© 2023 Josep Marc Laporta
1- El informe
secreto del Vaticano
2- Las proclamas
musicales patrióticas
1- El informe secreto del Vaticano
Las
múltiples y activas misiones protestantes en el primer tercio del siglo XX
pusieron en alerta al mismísimo Vaticano. Achille Ratti –Papa Pío XI entre
guerras (1922-1939)– vivió en
los años finales de su pontificado dos hechos sociológicos preocupantes para el
catolicismo: el ascenso del nacionalsocialismo y la entusiasta acción
protestante en España. Del primero condenó su ideología racista y pagana,
mientras acometió la segunda con uno de los informes secretos aparentemente más
minuciosos, que tan solo los conflictos políticos de la Segunda República
matizó.
Para este propósito se valió del nuncio
Federico Tedeschini, muy cercano al Papa, que en un preliminar e inexacto resumen
esbozó una crónica sobre los evangélicos y los medios para combatirla. En su
informe, dirigido a Pietro Gasparri, Secretario de Estado del Vaticano, aseguró
que «La
estadística del Protestantismo en España, desde luego, no es alarmante, gracias
a Dios, como podrá ver V. Eminencia por la relación que sigue». Y entre una
cuenta de ciudades y números hace constar, con algún error de bulto, que «los focos
principales se hallan en Madrid (2 capillas, 750 afiliados, 10 escuelas con 729
alumnos)», centrándose seguidamente en territorio catalán: «Barcelona
(13 capillas, 1075 afiliados y 8 escuelas con 916 alumnos); Terrassa, provincia
de Barcelona y diócesis de Barcelona (6 capillas, 400 afiliados y 4 escuelas
con 100 alumnos); Sabadell, provincia y diócesis de Barcelona (3 capillas, 300
afiliados y 4 escuelas con 400 alumnos); […] Figueres, provincia y diócesis de
Girona (2 capillas, 433 afiliados y 2 escuelas con 91 alumnos) […]». Y la lista
continúa con Rubí, Cartagena, Sevilla, Mahón-Mallorca, Marín y San Sebastián,
indicando que «estas
ocho provincias y diócesis tienen máxima parte de los protestantes en España.
Las otras 40 provincias se hallan, puede decirse, libres de la peste
evangélica, excepción hecha de unos pocos en València, Granada, Coruña y
Bilbao».
Y añade: «Como se ve, después de tantos años como han transcurrido desde
que se rompió en mala hora la unidad Católica y se estableció la tolerancia de
cultos en España, los avances hechos por los protestantes en esta nación no son
muy halagadores para ellos; están casi en donde estaban cuando comenzaron, y si
se compara el escaso número de adeptos (11.000 contando los alemanes e
ingleses) con los esfuerzos, en energías y dinero, que han hecho, el fracaso es
evidente. Y es que, como ya hizo notar Balmes, en España el Protestantismo no
encuentra ambiente. En España podrá haber irreligiosos, pero no protestantes;
el español o no admite ninguna disciplina religiosa o admite la Romana. El
Catolicismo tiene hondas raíces de fundamental tradición y la adhesión a la
Santa Sede se hace cuestión de honor español. Cambiar la sumisión a la Santa
Sede por la sumisión a Lutero, se considera una ridiculez y un absurdo, aun
entre los más fríos. Si hacen algunos adeptos son generalmente mujeres llevadas
de la curiosidad o por la buena acogida que encuentran sus hijos en las
escuelas protestantes».
A pesar de la aparente minuciosidad, el informe no logró reflejar toda la realidad. Sostuvo que «respecto a la propaganda que hacen es bastante activa; derrochan el dinero que viene principalmente de Londres; pagan bien a los maestros de sus escuelas, exigen cuota muy modesta a sus alumnos, imprimen biblias y Evangelios que dan poco menos que regalados, esparcen folletos y hasta publican tres periódicos, ‘España Evangélica’, ‘El amigo de la Infancia’ y ‘La Torre del Vigía’, no son por cierto rotativos, son bastante miserables; pero el segundo tiene 2000 suscripciones».
Pero fue el 1
de marzo de 1930 cuando el nuncio Tedeschini pidió, en una circular a los
prelados españoles, datos más detallados sobre las confesiones protestantes en
sus diócesis, procurando responder así a la preocupación del Papa, del cardenal
Pacelli y de Giuseppe Pizzardo, secretario de la Sagrada Congregación de
Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios. Los datos, incompletos en algunos
apartados, como reconoció el mismo nuncio, incluyó 115 folios mecanografiados,
elaborados entre marzo de 1930 y febrero de 1931.
Respecto a lo concerniente a los cultos
y la alabanza a Dios de los bautistas, encontramos algunas trazas escondidas
entre varias aseveraciones. Expone que en Madrid existen once capillas, «tres
pertenecen a la secta evangélica, una a los adventistas, no se sabe cuántas
pertenecen a las otras»; mientras que asegura que «no consta
en qué días celebran los cultos, ni cuál es la frecuencia de los mismos». De
Barcelona y su diócesis recoge más datos, afirmando que «hay
protestantes en Barcelona misma, en Rubí, en Horta, en Sabadell, en Badalona y
en Terrassa. […] En las informaciones sólo resultan cinco pastores: cuatro en
Barcelona y uno en Terrassa. De los cuatro de Barcelona, tres son españoles, y
uno de los mismos es D. Agustín Arenales, sacerdote católico apóstata, que ha
sido director de la ‘Revista Evangélica’, o mejor de ‘España Evangélica’. No se
sabe de qué nación sea el pastor de Terrassa. No hay duda de que el número de
las capillas y de los centros exige un número superior de ministros y, por
tanto, deben ser bastantes extranjeros».
De las capillas de la diócesis de
Barcelona dice que «Hay doce. Evangélico-metodistas, tres;
evangélico-adventistas, una; evangélicas, dos, de las que uno no recibe ayuda
de ningún comité nacional ni extranjero y se sostiene con los propios medios,
manteniendo también la obra en Mataró y San Pol del Mar; presbiteriana, una;
evangélico-baptista, otra; de los hermanos evangélicos, dos; anglicana, una;
alemana, otra». Sin embargo el informante no entra puertas
adentro de los cultos y su música: «No se informa de los
cultos que se celebran en estas capillas, ni la frecuencia de asistencia a las
reuniones».
En referencia a la enseñanza bíblica,
certifica que «Existe un Instituto Teológico baptista dirigido por D. V.
Leroy David que debe ser extranjero. Los alumnos de este Instituto hacen
propaganda en los barrios de Les Corts de Sans y en otros de la ciudad. Han
obtenido el permiso de acercarse con este fin una vez al mes a Vilafranca del
Penedès». Y respecto al bautismo de adultos manifiesta que «De algún
tiempo a esta parte un grupo de evangélicos va desarrollando mucha actividad en
los barrios de Barcelona. Casi todos los domingos se repite (o se repetía) el
espectáculo de bautizar por inmersión en el río Besós o en un canal que
atraviesa los barrios. Algunos infelices se dejan seducir. En seguida el pastor
dirige un discurso al pueblo, inculcando la idea que ellos cumplen fielmente
los preceptos de Cristo que fue bautizado en el Jordán».
También
refiere el informe que «la capilla Evangélico-Baptista publica ‘El Eco
de la Verdad’» y que todas las capillas de Barcelona que no tienen revista
propia reciben y propagan profusamente el semanal de Madrid, ‘La España
Evangélica’». Y maliciosamente apunta: «Se observa que los
centros protestantes de Barcelona están muy cerca de los centros espiritistas,
lo que hace sospechar que haya alguna inteligencia o al menos alguna simpatía
entre ellos».
De la diócesis de València, el relato vaticano pretende certificar que «hay en la ciudad aproximadamente desde el 1900» […] En Carlet y Sumacàrcer, veinticinco de la secta evangélica desde 1880; en Alginet, doce de la misma secta; en Dénia, veinticinco anabaptistas desde 1880; en Navarrés, veinticinco desde 1908; en Xàtiva, seis desde 1918; en Massanassa, una familia desde 1923; en Alcàsser, una familia desde 1900. Total, noventa y tres, más dos familias y aquellas residentes en València, ciudad». Respecto a pastores: «Hay cinco en València: uno inglés, uno noruego, uno anabaptista y otros dos de los que no se sabe la nacionalidad ni la secta; uno evangelista, en Carlet y Sumacàrcer; uno evangelista, en Alginet; uno anabaptista, en Dénia; uno evangelista, en Xàtiva. Total, nueve. En València existe un colegio con veinticinco alumnos. No se tienen otros datos». Y añade el Arzobispo que «hay que agradecer a Dios que en aquella diócesis con más de dos millones de habitantes y con un comercio de exportaciones así desarrollado, el protestantismo sea casi insignificante, y que aquello poco que allí hay, esté formado por la colonia extranjera, mientras los protestantes del país no llegan a dos docenas, si bien de vez en cuando se haga propaganda distribuyendo impresos –Evangelios, Biblias principalmente– que, sin embargo, se sorprenden por la buena fe, pues no hacen prosélitos».
De la diócesis
de Girona afirma que los protestantes «se hallan en Figueres, aunque también hay otro núcleo en la región. Existen dos
sectas, la anglicana y la baptista, pero no consta que tengan adeptos
verdaderos. Sólo tienen algunas familias pobres que socorren. Los anglicanos se
datan desde 1886, mientras los baptistas son posteriores. No parece que sean
españoles». Y aproximándose aún más
a la obra bautista, apunta que «en
Vilabertran, suburbio de Figueras, desde
De pastores refiere que «Hay dos en Figueras, de los que uno es español y el otro de nacionalidad desconocida. Los dos proceden de Inglaterra, uno es anglicano y el otro baptista. Los anglicanos tienen, además del pastor, seis catequistas ingleses. En Palamós, hay otro pastor cuyo origen se ignora». Por parte de las capillas «se cuentan dos en Figueras, una para secta, en las que se celebran los actos de culto con toda publicidad, especialmente por Navidad y por la Semana Santa, épocas en las que se mandan invitaciones a la imprenta. En estos actos se exponen cuadros y se explica la Biblia. En Vilabertran, hay una capilla en un hermoso edificio que fue de los benedictinos y que los protestantes compraron de un liquidador de bienes eclesiásticos por 1.600 pesetas. No se sabe qué actos de culto se celebran. De cuando en cuando se acerca el pastor de Figueras. En L’Escala, hay una capilla en la que se celebra el culto, por medio del pastor de Figueras, pero de vez en cuando se acercan con el pastor de Figueras a la casa de un adepto, leen el Evangelio y cantan himnos. En Palafrugell, también hay una capilla, se reúnen en una casa privada, cantan himnos y cumplen otros actos. En Palamós, hay una capilla de los evangelistas, pero no se sabe qué actos de culto se celebran. Atraen a la capilla los niños con imágenes, regalos, meriendas, pero su obra es nula porque ninguno les hace caso. En San Feliu de Guixols no hay capilla, pero va desde Barcelona el pastor una vez al mes y siempre que es necesario. Sin embargo, los pastores viven muy ocupados en sus asuntos. En Calella de la Costa no hay capilla, se reúnen en ciertos días de la semana en casa de algún adepto, y parece que cantan, leen y escuchan alguna predicación. Están en relación con Barcelona, y quizás algún pastor de esta ciudad va a visitarlos. En marzo del pasado año se ha hecho un funeral protestante de una niña de 14 años».
Como conclusión y contextualización general de esta mirada contrapuesta, el informe también apunta a Granada, donde «hay una capilla-escuela, cada domingo van allí los adultos, menos de treinta, leen la Biblia y cantan acompañados de armonio. El pastor más que el protestantismo les predica el comunismo y otras doctrinas disolventes. Tiene mujer e hijos». Y de la diócesis de Lleida explica que «en San Andreu de Lleida se reúnen el domingo en el bajo de una casa, bajo la guía de un protestante, cantando himnos y salmos, y escuchan una predicación del director. En Alcarràs, poseen una pequeña casa donde cantan himnos, salmos y simulan la Santa Comunión».
2- Las proclamas musicales patrióticas
Un hecho
significativo de las congregaciones protestantes, y también de las bautistas,
fue la adhesión y exaltación patriótica, especialmente tras la proclamación de
la Segunda República, el 14 de abril de 1931. No obstante, ya en la dictadura
de Primo de Rivera (1923-1930) se
encuentran vestigios de lealtad protestante a la Patria, aunque tras la dictablanda
del general Berenguer (1930-1931)
se
generea una gran y muy efusiva devoción al advenimiento de la Segunda
República, con mítines evangélicos de exaltación a la libertad religiosa, con
cánticos y composiciones poéticas.
Durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), la única
referencia a una exaltación musical patriótica consta en la Iglesia bautista de
Dénia. En la celebración del día de Navidad de 1924 hubieron cantos de loas a
la Patria: «Al final los niños se agruparon en torno a la bandera
española, cantando un himno escrito ex profeso con música de la marcha real,
que impresionó vivamente a todos los presentes».
Sin embargo, a principios del mes de
marzo de 1932, ya cerca del primer aniversario la Segunda República española,
en un mitin en un teatro de Burjasot y ante unas 700 personas «se
principió con El Himno a la Bandera, con letra de D. Carlos Araujo y música del
maestro Orejón, cantado admirablemente por el coro de jóvenes de la Iglesia
Bautista de la Palma, que fue calurosamente aplaudido». Carlos Araujo
(1856-1925) y Felipe Orejón
(1872-1937) mantuvieron
a lo largo de los años una estrecha relación poético-musical, en la que el
primero aportaba los textos y el segundo la música. De la partitura aludida –El Himno
a la Bandera– no tenemos más noticias que este apunte, aunque en aquel
mismo año hay constancia que Felipe Orejón Carretero escribió Himno a la
República, con texto de Jerónimo Chicharro.
En el mismo acto y después de la
intervención del pastor Julio Nogal de la iglesia de València, el joven pastor
de Xàtiva, Antonio Sanchís, «tras unas breves palabras de salutación pasó a
demostrar que la República es un régimen de libertad, en que todas las ideas
pueden ser propagadas sin traba alguna, y que ha de contribuir al desarrollo
espiritual de nuestra nación, que estaba detenido por la tiranía que en el
régimen caído ejercía la Iglesia católica, perseguidora de todos los
disidentes, pero con especial saña de los evangélicos, porque predicaban el
Evangelio puro de Cristo». Tras otras intervenciones, «se
levantó a hablar el propagandista D. Félix Tornadijo, que encomió la labor de
la República, recomendando a todos los amantes de la libertad la defensa
entusiasta y enérgica del régimen actual, que ha roto las cadenas que oprimían
al pueblo y ha derrocado la tiranía política que en la Monarquía ejercía la
Iglesia católica». El acto finalizó tal y como empezó, con El Himno a
la Bandera cantado por el coro de jóvenes de la Iglesia Bautista de
València.
En otra ocasión y según recogió el rotativo España Evangélica, el último día del mismo mes de marzo de 1932, en el cine-teatro del pueblo de Massanassa se celebró otro mitin en cual tomaron parte el pastor de València, Julio Nogal; el de Xàtiva, Antonio Sanchís; el de Carlet, Vicente Francés y el conocido orador Florentino Tornadijo. El acto llenó completamente el cine-teatro con más de mil personas, donde «tanto al comienzo como al final del acto el coro de jóvenes de la Iglesia Bautista, organizadora del acto, cantó a varias voces El Himno a la Bandera, dirigido por el entusiasta y querido joven don Julio Nogal Cuadrado», del cual las crónicas de la época lo distinguían como «noble y fiel hermano». En las más de dos horas que duró el mitin, el pastor Julio Nogal Mancebo, padre del joven músico, expuso con vehemencia las virtudes de la República, haciendo «un llamamiento a los hombres de ideas liberales, diciéndoles que deben llevar como postulado en sus propagandas por toda España la lucha abierta contra el odioso confesionario, peligro inminente de la República». También el pastor Vicente Francés predicó «con gran acierto y energía, diciendo que Dios es el Dios de amor, que nos ordena practicar ese amor siempre, en todo momento y circunstancia, […] pues Dios nos ama siempre, pues siendo nosotros pecadores, Cristo murió por nosotros». Concluyó asegurando que «la Iglesia cristiana es una Iglesia de mártires y la Iglesia de Roma una Iglesia de martirizadores».
Una anécdota musical muy significativa
de la esperanza protestante en los nuevos tiempos de libertad política que
amanecía en España fue la siguiente. En el mes de abril de 1932, la efusividad
y loas por la República llevó al músico y conferencista Pere Inglada Sanmartí (1910-1980) –primo
segundo de Pere Puig Ballonga (1929-2016), que años más tarde sería uno de los músicos
bautistas más relevantes– a cambiar la melodía habitual del himno Del
frígido Pirene –texto de finales del siglo XIX de Juan Bautista
Cabrera– por el del Himno de Riego, al que Pere Inglada
añadió el coro siguiente:
«Gritemos, pues, alegres,
para gloria de España
que es grito que no daña:
¡Viva la Libertad!»
La melodía más
acostumbrada para la adaptación española de From Greenland's Icy Mountainsm
de Reginald Heber (1783-1826)
que Juan Bautista Cabrera adaptó con el texto Del frígido Pirene al Calpe nebuloso, era la tonada Missionary
Hymn de Lowell Mason (1792-1872). La siguiente interpretación da a conocer el himno original
junto a la partitura del Himnario
de las Iglesias Evangélicas Españolas.
Y en el siguiente vídeo incluyo un acople de la adaptación que hizo Pere Inglada Sanmartí, usando la melodía patriótica del Himno de Riego, además de la adición del coro de su autoría.
De su
conferencia en el popular barrio de Sans de Barcelona, Inglada afirmó que «teniendo en cuenta el mandato del Maestro: ‘Id por todo el
mundo; predicad el Evangelio a toda criatura’, y reconociendo además las
grandes necesidades que tiene nuestro pueblo del conocimiento del Evangelio,
vamos donde nos llaman y buscamos donde no somos llamados». Y enfatizó que «la
estructuración completa vendrá con la nueva generación que hoy se forma
alimentada con los sanos alimentos espirituales aireados con el puro ambiente
de justicia, democracia y libertad con que hoy la nutre la joven y hermosa República
española». El himno Del frígido Pirene,
cantado con la música del Himno de
Riego y con la inclusión del novedoso coro, se
interpretó dos veces en las más de dos horas que duró la reunión. Pocos meses
más tarde, Pere Inglada escribiría un panegírico poema en catalán titulado A la República Espanyola.
A colación del Himno de Riego,
su melodía también tuvo versiones literarias libres y festivas en algunas
congregaciones protestantes, debido al gran fervor por la República y el
rechazo del oscurantismo del nacionalcatolicismo. Se entonaba con estos versos:
«Señor, la mies es
mucha
y pocos los
obreros
levanta misioneros
en esta tu nación.
Haz que el
Evangelio
resuene por
doquiera
y goce España
entera
en esta tu
nación».
Más al sur del
arco mediterráneo, el mismo día del primer aniversario de la proclamación de la
República –el 14 de abril de 1932–, el grupo de jóvenes de la Iglesia Bautista
de Alacant conmemoró el acontecimiento con una velada literaria y musical, en
la cual tomó la palabra el pastor Ramón López con un sentido alegato a la fe en
Dios y en adhesión a la República.
Al siguiente año
–1933–, en el día de Pascua que caía en 17 de abril, la congregación bautista
de Terrassa tuvo una salida a la finca del Castell de Can Feu, donde tras una
mañana de juegos y entretenimiento, en la reunión de la tarde se cantaron «himnos a voces y un joven de Terrassa recitó una poesía
dedicada a la República que nos gustó mucho», según
noticia de la revista denominacional bautista.
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Bibliografía:
http://josepmarclaporta.com/Baptistes-musica-hispan.html
© 2023 Josep
Marc Laporta
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