jml

· Los bautistas y su música (42)

© 2024 Josep Marc Laporta

     1-     Radio-difusión UEBE
2-     Medios Audiovisuales UEBE

1- Radio-difusión UEBE

Un novedoso ministerio radiofónico (Radio-difusión UEBE) emergió a principios de los años sesenta, aunque después de diversos procesos y cambios de nombre, estructura y objetivos, en los años noventa derivaría en uno de producción musical (Kroma-Prokrom). En 1963 y en la calle Camp, 65 de Barcelona se abrió por primera vez un pequeño y muy doméstico espacio para la edición de programas evangelísticos a fin de emitirlos en onda corta por Radio Transmundial, organización cristiana sita en Montecarlo. El proceso obligaba a enviar por correo la cinta editada para que se emitiera en un plazo de quince o veinte días desde la capital monegasca.

Nombrado por la Misión Bautista, José Mefford fue el pionero, el promotor y el director, cuyos primeros programas se denominaron Maravillosa Gracia, más tarde Momentos Devocionales, después Encuentro, y finalmente La Llamada. Los primeros tenían una duración que no superaba los quince minutos y eran emitidos los lunes a las 2:15 de la tarde por Radio Transmundial. El contenido era variado: una breve presentación, un mensaje dirigido en su mayor parte a los inconversos y la participación grabada de coros, solistas o cuartetos de las iglesias. Sin embargo, como apuntaba su director en El Eco, «nos damos cuenta de que una proporción muy elevada de los radioyentes son creyentes, y por eso, de vez en cuando, el mensaje se dirige a los que ya son del Señor, porque creemos que este Pan de Vida que Dios nos ha dado en su Santa Palabra hace crecer espiritualmente a los creyentes».

El devenir de los programas experimentó algunas variaciones según la época, como en diciembre de 1965 al presentar uno específico de música interpretado por el Coro Unido de la Convención Nacional de Jóvenes Bautistas que se había celebrado en Xàtiva. El Eco resaltaba: «Dicho coro presentó un concierto en una velada durante la Convención, y la cinta que se grabó aquella noche sirvió de base para el programa especial. Fueron intercalados ciertos anuncios y comentarios acerca de la Convención y de los mismos himnos, y el resultado fue un programa netamente ‘bautista’, porque nos dio oportunidad para hablar de la juventud bautista y de nuestra Convención, etc.». Diferentes programaciones también presentaron contenidos netamente denominacionales, como diversas fórmulas informativas sobre la familia bautista o monográficos sobre lo que es y lo que hace un pastor bautista, «porque la palabra ‘pastor’ precisa cierta explicación en España».

El crecimiento y la importancia del ministerio de Radio-difusión propició que en 1967 se incluyera económicamente en el Plan Cooperativo, junto al Hogar de Ancianos, el Seminario, la Residencia Bautista, el Hogar Infantil, el Secretario Ejecutivo y las Misiones Extranjeras. Esta incorporación deparó más capacidad operativa, a pesar de que los colaboradores eran estudiantes del Seminario Bautista, quienes como parte de las disciplinas académicas regulares contribuían creando guiones radiofónicos o grabando la voz (etapa 1964-1971). Desempeñaron labores de guionistas, locutores o facetas administrativas de correspondencia con los oyentes. Algunos de ellos fueron Julio Díaz Sánchez (1937–), Narciso Núñez Moreno (1924–), Ataúlfo Simarro Martínez (1922-2014), Ricardo Souto Copeiro (1928-2009), Vicente Tafalla Rubio (1934-), Antonio Gómez Carrasco (1936-2016), Julio Marañón Magallón (1940-), Marcelino Huidobro Rojas (1937-), Luis Playà Badía (1940-), Rafael Pacheco Vicedo (1941-), Valentín Cueva Barrientos (1945-), Antonio Asenjo Moreno (1947-) o Jorge Juan Pastor Mut (1949-).

Las cualidades de la onda corta, con su alcance a tierras lejanas e incluso dar la vuelta al planeta, permitieron una buena recepción de los programas en Europa y América, y más concretamente en España. Los mensajes que llegaban tras cada emisión permitieron obtener una radiografía de la difusión y su alcance espiritual. Así lo atestiguaba José Mefford: «…las cartas que los radioyentes nos mandan vienen de todas partes de España, y de otros países de Europa, como de Italia, de Suiza, de Alemania, de Francia, de Yugoslavia y de Montecarlo mismo. Como es natural, la mayoría de las cartas son escritas por creyentes, y hasta ahora, todas, sin excepción alguna, han expresado su satisfacción y agradecimiento por Maravillosa Gracia. Algunas cartas son realmente alentadoras. Un hermano de Galicia nos escribió diciéndonos que vale la pena tener programas así, porque él, su madre y varios hermanos han aceptado a Cristo como Salvador a través de los mensajes radiofónicos. […] Recibimos cartas de personas ancianas que nos dicen que los programas son de consuelo y paz. Hace poco, desde Andalucía, llegó una carta de un joven de veinte años de edad que dijo que al leer la Palabra de Dios y al escuchar los mensajes sentía algo dentro de sí mismo que no sabía explicar, pero que hizo que él sintiese la necesidad de decírselo a los demás miembros de su familia y a los compañeros de trabajo. Una señora escribió desde un sanatorio diciendo que había escuchado el programa y que el mensaje le había convencido; que era terrible no tener fe en nada…, y que ella se encontraba en dicha condición».

Las cartas por correo que se recibían con el destinatario ‘Maravillosa Gracia, Apartado 6009, Barcelona’, seguían dando fe del ministerio radial: «Debo hacerles saber a Uds. y en confianza, si quieren, pueden mandarme alguna literatura para repartirla a las personas que deseen recibirla de buena voluntad. No tengan reparo de hacerlo, que yo [aquí se nombran varios familiares] dimos todos testimonio y dentro de poco nos bautizaremos en el nombre del Señor». Otras, como una de la provincia de Córdoba, solicitaba: «Ruego que tengan la bondad de enviarnos el librito que Uds. mencionan [Principios Bautistas] a un amigo y a mí, para examinarlo y ver si ese es el camino verdadero para alcanzar el Reino de los Cielos».

Después de algunas evoluciones radiofónicas que llevaron a transmitir un programa devocional diario, desde 1968 se incorporó uno dominical de treinta minutos, a modo de culto, con la novedad del himno Maravillosa Gracia cantado por el coro de la Iglesia Bautista de Badalona. Se emitía a las 11:30 de la mañana de los domingos: «es un programa especialmente preparado para aquellas personas que no disponen de capilla evangélica en su localidad, o que encontrándose enfermos no pueden participar en el culto de su propia iglesia». Desde aquel año, la programación bautista en Radio Montecarlo quedó configurada con esta parrilla: todos los domingos a las 11:30 de la mañana, el culto. El programa devocional, todos los días menos los domingos; es decir, lunes, miércoles y viernes a las 2:15 de la tarde, y los martes, jueves y sábados a las 2:30 de la tarde. Y el tradicional de los lunes a las 2:15 de la tarde.

Como parte del ministerio de Radio-Difusión de la UEBE, el director José Mefford y el pastor Narciso Núñez visitaron varias veces a hermanos de habla castellana en el sur de Francia que habitualmente escuchaban los programas. En cierta ocasión, tras ciertas dificultades en la aduana que impidieron entrar al país vecino una maleta llena de Nuevos Testamentos, llegaron a un pueblo cerca de Tarascon, donde celebraron un culto con más de veinte personas. Al día siguiente, otro culto en Cavaillon congregó a una decena de hermanos que pidieron a José Mefford que «tocara con el acordeón unos villancicos franceses, que por casualidad yo conocía, y durante bastante tiempo cantaban los niños españoles los villancicos en francés». Los días en tierras francesas se completaron con diversos cultos en Nimes, Annonay o Chateauneuf.

Hasta entonces los programas radiofónicos se grababan en un improvisado locutorio casero, a veces en un dormitorio, otras en una sala de estar con mantas para amortiguar los rebotes de la voz. Pero en 1969, en el Seminario Bautista de Barcelona se construyó un modesto estudio de grabación, con mejor equipación y la incorporación de un órgano electrónico, a fin de mejorar la calidad de los programas. Como venía sucediendo desde el año 1964, el asesoramiento del Dr. E. Wesley (Wes) Miller (1938–2017) fue fundamental. Wes viajaba trimestralmente a España desde Suiza, donde trabajaba en el estudio de grabación del Seminario Bautista Internacional en Ruschlikon, para aportar sus conocimientos y, de cuando en cuando, dejar a modo de regalo algún material de estudio. No obstante, la adquisición del magnetofón Negra fue un gran paso en el ministerio de Radio-difusión de la UEBE, puesto que contribuyó a realizar mejores grabaciones y a optimizar la edición de las cintas magnetofónicas.

La producción radiofónica i discográfica de la Radio-difusión bautista poco a poco fue aumentando. La primera edición en disco sencillo fue Cantos Espirituales, editado en 1969. Interpretado por el solista Pascual Haro Caparrós (1943-) y el organista y director de coro Pere Puig Ballonga (1929-2016), contó con dos himnos y dos espirituales negros. En la contraportada de aquella primera producción de la UEBE se podía leer: «La Promoción de Radiodifusión de la Unión Evangélica Bautista de España, al ofrecer el presente disco, agradece la colaboración de D. Pascual Haro y de D. Pedro Puig, no solamente por su participación en la producción de este registro, sino también por su valiosa colaboración durante varios años en la confección de los programas de radio ‘Maravillosa Gracia’ y ‘Momentos Devocionales’ que se presentan por Radio Transmundial, Montecarlo».

    


2- Medios Audiovisuales UEBE

En 1971, Radio-Difusión de la UEBE se constituye como el Departamento o Comisión de Medios Audiovisuales, ampliando perspectivas ministeriales y trasladando el estudio a unas dependencias de la iglesia de Alicante. Desde allí se realizaron los programas Respuesta y La Llamada, que se emitirían progresivamente por distintas emisoras del país, auspiciadas y contactadas por las iglesias de cada ciudad. Con la presidencia de la Comisión de Robert D. Worley (1935–2009), la dirección de José Mefford (1921-2005) y Jorge Juan Pastor Mut (1949-) como jefe de producción, la creciente disponibilidad de las emisoras locales a emitir programas evangélicos propició en 1974 la suspensión de las emisiones en Radio Montecarlo, tras diez años en antena, «en vista de las posibilidades de radiación desde nuestro propio país, […], dedicando nuestros esfuerzos económicos y materiales a un ministerio más interesante». No obstante, por solicitud de los oyentes, en 1976 se reanudaron temporalmente las emisiones desde Radio Montecarlo.

Después de cuatro años radicados en Alacant y tras un tiempo en unas dependencias de la Residencia Montgó de Dénia, en 1975 se inauguró la Casa de la Radio, una pequeña edificación dedicada a la grabación y edición de materiales audiovisuales, construida por el contratista José Gasquet. Al siguiente año, la dirección de José Mefford pasó a manos de Jorge Pastor, que anteriormente había realizado tareas de jefe de producción, técnico, guionista y productor. Algunos de los colaboradores habituales en esta nueva etapa, desde ingeniería técnica a guionistas o locutores, fueron Adolfo de Silva Rodríguez (1927-2014), Robert Franklin Crider (1940-), Paul Douglas Lee (1936–2019), Elías Nofuentes Molina (1961-) Valentín Cueva Barrientos (1945-), Marcelino Huidobro Rojas (1937–) y Antonio Calero Cerrada (1951-).

El cambio de sede y los horizontes de democracia en España promovieron aún más las producciones bautistas y la difusión por las diferentes emisoras del país, y, también, la colaboración grabada de coros, solistas, tríos o cuartetos de las iglesias. En este empeño, Pere Puig Ballonga «colaboraba de una forma acertada por tierras catalanas»; y José Mefford y Jorge Pastor lo hacían en el resto del país, especialmente en el este y sureste.

En sus memorias, José Mefford repasaba los acontecimientos históricos, detallando procesos: «Con el paso de los años, pues, la libertad religiosa iba llegando poco a poco a España, y por fin llegó el feliz día en el cual pudiéramos ponernos en antena desde dentro de España. En cuando a la UEBE, la Iglesia de Albacete fue la que abrió camino y se puso a radiar programas con bastante intensidad. Poco después, la Iglesia de Alcoy empezó a emitir el programa ‘La Llamada’, preparado en colaboración con la Comisión de Radio y Televisión de la Unión. Las iglesias de Dénia, Elx y Málaga también empezaron a presentar ‘La Llamada’ desde las emisoras locales en cada caso. […] En colaboración con la Comisión de Radio de la UEBE, emiten programas radiofónicos Alcoi, Murcia (también colaboran con esta iglesia las de Cartagena y de Lorca), Alacant, Elx, Dénia, Córdoba, Vigo, Granada, Alcira-Xàtiva y Melilla». La cooperación del Departamento de Medios Audiovisuales con las iglesias locales también dio lugar a ayudas económicas específicas para la compra de espacios de emisión o aspectos de presentación, relación o administrativos.

El ministerio de la Comisión coincide en 1976 con el primer Campamento de Música, que quince años más tarde se denominaría Semana de Música y Adoración. En la segunda mitad de la década, el ministerio de la Casa de la Radio grabaría y editaría el concierto final del Campamento de Música. De 1976 a 1982 se publicaron sendos casetes con cantatas corales como De unos a otros, La noche milagrosa, Encuentro o ¡Aleluya!

El propósito de producir música bautista española siguió adelante, «con himnos y voces de nuestras iglesias, que se venderán a precios considerablemente más bajos de los que se encuentran en el mercado nacional. También se producirán cassettes con programas especiales de Semana Santa, Navidad, mensajes para enfermos, revistas juveniles, etc.». Aparte del primer disco sencillo de 1969 del solista Pascual Haro y el organista Pere Puig con Cantos Espirituales, y del casete recopilatorio en recuerdo y homenaje al tenor Tomás Garralón en 1979 –repentinamente fallecido en accidente de carretera–, el cambio de década a los ochenta se presentó fructífero. Con la dirección de Jorge J. Pastor y la incorporación a todo tiempo de Elías Nofuentes como técnico, productor y músico, de 1981 a 1986 el Departamento de Audiovisuales de la UEBE establece una nueva línea discográfica, aunque sin dejar de producir los programas de radio. En 1981 edita Brisas de amor ~ Música evangélica variada; y al siguiente año sale a la luz Nuevas sendas ~ Colección de música juvenil.

 La primera, de 1981, recoge sendas grabaciones de la Orquesta Bautista de Fort Worth, Tod Fast, Giorgina Plà, la Coral Al·leluia de Sabadell, la solista Una Herbaje, Marta y Núria Puig, el grupo Ebenecer de Lorca o el dúo de José Sánchez Albaladejo (1940–2019) y Francisco Morote Duran (1947-) de Alicante. La segunda –Nuevas Sendas~Selección de Música Juvenil de 1982–, contó con un poema introductorio declamado por Jorge J. Pastor y las voces de Ruth Comíns, Rafael Roca, Tod Fast, la formación británica Frontline o el grupo dianense Judà. Los dos siguientes vídeos recogen aquellas primeras producciones bajo el sello Producciones Evangélicas La Llamada.


En el camino hacia la producción propia, en 1986 se presentó un programa de diapositivas para uso de las iglesias y particulares, con varios lotes. Provenientes de ediciones norteamericanas, el primero se titulaba Vida de Jesucristo; el segundo La Formación del Antiguo Testamento; el tercero La Formación del Nuevo Testamento; y el último El Tabernáculo. El precio estipulado era de 2.500 pesetas, ofreciéndose a las iglesias en un paquete de filminas y un guión argumental.

A continuación, tres de las producciones mencionadas quedan recogidas en vídeo, una adaptación posterior en video-caset VHS realizada en 1992 y compendiada por Kroma –nombre comercial que sucedería a Medios Audiovisuales UEBE.



También y como parte del ministerio de Medios Audiovisuales UEBE, se distribuyeron sendos álbumes provenientes de la Casa Bautista de Publicaciones de El Paso, Texas (EUA). Dos de los más reseñables fueron Corazones siempre alegres~Grupo Vocal Bautista (1975) y Eugenio y Ruth Jordan~Para su gloria (1978).


Estos primeros pasos en la producción musical bautista en España devinieron hacia principios de los noventa en un sello discográfico propio. Con este objetivo, bajo la dirección de Jorge Pastor, en 1986 se emprendió la ampliación de la Casa de la Radio para convertirla en un estudio de grabación profesional. A partir de 1990, Kroma tomaría el testigo con la edición de música de alabanza y testimonio por diferentes cantantes y músicos del país. Más adelante y en posteriores capítulos haré un resumen de este ministerio discográfico bautista.

Bibliografía y documentación


· Los bautistas y su música (41)

 © 2024 Josep Marc Laporta

     1-     Armonios, órganos y órgano de tubos
2-    IV Congreso Evangélico Español

1- Armonios, órganos y órgano de tubos

Si el armonio de fuelle a dos pedales fue el instrumento predilecto de los bautistas en la alabanza congregacional durante más de medio siglo, su sustituto, el órgano electrónico, también lo fue, aunque por mucho menos tiempo. Cumplida su función con creces, el paso del armonio al órgano fue obligado por las grandes novedades y prestaciones de este último, con más posibilidades sonoras y tímbricas, con el doble teclado y la inclusión de pedalera de una octava para las notas graves.

En 1965, la Església Evangèlica Baptista Bonanova de Barcelona inauguraba el primer órgano electrónico de los bautistas que, según afirmaban las crónicas, «ha dado un realce extraordinario a nuestros cultos». En él aprendieron organistas como Ambròs Monsó Celma (1952-), que directamente recibió clases del misionero José Mefford (1921-2005). Como parte de la adquisición, se realizaron una serie de actividades orientadas a sustituir el antiguo armónium por el nuevo instrumento, destacando el concierto pro-órgano del 6 de enero de 1965 que ofrecieron Maria Luisa Cantos (1943-) y el violoncelista Josep Trotta Millán (1906-1979). Para alcanzar el montante necesario para la compra también se abrió una suscripción entre la membresía.

Pero la vida de aquel órgano electrónico en la iglesia de la Bonanova fue corta. En menos de dos décadas fue sustituido por una nueva adquisición: el órgano Hammond con Leslie. Por un lado, el instrumento con dos teclados y pedalera completa y, por otro, el Leslie en un mueble aparte. La función del Leslie era simular una variedad de sonoridades o ubicaciones sonoras a modo de los órganos de tubos, creando una nueva percepción espacial en cada nota. El mueble, con altavoces giratorios en su interior, conseguía simular una sensación espacial incomparable a cualquier altavoz fijo.

Otras iglesias del país fueron incorporando el órgano electrónico hacia finales de la década de los sesenta y principios de los setenta, sin que, en lo sucesivo prácticamente ninguna otra congregación de la UEBE apostara definitivamente por el modelo de órgano con Leslie, lo que convirtió a la congregación barcelonesa en peculiar. Posteriormente, la Iglesia de la calle Verdi de Barcelona, de trasfondo bautista, aunque afiliada a la FIEIDE, también adquiriría un órgano con Leslie. Y a finales del siglo XX, Josefina López Sevilla (1916-2005) de la Iglesia Evangélica Bautista de Albacete obtuvo, de manera particular, un Hammond B200, con pedalera y Leslie, que sería usado temporalmente en la congregación albaceteña.

No obstante, si en 1965 llegaba el primer órgano electrónico a una congregación de la UEBE, un año antes la Primera Església Evangèlica Baptista de Sabadell estrenó un flamante instrumento, pasando directamente al órgano de tubos. Este cambio no tuvo parangón en ninguna otra iglesia bautista del país, aunque tres décadas antes Samuel Vila Ventura (1902-2002) quiso dar realce al frontispicio interior del templo de la calle Galvani de Terrassa con una reproducción en cartón-piedra de unos tubos, imitando a los del pipe organ. Pero tan sólo fue una imitación estética, manteniendo el pequeño armonio de fuelle accionado por pedales que a principios de los años setenta se reemplazaría por un órgano electrónico.

«El jueves 7 de mayo de 1964 se celebró en la Primera Iglesia Bautista de esta ciudad [Sabadell] un gran acontecimiento, de esos que contribuyen a hacer historia; de los que marcan en verdad una etapa. Esta Iglesia estrenó en ese día un órgano». La noticia de El Eco, firmada por Isidro Amat, recogía un suceso único en la historia bautista: la adquisición de un órgano de tubos de segunda mano perteneciente hasta la fecha a la Comunidad Evangélica Alemana de Barcelona. La operación coincidió con la renovación del órgano de la Iglesia de la calle Brusi y la correspondiente compra de uno nuevo, lo que permitió a la congregación sabadellense obtener el antiguo. La operación fue promovida e impulsada por el músico y director de la Coral Al·leluia –Pere Puig Ballonga (1929-2016)— que había recibido clases de órgano de un familiar suyo –Pere Inglada Sanmartí (1910-1980)— en la misma Deutschsprachige Evangelische Gemeinde, quien ejercía funciones de organista suplente. Al conocer las intenciones de sustitución del órgano de tubos, Puig Ballonga empezó las gestiones a fin de adquirirlo e incorporarlo a la congregación de Sabadell.

La crónica de época lo narraba así: «Todo ello ha sido posible gracias a diversas circunstancias que han concurrido para el feliz éxito de esta apetencia noble». El magnífico órgano marca Walter, «es carísimo, pero la citada congregación alemana ha hecho casi una verdadera donación al facilitarlo en condiciones ventajosísimas a la Iglesia de Sabadell. Por otra parte, se ha contado con una aportación voluntaria pero entusiasta de muchos hermanos miembros de la Iglesia que en forma ordenada de bonos han suscrito la llamada ‘Operación de las 1.000’, por la que cada persona se compromete a contribuir con esa cantidad en un plazo de tiempo señalado y amplio para facilitar la colaboración; también se han recibido aportaciones de otras personas, donativos de España y del extranjero, así como de la Misión Bautista Española».

La instalación del órgano fue laboriosa, realizada por especialistas organeros que tuvieron que desmontarlo en la iglesia alemana, trasladarlo a Sabadell y adaptarlo al balcón del coro en la nueva estancia. Finalmente, el jueves 7 de mayo de 1964 se realizó un acto unido de las iglesias hermanas de Sabadell y Barcelona, «estando presentes los Sres. Whitten y Hilliard con sus respectivas esposas; el pastor Samuel Vila de Terrassa y los pastores Antonio Almudévar e Isidro Amat». El pastor de la Iglesia, Joan Juan Lacué (1933-), abrió la sesión con palabras de bienvenida y gratitud a todos los presentes, agradeciendo también a la comunidad alemana su participación. El acto fue un concierto de «música sacra a cargo del Coro de la Comunidad Alemana bajo la dirección del maestro Guntram Hecht [1923-2018], organista titular de la Capilla Alemana y que también actuó como solista», interpretando diversas obras de J.S. Bach, Heinrich Schütz, G.F. Haendel, Ernst Pepping, W. Henning y M. Frank. En lo sucesivo, los cultos de la Primera Església Evangèlica Baptista de Sabadell serían preludiados por obras clásicas o composiciones adaptadas de la himnología protestante, interpretadas al órgano por Isabel Puig Ballonga (1925-1991) y Pere Puig Ballonga (1929-2016).

En los albores de la década de los setenta, bastantes congregaciones bautistas españolas ya habían renovado sus armonios por órganos electrónicos. En algún caso muy excepcional, como en la iglesia de Dénia, después de su paso por un órgano electrónico sencillo, a finales de la década de los ochenta adquirieron una simulación electrónica de órgano de tubos de marca Johannus –firma holandesa de cierto renombre–, pero que en realidad no dejó de ser un órgano electrónico con un mueble más elegante. En otros lares, como en la Primera Iglesia Bautista de Madrid, el cambio de armonio a órgano y su subsiguiente renovación obtuvo serias discrepancias entre la juventud de la época, ya que los flamantes sintetizadores que irrumpían en el mercado en los años ochenta, además de buenos registros organísticos ofrecían una infinidad de posibilidades sonoras.

El siguiente paso fue la incorporación del piano a los cultos bautistas, que paulatinamente llegó entre los años ochenta y noventa, ofreciendo una dinámica musical más acorde a los tiempos. No obstante, muy pocas de las congregaciones que dispusieron de piano y órgano pudieron disfrutar de la bella combinación de ambos instrumentos para acompañar el canto, ni tampoco de instrumentistas experimentados para lograrlo. Entre ellas sólo se puede contar la Iglesia de Dénia y la Bona Nova en Barcelona. Otras, como la Primera Iglesia Bautista de València o la de la calle Galvani de Terrassa, que después devendría en la Església Unida, tuvieron muy breves experiencias de aunar órgano y piano.


1- IV Congreso Evangélico Español

El evento más destacado del protestantismo de finales de los sesenta fue el IV Congreso Evangélico Español, celebrado en el Gran Price de Barcelona entre los días 30 de octubre y 1 de noviembre de 1969, coincidiendo con el primer centenario del establecimiento de las iglesias evangélicas en el país. Con el tema general ‘Nuestra común vocación al testimonio y al servicio en España’, el encuentro contó con la presencia de prácticamente un millar de congresistas, superando la asistencia de los anteriores de 1919, 1929 y 1934. No obstante, la concurrencia fue baja, ya que hasta la última semana el Comité Organizador no recibió el permiso correspondiente por parte de las instancias gubernamentales, condicionando la movilidad y asistencia de creyentes de otras regiones de España.

El Congreso y su Comité Organizador fue presidido por el pastor de la Primera Església Baptista de Barcelona, Pere Bonet Such (1918-2011). Y, tal y como indicaba el programa, también contó con la participación bautista de Samuel Rodrigo Mora (1918-1995) en funciones de secretario y ponente del tema ‘Nuestra unidad en la tarea común’, y, como adjunto al Comité, Pere Puig Ballona (1929-2016) fue el responsable de la parte musical. Otros ponentes bautistas fueron Joan Juan Lacué (1933-)con el tema ‘Nuestro servicio aquí y ahora’ y Juan Torras Vila (1927-2007), entonces vicepresidente de la UEBE, desarrollando el tema ‘Unidad, servicio y testimonio’.

El Comité Organizador adjudicó la responsabilidad de la organización musical a Pere Puig Ballonga, quien tomó varias líneas de actuación. Primeramente, la creación del himnario del Congreso, que se incluiría dentro del librito del programa, con veintinueve partituras tomadas directamente del Himnario de las Iglesias Evangélicas de España, editado dos años antes. Los himnos que se cantaron fueron los siguientes:

1-A Dios dad gracias, dad honor (HIEE-1)

2-Alma, bendice al Señor (HIEE-6)

3-Al trono majestuoso (HIEE-3)

4-Alzad un cántico de amor (HIEE-264)

5-A Ti que por tu muerte al mundo vida das (HIEE-187)

6-Bendice, ¡oh, alma mía! (HIEE-8)

7-Cantad alegres al Señor (HIEE-9)

8-Castillo fuerte (HIEE-166)

9-Con cánticos, Señor (HIEE-10)

10-Cual pendón hermoso (HIEE-151)

11-Dios hasta aquí me acompañó (HIEE-115)

12-Dios mío, cuando pienso en las mercedes (HIEE-20)

13-Dios, nuestro apoyo en los pasados siglos (HIEE-221)

14-Engrandecido sea Dios (HIEE-25)

15-Fe de los fieles (HIEE-358)

16-¡Firmes y adelante, huestes de la fe! (HIEE-155)

17-¡Gloria a Dios!, porque su gracia (HIEE-15)

18-Grata certeza: ¡soy de Jesús! (HIEE-122)

19-Iglesia de Cristo (HIEE-64)

20-Jesús, yo he prometido (HIEE-137)

21-¡Más cerca, oh Dios, de Ti! (HIEE-131)

22--Nuestro sol se pone ya (HIEE-227)

23-Nunca, Dios mío, cesará mi labio (HIEE-17)

24-Roca de la eternidad (HIEE-83)

25-Santa Biblia para mí (HIEE-183)

26-¡Santo, Santo, Santo! (HIEE-18)

27-Señor, heme en tus manos, dirígeme (HIEE-174)

28-Sólo a Ti, Dios y Señor (HIEE-21)

29-Un amigo hay más que hermano (HIEE-66)

Como segundo aspecto musical, Puig Ballonga preparó un coro unido de las iglesias catalanas, que en la práctica lo dirigieron Pere Vargas Morató (1932-2022) y Francisco Costa Llauró (1940-). Antes del Congreso y a modo de preparación, el coro unido tuvo algunas actuaciones en algunas iglesias de la capital y de la comarca vallesana. También participó el Coro de Evangelismo en Acción, una formación de voces más selectas dirigidas para la ocasión por Jaime Fasold (1941-). En la parte instrumental, el Congreso también contó con los misioneros Esther A. Kregel (1928-2019) y T. W. Hunt (1929-2014), que acompañaron a la congregación y a los coros con el órgano. Hunt, músico y prolífico escritor, respondió a las preguntas de la revista Nuestra Labor:

– Sr. Hunt, ¿qué ha significado para Ud. ser uno de los organistas del 4º Congreso Evangélico Español?

– Una experiencia estupenda, y estoy muy agradecido porque me dieron esta oportunidad.

– ¿Ha tenido ocasión de asistir a otros Congresos?

– A muchos.

– Su opinión sobre este Congreso.

  Ha sido excelente en todos los aspectos.

– ¿Faltaba o sobraba música?

– Quizá habría añadido más música. Ella sirve para dar nuestro testimonio con más poder.

– ¿Cómo cantamos los españoles?

– ¡Estupendo! Son muy melódicos.

– ¿Nos diferenciamos de los americanos en el canto?

– En algunos aspectos. La introducción musical antes del canto en España es más corta. En América no se empieza a cantar antes de haber sonado la música hasta la segunda línea. Los americanos cantamos más deprisa. Los españoles son más lentos, pero cantan con mucho más entusiasmo.

– Muchas gracias Sr. Hunt por sus palabras.

El Congreso concluyó con un concierto especial de la Coral Al·leluia en el templo de la iglesia de la calle Aragón de Barcelona. Según narraba el El Eco, «Digno remate a los solemnes actos del Congreso fue la audición de música sacra a cargo de la renombrada Coral Al·leluia, de la Primera Iglesia Bautista de Sabadell, bajo la experta dirección del maestro Puig Ballonga. El recinto de la Iglesia en calle Aragón, 51, resultó insuficiente para dar cabida a la gran concurrencia que se dio cita aquella noche del 1 de noviembre. El programa, compuesto a base de obras de Saint-Saëns, H. Schütz, Juan Sebastian Bach, Robertson y Händel, en la primera parte, y una selección de espirituales negros en la segunda, fue ejecutado con gran pulcritud y recursos, que evidenciaron el entusiasmo y la buena técnica que imperan en la citada masa coral. Interpretado todo el concierto en catalán, pudo ser seguido por los oyentes de fuera de la región mediante la traducción al castellano de las letras de cada composición, que aparecían en los programas editados al efecto».


Bibliografía y documentación