© 2023 Josep Marc Laporta
1- Colección de himnos y cantos para coro
Tras la aparición
del Himnario de las Iglesias Evangélicas de
España de letra en 1948, Samuel Vila emprendió
en 1949 la publicación de Colección de himnos y cantos para coro con la
finalidad de proveer partituras ausentes de los himnos del HIEE y algunas
composiciones específicas para coros. La edición
partió de la Comisión del Himnario Unido de España, en
colaboración con la editorial La Aurora de Buenos Aires y la recién
estrenada Junta Bautista de Publicaciones, prácticamente
inaugurada con la publicación del libreto.
Impulsada por J. D. Huguey en 1949, la Junta
Bautista de Publicaciones de la UEBE se creó con el propósito de editar,
importar y vender revistas y folletos de interés para la obra en España. Con un
capital inicial de 62.000 ptas. donado por la Misión Bautista –que asumió la
dirección hasta 1951–, la Junta tuvo como primer administrador al pastor Miguel
Gómez. Ya avanzada la siguiente década, los primeros libros que se editaron
surgieron de la pluma del poeta Antonio Almudévar, como ‘Oro, incienso y
mirra’, ‘Más arriba’ o ‘La Cruz es nuestra espada’. No obstante, el libreto Colección
de himnos y cantos para coro tan sólo fue una colaboración simbólica, pues
la Comisión
del Himnario Unido de España fue la máxima responsable bajo la
dirección de Samuel Vila, entonces aún presidente de la UEBE. La
editorial La Aurora de Argentina tuvo a su cargo una pequeña
parte en la distribución a América latina, mientras que las litografías e
impresión se realizaron en los talleres J. Mora de Barcelona.
Colección de himnos y
cantos para coro recopiló en dos secciones cincuenta y siete
himnos y dieciséis cantos para coros. En la primera parte abasteció a los
organistas de partituras de algunos cantos del Himnario de las
Iglesias Evangélicas de España que no tenían suficiente correspondencia
en los libros de música foráneos; y en la segunda proporcionó a los coros de
las iglesias composiciones más esmeradas para la interpretación coral. De los
himnos del primer apartado sobresalen algunos que fueron muy emblemáticos en las congregaciones bautistas. Entre los más destacados por su calidad y
popularidad se cuentan los siguientes:
‘Al Señor nuevo salmo conviene’ (CHCPC-2/HIEE-7), Himno VII de
Cantate
Domino, Canticum novum, denominado Salmo CXLIX, con texto de Tomás J.
González Carvajal (1753-1834):
‘Celeste voz que nos convidas’ (CHCPC-19/HIEE-189) de Henry Parr (1815-?) y letra de Juan Bautista Cabrera Ivars (1837-1916):
‘Al huerto van a visitar’ (CHCPC-32/(HIEE-261), con música de Joseph Lincoln Hall (1866-1930) y texto castellano de Ernesto Barocio (1876-1948):
‘Siempre feliz’ (CHCPC-36/HIEE-328), melodía marcial de Henri-Frédéric Amiel (1821-1881) a la que Rubén Saillens (1855-1942) escribió un poema libre en francés y que Ambrosi Celma Chertó (1882-1944) tradujo en 1943:
‘Yo veo al Hijo de Dios vivir’ (CHCPC-51/HIEE-278), tonada Ivory Palace, con música y letra de Henry Barraclough (1832-1894) y traducida oportunamente por Enrique S. Turrall (1867- 1953):
‘Placer verdadero’ (CHCPC-39/HIEE-339), escrito íntegramente por Franck C. Huston (1871-1959) y traducido por Ernesto Barocio (1876-1948):
‘Todo por Cristo será nuestro lema’ (CHCPC-15/HIEE-163), con música de Josefa Cabrera Latorre (1871-1939…) y letra de Leonor Bustamante (1883-1920):
Sin embargo, Colección de himnos y cantos para coro reunió otros himnos, de los cuales algunas de las traducciones se atribuyen a Samuel Vila Ventura (1902-1992) y también a dos de sus colaboradores más cercanos. Escrito en 1734 por Chrétien Urhan (1790-1845), el himno ‘En Cristo mis pecados declino por entero’ (CHCPC-57/HIEE-438) recibió el texto en castellano del pastor Vila:
‘Vencida ya la noche, ya el día aparece’ (CHCPC-43/HIEE-361) es una melodía de David Sankey (1840-1908), cuyo texto castellano es de Manuel Gutiérrez-Marín (1906-1988):
‘Ved cristianos, cual sin tregua’ (CHCPC-42/HIEE-350) es una
melodía galesa de 1794 denominada The March of the Men of
Harlech,
a la que Samuel Vila adjuntó un texto libre:
‘Construyendo estamos’ (CHCPC-38bis/HIEE-336), melodía de Isaac Hickman Meredith (1872–1962) cuya tonada es Building, daily building, con texto de Flora Kirkland (1862-1911) que fue traducido al castellano por el poeta y teólogo Manuel Gutiérrez-Marín (1906-1988):
‘Un fiel amigo hallé’ (CHCPC-37/HIEE-466) es la tonada denominada Oak, de Lowell Mason (1792-1872), con texto libre de Samuel Vila:
‘Padre, a tus pies me postro’ (CHCPC-34/HIEE-317), de Edwin
Othello Excell (1851-1921) y Johnson Oatman (1856-1922) en la melodía y letra
respectivamente. La adaptación al castellano corresponde a Maria Eugènia Vidal (1923-1997):
‘Celeste Sión, celeste Sión’ (CHCPC-23/HIEE-206), con
música de Horatio Richmond Palmer (1834-1907) y texto castellano de Manuel
Gutiérrez-Marín (1906-1988):
‘Un ángel mensajero’ (CHCPC-31/HIEE-251), texto
en castellano de Maria Eugènia Vidal (1923-1997):
‘Fe de los fieles’ (CHCPC-44/HIEE-358), tonada St.
Catherine escrita por Henri Frederick Hemy (1818-1888) y poema de Frederick
William Faber (1814-
1863) que
Manuel Gutiérrez-Marín (1906-1988) tradujo al castellano:
En el deseo de Samuel Vila de proveer cantos específicos para mejorar la calidad de los coros, la segunda parte de Colección de himnos y cantos para coro reunió dieciséis composiciones corales, la mayoría escritas por el mismo Vila, siempre con textos libres. También Manuel Gutiérrez Marín y Maria Eugènia Vidal participaron con la traducción de algunas, como, por ejemplo, ‘Aclama a Dios tú, oh Tierra’ o el canto de boda ‘Doquier tú vayas’, ambas de Vidal.
De las piezas adaptadas por Samuel Vila Ventura destaca la traducción libre de ‘Cantan los ángeles porque nació’ (CHCPC-65), original de Ira B. Wilson:
Otra de las composiciones que el pastor Vila adaptó con traducción libre fue ‘En los campos solitarios/Adeste
fideles’ (CHCPC-72), también
original de Ira B. Wilson:
Ciertamente es innegable la alta contribución de
Samuel Vila a la himnología evangélica y bautista en tiempos de preguerra y
postguerra española. Con una formación musical muy general y sin tocar ningún
instrumento, Vila tuvo el arrojo de ponerse al frente de un
proyecto tan importante como el Himnario de las Iglesias
Evangélicas de España, de liderar la publicación Colección de himnos y
cantos para coro y, tras su abandono de la obra bautista por
discrepancias en la cúpula de la UEBE, seguir marcando pauta con una nueva edición
en 1951: Cantos
para Coro, aunque con otras alianzas editoriales. Sus limitadas pero
útiles habilidades artísticas, siempre fueron sostenidas por el ministerio de su
esposa, Lídia Vila Campderrós (1914-2014), organista de notable preparación musical. Pero
el empeño y la constancia de Samuel Vila por la obra evangélica fue
tan esmerada, que en los años treinta él mismo dictaba clases de música en el Instituto
Bautista de Barcelona. Pero uno de los secretos mejor guardado de los Vila es
que aquellas lecciones a los estudiantes de teología las diseñaba y preparaba previamente
su compañera de vida. Por lo tanto, habrá que considerar seriamente la gran trascendencia e
implicación que Lídia Vila tuvo en los proyectos hímnicos liderados por su
esposo.
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