© 2025 Josep Marc Laporta
1-
Himnarios para funerales
2-
El Cantor de la Mancha
1- Himnarios para funerales
Sin aún poder establecer una fecha aproximada de
aparición que, según algunas fuentes, podría situarse entre los años 60 y
principios de los 70, los pequeños himnarios para funerales fueron un recurso
para la evangelización en los cultos afines. Encontramos ejemplares en la
Primera IEB de Madrid, en l’EEB de la Bona Nova y la EEB de Terrassa de la
calle Galvani. El ejemplar de la congregación barcelonesa preludiaba así: «En medio de la complejidad de la vida moderna, de la
ansiedad creciente del espíritu humano y de las atrevidas aspiraciones del
hombre, ninguna palabra se revela más valiosa y oportuna para la humanidad que
la de JESUCRISTO».
Denominado como ‘Himnos especiales para servicios
fúnebres’, el pequeño himnario tenía una introducción bajo el título ‘Lo que es
una Iglesia Evangélica Bautista’, donde se podía leer que «están organizadas según las normas del Nuevo Testamento.
[…], constituidas solamente de personas regeneradas, esto es, de las que ya
tengan experimentado un sincero arrepentimiento de sus pecados y crean en
Jesucristo como su único y suficiente Salvador». También aseguraba que la relación entre los miembros «es la de una absoluta igualdad de deberes y privilegios,
resultando un régimen de verdadera democracia religiosa, donde no hay lugar
para prerrogativas eclesiásticas de cualquier orden, recayendo sobre la propia
congregación la entera responsabilidad en la determinación de sus destinos», remarcando que «Cristo es la cabeza de la Iglesia a través de la guía del Espíritu Santo».
Asimismo, repasaba
brevemente la importancia de las ordenanzas del bautismo y la Santa Cena, y que
«todas nuestras doctrinas y preceptos
están fundamentadas en las Sagradas Escrituras, consideradas como la autoridad
suficiente y exclusiva en materia de fe y práctica religiosa». Y, citando el texto de 1ª Timoteo 2:5 y 6, declaraba que
«predicamos, como los primitivos
cristianos, la existencia de ‘un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los
hombres; Jesucristo Hombre, que se dio a sí mismo en rescate por todos’».
Los himnarios contenían un número de cantos menor a diez, con títulos conocidos de la época como ‘El dormir en Jesús es cesar’, ‘Voy al cielo, soy peregrino’, ‘A la luz, a la luz, al encuentro de Jesús’, ‘¡Oh, Salvador, ¡tierno Jesús!’ o ‘¡Más cerca, oh, Dios de Ti!’. Y junto a una invitación a participar en los cultos de adoración, «buscando con nosotros en las Sagradas Escrituras las respuestas divinas a las más profundas y trascendentes indagaciones del espíritu humano», se incluían los horarios de cultos, tanto de los domingos, mañana y tarde, como el del jueves de oración y estudio bíblico.
2- El Cantor de la Mancha
El Trovador de la Mancha o El Cantor de la Mancha. Así lo
denominó su pueblo adoptivo, Munera, y de la misma manera El Eco Bautista citó a
José Luis Castejón Blázquez en sus páginas. Nacido en València el 25 de
diciembre de 1939, aunque trasladado a Munera a los tres años después de morir
su padre, José Luis Castejón quedó ciego poco tiempo después de nacer por una
negligencia médica. Sin embargo, la limitación física no fue obstáculo para
disfrutar de una carrera musical prolífica. A pesar de su invidencia, de
Su dilatada trayectoria
musical y social en La Mancha, resumida en la creación de una orquesta de pulso
y púa en Munera, la composición de música popular o la creación del himno del
Munera CF, le convirtió en una celebridad, hasta el punto de que muchos años
más tarde, el 23 de septiembre de 2016, el nuevo centro musical del municipio
del Campo de Montiel tuvo el honor de ser designado ‘Escuela de Música José
Luis Castejón’. En el acto de inauguración, que se puede visionar más adelante
en un vídeo, El Cantor de Munera dio un discurso lleno de sentido cristiano,
que reproduzco íntegramente:
«Quiero agradecer este homenaje, en primer lugar, como
autoridad, a nuestra señora alcaldesa, a todo el Ayuntamiento, y, naturalmente,
a todo el pueblo de Munera; pero quiero agradecerle, este homenaje, a mi mejor
amigo, el mejor amigo que nunca he tenido y que vosotros podéis tener. Me
refiero a un obrero, en concreto a un carpintero: Jesús de Nazareth. A Él le
debo todo lo que soy, me ha ayudado siempre en todo lo que ha dicho nuestro
presentador. Y ¿por qué digo que es mi mejor amigo? Porque es el amigo de los
ciegos. Yo me quiero parecer a los notarios, no quiero dar opiniones sin
invocar leyes. Evangelio de San Juan capítulo 9. Hay ahí un ciego que el Señor
Jesús fue amigo de él y le dio la vista. En el Evangelio de San Marcos,
capítulo 10, hay otro ciego, que creo que debe ser el ciego Bartimeo; y en los
cuatro Evangelios hay varios pasajes donde el Señor les dio vista, a los
ciegos.
A mí me ha dado una cosa mucho más importante que la
música: el que pueda ver a los demás por dentro como los ve Él. Y me contagié
del sabio Salomón, libro de los Reyes, capítulo 3, creo que versículos del 3 al
15, donde Dios le dijo que estaba dispuesto a concederle una petición, al sabio
Salomón. Y el sabio Salomón, que entonces era rey de Israel, le pidió
sabiduría. Y nos dice la Biblia que eso le agradó a Dios, porque no pidió
riquezas ni la vida de sus enemigos, ni nada. Y ¡hay que ver!, Salomón, el bien
que ha hecho con los libros que ha escrito…, el libro de Proverbios,
Eclesiastés, etc. Bueno, pues yo me contagié de él, y le pedí a mi amigo –sigo
en plan notario– como mi mejor amigo.
Evangelio de San Juan, capítulo 15, ‘ya no os llamaré siervos,’ dice el Señor a sus discípulos, ‘os llamaré amigos’. Y, desde luego, me ha demostrado y me sigue demostrando, dándome sabiduría para hacer bien a los demás. Esas cuatro profesoras, la rondalla municipal y todo el bien que yo he podido hacer por Munera, y últimamente por Campello, donde sigo dando clases, porque yo no he parado. Este presentador, que ha presentado el acto, también es alumno mío, ha sido alumno mío; ahora en este momento es que no tiene tiempo para estudiar conmigo por lo mucho que tiene que hacer… Entonces, mi agradecimiento, como he dicho, para terminar, a la señora alcaldesa, al ayuntamiento, al pueblo de Munera y a mi mejor amigo, el Señor Jesús. ¡Muchísimas gracias!».
Pero volviendo a los años setenta, Castejón Blázquez pasó
quince años en Sevilla, época en la que estudió música, idiomas y braille, y donde
llegó al pleno conocimiento de la persona que transformó su vida, Jesús, el Salvador,
vinculándose con la Iglesia Bautista de Sevilla. De sus muchas aptitudes
poéticas, como las rimas espontáneas, rescatamos una hermosa trova de 1968,
denominada ‘Enigma’:
Estaba yo afligido cierto día
y en mi mente febril imaginaba
que a todo cuanto existe preguntaba
la causa principal por qué existía.
Si cada enigma que ante mí tenía
trataba de aclarar mi alma turbada,
mi razón contestaba: no sé nada,
y el ansia de saber me consumía.
Busqué respuesta en la llamada ciencia
para el hondo misterio de la muerte,
y un silencio total, yermo e inerte,
dejó paralizada mi conciencia.
Ahogó mi vida la fatal sentencia;
a solas lamentaba mi desgracia;
y dijo Dios, mostrando su clemencia:
‘Si ahora no sabes, bástate mi gracia’.
En 1974 encontramos a José Luis Castejón en el Teatro
Lope de Vega de Sevilla, dirigiendo el coro de la Cruzada de Evangelización que
se celebró durante los días 27 al 31 de mayo, donde predicó el evangelista
argentino Luis Palau. Junto al coro, Loida Miller actuó como solista,
acompañándose del salterio, mientras que su esposo, Guillermo Miller, tocó el
violín. En ese mismo año, Castejón escribiría un breve poema, ‘Antorcha’:
Es la Palabra de Dios
el móvil más excelente
que ayuda al alma creyente
a marchar de Cristo en pos.
Y cual antorcha de luz,
al cansado peregrino,
le va mostrando el Camino
que lleva junto a la cruz.
En una entrevista para la revista Lecturas, de tirada nacional, José Luis Castejón afirmaba que «Hay que luchar contra la idea de que un ciego sólo sirve
para vender cupones y de que es una carga para la sociedad». De manera que su vida laboral fue muy prolífica, puesto
que el Ayuntamiento de Munera lo contrató como profesor de música e idiomas y
bajo su tutela creó una academia de música que en 2016 el Consistorio la adoptó
como propia, poniéndole el nombre del Cantor. Durante gran parte de su vida
convivió con unas tías que se ocupaban de la logística familiar y personal en
cuestiones en las que él no podía llegar. Laboralmente se especializó en el
braille, autodenominándose «un
estudiante perpetuo», aunque
su modus vivendi era dar clases: «Hasta los diecisiete años estuve aquí, en Munera. Puede decirse que
aprendí a tocar el acordeón solo. Y me fui a Sevilla porque deseaba saber más y
aquí no tenía posibilidades. Allí aprendí braille y me matriculé en el
Conservatorio, licenciándome en música». De Sevilla marchó a Inglaterra y a Francia, «donde trabajé como obrero. Prestaba mis servicios en la
confección de una revista evangélica en braille». Sus clases para personas videntes son un acontecimiento
social: «No sólo no tengo
problemas en dar clases a personas videntes, sino que es un verdadero goce.
Disfruto trabajando con ellos. Incluso utilizo la pizarra. ¿Cómo? Pues a través
de lo propios alumnos. Yo les enseño a utilizar su vista. Si el ciego está limitado
físicamente, el vidente es esclavo de la imagen. Cada día utilizo la pizarra,
con gráficos que me invento. Son clases participativas».
Según una extensa reseña en El Eco Bautista de la que
entresaco algunos breves párrafos, José Luis Castejón «compone música y redacta la letra. Estudia lenguas y
recita en inglés con la misma facilidad que en castellano. Por eso no le
preocupa actuar en el extranjero. Ya lo ha hecho en diferentes y lejanos
lugares y ahora proyecta una gira por Estados Unidos, tras su experiencia en la
Columbus University, para estudiantes americanos, con un recital bilingüe, casi
todo en inglés, y otro más reciente, también en la ciudad del Guadalquivir, a
un grupo de estudiantes internacionales del Instituto de Lenguas Modernas.
Idénticos éxitos conquistó en los recitales de València, en la ONCE, de Jerez
de la Frontera y Madrid, así como en la Base Aérea de Morón de la Frontera
(todo en inglés) y en el Círculo Mercantil de dicha ciudad gaditana. Entrevista
y grabaciones en emisoras de distintas ciudades y en Televisión Española, le
han acreditado como genial en su estilo».
En diversas ocasiones participa en diversas
congregaciones bautistas, como en 1974 en Albacete, en la que «recreó nuestro oído con la música y nuestro corazón con
el mensaje de la Palabra», o
en 1979 en el Festival de Jesús en Sevilla, interpretando sus trovas evangélicas.
También participó en los dos primeros campamentos de música celebrados en Dénia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario