesia cristiana’, en el que repasaba la esencia de la música, con una ojeada a la historia musical del pueblo hebreo y los primeros siglos de cristianismo hasta la Reforma, cuya temática dejó para un posterior capítulo. No fue hasta el siguiente año cuando apareció la segunda entrega, muy versada y con detallada información sobre la música en la Reforma. En los párrafos finales dejó constancia de una apreciada versión hímnica del «Salmo 68, [que] llegó a ser, podríamos decir, el himno nacional de los Hugonotes. Este es uno de los himnos más poderosos, más expresivos y más perfectos que se pueden concebir (Ninde) y podríamos compararlo, sin desmerecer a ‘Castillo fuerte es nuestro Dios’ de Lutero. La música es de Mathieu Greiter (1490-1550) y la letra en versión española de Adam F. Sosa, dice:

Muéstrese Dios solamente
          Y en seguida se verá
          Dios dueño de la plaza,
          El campo enemigo disperso
          Y sus fuerzas por doquier
          Huirán ante su faz.
 
          Veráse a sus tropas huir
          Cual se ve desvanecer
          Una nube de humo;
          Y cual funde el fuego la cera
          De los malos, al soplo de Dios
          La fuerza se consume».

En el mes de marzo de 1955, Terrassa acogió un culto extraordinario de evangelización, «pudiendo calificar de verdadero banquete espiritual. El programa fue netamente musical, interpretando tanto el Coro Unido de Juventud para Cristo como el conjunto instrumental composiciones fuertes, siendo todas ellas ejecutadas con una tesitura y técnica casi perfectas». En el mes de octubre de ese año «un numeroso grupo de jóvenes de la UBJ de Xàtiva visitó el buque insignia de la Flota ‘De Moines’, teniendo ocasión de cantar sobre la cubierta del mismo algunos himnos a coro con visibles muestras de satisfacción por parte de la tripulación y especialmente del pastor de la citada unidad».

En 1956, los cultos de acción de gracias y dedicación del templo en Badalona contaron con «la colaboración musical del coro de la Primera Iglesia de Sabadell, el quinteto de cuerda de Juventud para Cristo, la pianista Srta. Luisita Cantos, el tenor don Julián García y el coro de la Iglesia». Y con motivo de la dedicación del templo, «el conocido poeta y hermano nuestro don Antonio Almudévar, compuso un inspirado himno que se cantó en todas las reuniones especiales que se celebraron». En otra fecha destacada «tuvo lugar un concierto de Navidad a cargo de los miembros de la Iglesia de Barceloneta; la señorita Luisa Cantos, pianista; don Juan Oliver, violín; y don Joan Gómez, trompa, con escogidas composiciones musicales».

En los cultos especiales de Semana Santa en la Primera Iglesia Bautista de Madrid «el coro tuvo una acertada intervención […] cantando entre cada Palabra una estrofa alusiva al tema del himno del Rvdo. JB Cabrera: ‘Oíd cual ruega al Padre’». En un culto de testimonio y predicación en la Primera Iglesia Bautista de Barcelona, «dos oyentes decidieron entregar sus vidas al Señor, pidiéndole perdón por sus pecados. En dicho culto cantó con verdadera unción el solista de la Iglesia de Badalona, Sr. Tobar, acompañado al armonium por el hermano don Joaquín García». El Día de la Juventud celebrado el 19 de marzo de 1956 en Alacant, juntamente con los hermanos de Elx y Elda, «se cantaron varios coritos e himnos y por primera vez el himno oficial de ‘Juventud leal a Cristo’ de las iglesias de la provincia alicantina: ‘Cual Josué se esforzará en la batalla».

Junto a decenas de personas llegadas de diferentes partes de España, la inauguración del nuevo templo bautista en la capital del Túria, en la calle Quart 134, fue presenciada por el violinista Manuel Pérez del Busto, quien inspirado por tal evento escribió un alusivo artículo titulado ‘Música celestial’, iniciándolo con estas palabras: «Todos los que, guiados por Dios nos congregamos en el espacioso Templo de la Primera Iglesia Bautista de Valencia, para inaugurarlo y dedicárselo al Señor, asistimos a una muy bella audición del Aleluya de ‘El Mesías’, de Jorge Federico Haendel. El consejo del salmista en el Salmo 33: ‘Cantad a Jehová canción nueva y hacedlo bien, entonando con júbilo’, se hacía vida en ese nutrido coro que, sabiamente conducido y magníficamente entonado, nos obsequiaba con una de las páginas más espirituales y bellas del evangélico músico alemán. Mientras el coro entonaba el Aleluya, yo pensaba en las almas que, mezquinas o fanáticas, desprecian el amor de Dios y no quieren aceptar su saludable consejo: ‘Venid a mí…, que yo os haré descansar’. […] Sobre las voces bien timbradas del magnífico coro de la Iglesia de Valencia, la voz potente de Dios, cual huracán devastador, clamaba pujantemente: ‘YO SOY EL QUE SOY, HA SIDO Y SERÁ: NINGUNA MANO MORTAL HA LEVANTADO MI VELO’. Y después, el silbo dulce y apacible de su inefable amor en nuestros corazones: lágrimas de gozo, expresiones de amor santo, saludos, besos, sonrisas, fraternidad cristiana… ¡Armonía!» Las crónicas de aquel memorable evento concretaron que «tanto por la mañana como por la tarde, los coros de las cuatro iglesias de Valencia entonaron diversos himnos, interpretando al final todas las voces unidas el ‘Aleluya’, resultando maravilloso por la armonía del conjunto y la labor del director».


La XI Convención Bautista Española celebrada en la Iglesia de la Barceloneta en 1957 con el lema ‘La providencia de Dios’, incluyó «una velada literario-musical de tan grato recuerdo, que difícilmente olvidaremos los que a ella asistimos. La señorita Luisita Cantos, pianista, volvió de nuevo a obsequiarnos con el regalo exquisito de su arte depurado puesto al servicio de una ejecución pianística pletórica de sensibilidad. Junto a ella, la señorita Pilar Morales, rapsoda, quien hace voz de poesía, recitó con dicción perfecta y sentimiento a raudales varias páginas de autores hispanoamericanos y españoles. Como prólogo de esta brillante velada, D. Raúl Sampablo leyó un discurso titulado ‘Música y Espíritu’», que la revista Entre Nosotros recogió íntegramente. Algunas de las frases entresacadas del discurso son las siguientes: «La Música influye de manera poderosa en la vida espiritual. Remitámonos al testimonio de la historia, volvamos nuestros ojos al ejemplo experimentado y seguro de lo que ya fue: Nunca servicio religioso estuvo desprovisto del correspondiente acompañamiento musical. Es más: podríamos decir que surgió la música como una necesidad del culto a Dios, o mejor aún, la primera adoración que el hombre tributó a su Dios fue la de cantar. La Música fue en el principio el único culto a Dios. ¿Ha cambiado el sentimiento religioso de los hombres? ¿Ha variado Dios? La música sigue siendo imprescindible en todo culto divino. Y cuando digo música no me refiero al sonido que pueda producir uno que otro armonio o piano tocado por manos inhábiles, sino a la Música interpretada con toda fidelidad. Es mi experiencia que ésta, cuando ha sido preparada con cuidado y de acuerdo con el predicador, llena mucho más las necesidades espirituales y produce siempre más maravillosos frutos».

 Asimismo, José Pérez Sánchez (1910-1979) escribió en 1956 un artículo en la revista denominacional bautista titulado ‘Prudencio, cantor de los mártires’, como parte de la serie ‘El cristianismo en España’. En el último párrafo, Pérez Sánchez describe la personalidad del poeta hispanolatino (348-410): «Ignoramos dónde descansan las cenizas de este gran poeta, que a la vez fue un fervoroso creyente y un hábil polemista; pero conocemos su figura gigante a través de sus poemas, en los cuales encontramos dibujado un Prudencio, enamorado de la belleza y del arte, fino, distinguido e influyente. Conocedor de las epopeyas anteriores, quiso dejar para la posteridad unos hermosos cantos, llenos de musicalidad, y en los cuales perpetúa nombres de fervorosos creyentes, mártires de la fe. Y cuando el cristianismo se vio atacado, Prudencio, que en su juventud había empuñado la espada para defender al emperador Honorio, ahora, maduro ya, empuña la pluma y arremete contra los enemigos de la cruz».

Dentro de los actos de la V Conferencia regional que se celebró en la Primera Iglesia Bautista de Sabadell, hubo un encuentro musical con «la participación de las masas corales que, al finalizar, cantaron el Salmo 100, unidos bajo la dirección de don Pedro Puig Inglada». Tras la Conferencia, el cronista Alberti reivindicaba: «…y en cuanto a lo demás decimos a quien corresponda que sería muy bueno organizar un día especial para coros y conciertos, ello permitiría hacer una mejor labor en ambos aspectos». Mientras que en Catalunya se celebraba el encuentro de las iglesias bautistas, en Santa Cruz de Tenerife elegían a los nuevos oficiales de la iglesia: diáconos, secretario, tesorero, bibliotecario y director del coro. Julio Quintero sería el elegido, ostentando el cargo durante más de diez años. Al este de la península, en 1957 se celebraron bautismos en la iglesia valenciana de Carlet, evento que recibió la visita de «hermanos de otras iglesias, entre los que se hallaban los componentes del coro de Valencia, quienes actuaron tanto en el culto de predicación como en el momento de los bautismos, entonando parte de su extenso archivo musical. Fue una nota simpática y dio realce a tan solemne acto. La capilla estaba llena y nuevas almas tuvieron la oportunidad de oír la Palabra de Dios».

En aquel mismo año apareció en Entre Nosotros una paráfrasis musical de 1ª de Corintios 13, escrita por Paul Johnson y traducida por O Jornal Batista de Rio de Janeiro. Con el título de ‘El miembro del coro’, el artículo empezaba así: «Aunque yo cantase como el brillantísimo Caruso y con la dulzura de los ángeles, si no tengo el sentido de lealtad que me impele a ser fiel en mi coro en todos sus ensayos y servicios, mis talentos no tendrían más valor para mi Señor y su iglesia que el metal que resuena o el címbalo que retiñe. Y si tuviese el don de una bella voz y conociese todos los misterios del dominio de la respiración y tuviese todo el conocimiento de un grande repertorio o si tuviese todo poder para transportar a mis oyentes, mas no fuese fiel a mi coro en todos los ensayos y servicios, mi habilidad para servir al Señor en su Iglesia nada sería». Y concluía mimetizándose con las últimas palabras del capítulo paulino: «ahora, pues, permanecen una bella voz, la capacidad para usarla y la fidelidad, estas tres: mas la mayor de ellas es la fidelidad».

Como ya hemos podido ver a lo largo de este capítulo, la revista denominacional bautista acostumbraba a recoger artículos musico-teológicos bien redactados y con sólida argumentación. Manuel Pérez del Busto se prodigó en títulos como ‘El Salmo del Pastor’, ‘Cristo, el guía de las almas’ o ‘Música celestial’. Asimismo, Pere Puig Ballonga escribió en tres entregas ‘La música en la Iglesia cristiana’ y otros artículos de carácter teologal como ‘El valor de la Biblia para el cristiano’, o de ficción: ‘Yo fui un cobarde’. O también la alegoría anteriormente citada de Raúl Sampablo: ‘Música y Espíritu’. Otras salieron de la pluma del afamado dibujante y escultor Raimon Llort Gasset (1911-1992), como ‘La idea del arte ante el cristianismo’, una réplica directa a ciertas críticas negativas en cuanto a arte y fe. Lo sustancial de su planteamiento partía de la pregunta «¿Por qué son bellas las cosas?», concluyendo con la «postura estética de raigambre bíblica hermoseará con un ‘formosus’ –dando forma sublimada– los sentimientos del hombre, y le procurará a la inteligencia el esclarecimiento de aquel volumen armónico y equilibrado del más bello Acto de todos los tiempos: el Acto de la Creación restauradora. Esto es en el orden bello una acción de retoques de la persona humana casi nihilizada por el pecado. Es, pues, la Redención un hecho de magnitud estética… Y aquí el arte, en las soñaciones, no hará otra cosa que rememorar con su hacer ennoblecido aquel hecho estético. Es verdad que el arte es menos cerebral, pero tiene más fina percepción de las delicadezas del alma. Ella se afana en la constante búsqueda de lo verdadero, de lo bello y de lo bueno en pos de un Ideal superior, persiguiendo en la semblanza aquel Ideal que compete al concepto absoluto de Dios».

Además de especializados artículos, un suceso destacado de la segunda mitad de los años cincuenta fueron los conciertos de la soprano Virginia L. Babikian (1925-1997) en Barcelona, Barceloneta y Badalona, interpretando Bach, Haendel, Haydn, Brahms, Debussy o Mozart, acompañada al piano por María Luisa Cantos. El rotativo bautista informaba: «Su presencia era esperada con la máxima expectación, ya que los programas de mano nos la anunciaban como una consumada cantante. Habiendo actuado durante el pasado año en dos ocasiones bajo la batuta de Stokowski, fue también galardonada como la cantante más sobresaliente en los festivales de Berkshire, Massachusetts, residiendo actualmente en la capital de Italia como becaria del Roma Opera Company». La crónica resumía las audiciones con estas palabras: «Virginia Babikian nos demostró una verdad inefable: a través del arte también podemos llegar hasta Dios. Quiera Él que su enseñanza no caiga en saco roto y sea éste el comienzo de una etapa de renovación. Entretanto, volvemos a decir: ‘Gracias, Virginia’».

Si bien la división bautista originada en 1949 por discrepancias entre Juan David Huguey y Samuel Vila se acabó de materializar definitivamente el 9 de enero de 1957 con la fundación de la Federación de Iglesias Evangélicas Independientes de España (FIEIDE), la vida espiritual entre las iglesias de marca bautista continuó siendo positiva, con signos de estabilidad, sin atisbo de rencillas entre ambas denominaciones e incluso con sendas colaboraciones. En 1958, en su programación para las diferentes agrupaciones infantiles y juveniles, la revista Nuestra Labor instaba a la alabanza a Dios mediante artículos como ‘La poesía en los himnos’, ‘Los cantos de David’ o ‘Cantad alegres a Dios’. Basado en el Salmo 100, este último escrito sugería y daba ideas para las asociaciones femeniles bautistas de ambas ramas denominacionales, ya que durante la década de los cincuenta continuaron compartiendo recursos. Diferentes apartados como ‘María, hermana de Aarón’, ‘Los coros en la antigüedad’ o ‘Pablo cantaba himnos’, invitaban a reflexionar sobre la música y la alabanza, concluyendo con una mirada a la vida de JS Bach, su obra y música. En otro apartado dedicado a la Sociedad Auxiliar de Señoritas se invitaba a enseñar música a los niños, con cantos como ‘La nave evangelista’, con lecturas de los salmos o con explicaciones sobre el pentagrama y las notas.

Sin lugar a duda, los eventos más importantes de la Unión siempre contaron con la música como eje unificador e inspirador. La inauguración del templo bautista de Turís en 1959 bajo el pastorado de Llorenç Juan Lacué (1931-2008), contó con la presencia de los esposos Mefford y Gerald A. McNeely (1924-2017), «quienes cantaron preciosos himnos que impresionaron agradablemente a los asistentes». En tan señalada celebración se entregó a la iglesia turisana la Biblia que habitualmente usaba el misionero Érik Anderson Lund (1856-1933) hacia finales del siglo XIX e inicios del XX, y que también usó cuando predicó por primera vez en Burjassot.

Pero en 1959 un triste y luctuoso suceso golpearía a las iglesias catalanas: la desaparición del músico Pere Puig Inglada debido una caída en accidente laboral. Su entrega a la obra y al ministerio musical y coral en la Primera Iglesia Bautista de Sabadell durante más dos décadas, había sido de gran inspiración para todas las congregaciones, por lo que su ausencia dejó un profundo vacío. Sin embargo, tras unos meses de búsqueda de un director fuera de la congregación, la vacante directiva de la coral la ocupó su hijo, Pere Puig Ballonga, inaugurando una fructífera etapa musical que daría alabanza a Dios en los cultos regulares vallesanos e influenciaría positivamente a muchos creyentes.

Bibliografía y documentación