© 2010 Josep Marc Laporta
Desde los grandes desfiles militares —con toda su simbología nacionalista—, pasando por el valor sentimental de un amuleto —con una supuesta esperanza sobrenatural—, hasta las expresiones más populares y folklóricas de un pequeño pueblo —con su particular psicología de hedonismo asambleario—, la simbología es el medio de expresión comunitaria y social de mayor trascendencia emocional e identitaria. Etimológicamente, la simbología es la representación de una idea con medios comúnmente establecidos y consensuados; pero también es la afiliación emocional y sucinta veneración del emblema previamente aceptado. Es decir, representación, más afiliación emocional y adhesión devocional.
La retórica de la simbología va más allá del símbolo. Es la expresión comunitaria que permite perdurar el mismo emblema más allá de su original razón o destino. Así es como una simple bandera, que identifica a un pueblo, grupo social o comunidad, se convierte en un medio o recurso de reafirmación nacional, grupal e identitaria. La retórica de la simbología incita al sujeto a expresarse más allá del trozo de tela que en teoría simplemente le representa y le identifica, para otorgarle el derecho de manifestarse a favor de o en contra de, o para avivar sentimientos comunes de particularidad o superioridad. Esa expresión tiende a retroalimentarse con una retórica que no sólo indica a qué estado, región, grupo o lugar pertenece, sino que manifiesta la diferencia, la identidad o la particularidad como elemento discursivo que genera nuevas alocuciones, generalmente con componentes emotivos.
Para entender la retórica de los emblemas, podemos observar las variantes socioreligiosas de la cruz cristiana. Símbolo de la muerte expiatoria de Jesús en una cruz, las dos astas cruzadas han sufrido innumerables cambios y transformaciones con la finalidad de identificar y afiliar emocionalmente, con distintos matices de veneración. De una sola cruz —que inicialmente definía un acto pascual—, tras dos mil años de historia de cristianismo, distintas sociedades y comunidades nos han ofrecido innumerables identidades y afiliaciones. A modo de ejemp

Detrás de cada una de estas cruces existe una retórica de la simbología, una adscripción a un


Cuando los cristianos primitivos se conocían, reconocían o identificaban por medio del ICTUS —un dibujo críptico en tierra polvorosa con dos arcos que simulaba un pez, esbozado a partes iguales por las dos persona

Las diferencias entre los distintas confesiones cristianas no son solamente iconográficas. Cada una de ellas ha adoptado un emblema que le define o personaliza. Es lo que podríamos llamar ‘imagen corporativa’. Mientras que los actuales publicistas y diseñadores conceptuales suponen que han inventado la marca, el anagrama y el logotipo, desde hace cientos de años los distintos grupos del cristianismo han entretejido en lo más profundo de su antropoteología su propia imagen corporativa. Las imágenes de santos, vírgenes y cruces con crucificados de los templos católicos han determinado un discurso antropoteológico sobre la retórica de la simbología. La señal de la cruz, un gesto ritual con diversos propósitos espirituales, es una visible adaptación de la retórica del simbolismo católico: la simbología corporativa llevada a la personificación. Por parte del protestantismo, la apuesta luterana de la ‘sola Palabra’ fue y es uno de los elementos simbólicos cargados de contenido y retórica. La Biblia fue, junto a su estudio devocional, el emblema más nítido y representativo de la reformada iglesia, hasta el punto que en posteriores sociedades serían conocidos como los cristianos del libro. Incluso, en algunos sectores religiosos, fueron conocidos por los dos libros: la Biblia y el Himnario de alabanzas. También, junto a otros símbolos, el dibujo de una paloma en representación del Espíritu Santo fue otro de los elementos comunes en la posterior iconografía del cristianismo reformado.
Sin lugar a dudas, la bandera es uno de los emblemas más representativos de un pueblo. Es interesante observar que el estandarte aparece en la historia universal a la par que la irrupción del cristianismo en el imperio romano, con el decreto de Constantino. Así podemos determinar que bandera y cruz son


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Interesanteeeee alianza histórica de estas dos simbolos
ResponderEliminarLas banderas y las cruces no deberían exitir, son causa de la alienación humana.
ResponderEliminarLas banderas son la cruz de la sociedad moderna. Por las banderas y con la cruz se ha matado todo bicho vivo.
ResponderEliminarmE GUSTO MUCHO ESTA EXPOSICION. ME HA ABIERTO LOS OJOS A UN ASPECTO DE LA SIMBOLOGIA QUE ME HABIA SIDO TOTALMENTE INADVERTIDO. GRACIAS
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