© 2024 Josep Marc Laporta
Apuntes musicales de los años 50
En la
década de los años cincuenta, las congregaciones bautistas del estado se
mostraron muy activas, con gran auge de las participaciones musicales y de
alabanza tanto dentro de las iglesias como fuera de ellas. Las crónicas de la
época aportaron muchos datos y referencias de tales eventos; pero en lo
sucesivo solamente apuntaré los episodios más destacados y que permitan
observar la globalidad y sus contextos.
En 1950
Albacete vivió una primera experiencia de testimonio fuera del templo: «se celebraron dos cultos al aire libre, con música e
interesantes mensajes de varios jóvenes de la Unión». En Badalona, después de once años privada de pastor, la
iglesia de la ciudad recibió al Rev. Víctor Sedaca (1918-1979)
con una toma de posesión engalanada por «el eminente organista don Pedro Inglada con la
interpretación de varias composiciones musicales, y una parte del Coro de la
Iglesia de Barcelona con el canto de algunos himnos». En la capital del país cada mes se celebraron cultos de
evangelización dedicados especialmente a los jóvenes, organizados por el Comité
Organizador de las Juventudes Evangélicas de Madrid, donde «el Coro de la Iglesia contribuyó, con acertadas
intervenciones, a la mayor solemnidad del acto, así como el violinista señor
Pérez del Busto». En Sabadell,
en las bodas de oro del ministerio del pastor Julio Nogal Mancebo (1879-1958) se celebró un culto especial con el «coro de la iglesia, que amenizó el acto interpretando
escogidos cantos de alabanza a Dios, juntamente con la solista señora González,
que interpretó el Aleluya de Mozart».
En 1951 un
grupo de hermanos de Xàtiva visitó Alcàntera de Xúquer en misión de testimonio,
con la participación del coro de la capital de La Costera «interpretando varios himnos acertadamente». Posteriormente y en el mismo año se celebraron bautismos de nuevos
conversos alcanterins en Xàtiva, por carecer de bautisterio en aquella población.
El acto, de gran gozo para todos, contó con «el
Coro de Xàtiva [que] recreó nuestros espíritus con el canto de varios himnos a
cuatro voces», formación que también acostumbraba a cantar acompañada de una
rondalla, según crónica de la Fiesta de la Madre en el mismo año: «…deleitándonos a continuación con el coro y rondalla,
siendo muy felicitados por su acertada interpretación». En la Primera Iglesia Bautista de Madrid, tras el inesperado
fallecimiento de su pastor Francisco Fernández Moya (1896-1951), en
el culto fúnebre «la
congregación cantó los himnos ‘Oh Salvador, tierno Jesús’ y ‘Mi espíritu, alma
y cuerpo’. El Coro de la Capilla entonó con todo amor y fe las melodías
sagradas ‘Ábrenos, Señor Eterno’ y ‘Siempre feliz’».
Bajo el
epígrafe ‘Valencia sigue adelante’, El Eco de la Verdad informaba de tres
cultos especiales en fechas de Fallas: «Una
cosa nos gustó en forma resaltada: el coro. No eran muchos los coristas, que
digamos, pero en sí, no hubo culto sin que el coro actuase brillantemente.
Verdaderamente un coro, con un poco de esfuerzo, puede hacer mucho para la obra
del Señor, pues la impresión que reciben los visitantes es muy buena». Manresa
celebró el 26 de marzo «el enlace
matrimonial de la señorita Josefina Martínez con don Juan Andreu,
superintendente de la Escuela Dominical y director del Coro de la Iglesia…», formación que «interpretó
acertadamente varios himnos, dirigido por don Juan García de Terrassa. También
cantó magistralmente un solo la señorita Anglada, acompañada al armonium por
doña Lidia V. de Vila».
En Alacant,
el domingo día 16 diciembre «en el culto de predicación de la tarde y mientras el
pastor de la Iglesia, Rvdo. Vicente Francés, predicaba su sermón, fue
interrumpido por un alma que espontáneamente y sin mediar invitación alguna,
daba testimonio de su fe, aceptando al Señor Jesucristo como su Salvador. A
esta alma siguieron en la misma decisión ocho más… […] El coro de la Iglesia
actuó maravillosamente». Y en la
inauguración de la nueva capilla en Girona, «el
pequeño coro de esta iglesia tomó parte en la fiesta entonando algunos himnos a
voces, acompañados con violín, laúd y guitarra».
Y en el día 26 del mismo mes se celebró la fiesta de Navidad con «una marcada y excelente actuación del coro de la Iglesia,
que interpretó diversas composiciones de Navidad».
Ya en 1952,
en Vilella de Cinca, provincia de Huesca, Antonio Almudévar Urriens (1894-1976) fue el pastor invitado durante unos días, dedicando parte de
su tiempo a enseñar nuevos himnos a la pequeña congregación del Bajo Cinca. Por
su parte, la iglesia en Vilafranca del Penedès celebró un culto especial de
bautismos en que «el
reducido pero entusiasta coro de la iglesia cantó a cuatro voces el himno ‘En
las aguas del bautismo’». En aquellos
meses, El Mensajero Bautista presentaba el himno anual de las Sociedades
Femeninas: ‘Soy peregrino aquí’, con reflexiones sobre el texto e invitando a
cantarlo como parte de las reuniones femeniles.
En la
ciudad de València las reuniones de la Sociedad de Señoritas se celebraban con
el canto de varios himnos; algunos de los más entonados fueron «‘Despierta, oh Sión’, ‘Da lo mejor al Maestro’, ‘Guíame, oh
Salvador’, ‘Ved los millones que entre las tinieblas’ y se recitó también el
himno ‘En la montaña podrá no ser’».
Asimismo, la tercera Conferencia Regional de las Iglesias de Levante de 1953 contó,
entre otros conferenciantes y pastores de la Unión, con Carolina
Haglund Armengol (1895-1968), hija del recordado misionero sueco Carlos A. Haglund (1854-1895). A su cargo tuvo una conferencia con el título ‘Adoración’.
En el mismo
año, la Colònia Güell continuó siendo lugar de encuentro espiritual y
esparcimiento de los bautistas catalanes. Las crónicas informan que «los niños recitaron su lema, el pregón y cantaron hermosos
coritos, especialmente el himno de la banda: ‘Nítido rayo por Cristo’. Los
mayores también tuvieron ocasión de cantar juntos algunos cánticos de alabanza
al Señor, la mayor parte casi desconocidos que fueron aprendidos con interés.
Los coros de Barcelona (Bonanova) y Manresa entonaron diversas composiciones
musicales del agrado de todos los hermanos y finalmente dirigidos ambos coros
por don Samuel López, cantaron ‘Engrandecido sea Dios’». Y, como parte significativa, la crónica resalta que «la señorita Débora Simón nos deleitó con algunos himnos
interpretados magníficamente al acordeón». Al
sureste del país, en Albacete, la iglesia reunida en sesión ordinaria acordó
nombrar a los hermanos para ocupar los cargos anuales. El de organista y
directora del coro recayó en Josefina López Sevilla, quien lo ostentó durante muchos
años.
Marzo de
1953 fue significativo para la Primera Iglesia Bautista de Alacant. Por fin el
antiguo armonium que había sido expoliado por miembros de Acción Católica al
concluir la Guerra Civil, fue restituido. No obstante, el costo del arreglo de
2.500 pesetas era muy excesivo para las arcas de la congregación, por lo que se
tuvo que posponer su acondicionamiento. En el noreste, en la inauguración de una
nueva capilla en Lleida «el coro de
la iglesia interpretó diversos cánticos que juntamente con el himno ‘Al amparo
de la Roca’ cantado a solo por el hermano de la iglesia de Manresa don Ramón
Charles, deleitaron a toda la congregación».
En Madrid, el primer culto de bautismos oficiado por el pastor Juan Luís
Rodrigo Marín (1923-2008)
contó con el coro, que «interpretó
el himno ‘A Jesucristo ven sin tardar’, precediendo el mensaje de la Palabra de
Dios». Posteriormente «el coro interpretó el himno ‘Yo me consagro al Señor Jesús’
y acto seguido seis almas dieron testimonio público de seguir a Cristo bajando
a las aguas del bautismo. Después de que el coro entonó otro himno de
llamamiento, el Rvdo. Rodrigo dirigió un mensaje».
En Manresa,
en la visita del secretario de la Juventud de la Alianza Bautista mundial, Joel
Sörenson (1915-1971), «los
jóvenes desarrollaron un breve programa… […] El conjunto de armónicas actuó,
se cantaron himnos por el coro y un solo, y fue recitada una poesía».
Posteriormente, el día 1 de abril el poeta y pastor Antonio
Almudévar escribió la letra de un himno para la Fiesta de la Vejez en la
capital del Bages, además de la participación del coro de la Iglesia Bautista
de Sabadell, que «bajo la
acertada batuta del Sr. Puig [Pere Puig Inglada], interpretó hermosas antífonas
y obras de diversos autores».
A las cinco
de la tarde del 19 de marzo de 1953 tuvo lugar en la iglesia sita en el barrio
de Useras un culto unido de evangelización, predicando un sermón evangelístico el
pastor Juan Luis Rodrigo. «Los asistentes
que hicieron que se llenase el pequeño templo, escucharon por primera vez el
coro que acababa de formar la iglesia de Useras, que entonó acertadamente dos
himnos». A las seis y media terminó el culto y
la mayoría de los asistentes se trasladaron rápidamente a la Primera Iglesia,
en la calle Gral. Lacy, donde a las siete «se
celebró un culto extraordinario de alabanza, con un programa recogido de ‘La
Estrella de la Mañana’ compuesto por bastantes himnos, con su historia». […] «El
coro de la iglesia entonó los himnos que componían el programa. Este comenzó
con el himno ‘Oh qué amigo nos es Cristo’ y a continuación su historia; se da
lectura al Salmo 100 ‘Cantad alegres a Dios’ de acuerdo con el carácter del
programa. Después de varios himnos más y un solo: ‘Tal como soy, sin una sola
excusa’, todos ellos acompañados de su historia».
Por las mismas fechas, en un culto especial en Vilafranca del Penedés con la
presencia de Joel Sörenson (1915-1971),
«el coro, magnífico de compenetración y
de entusiasmo, entonó dos cánticos muy acertadamente, primero un himno de
bienvenida y al final ‘Es Jesucristo mi todo’».
En la VI
Conferencia de la UFMBE celebrada en Barcelona en agosto de 1953, durante los
días de encuentro se cantaron los siguientes himnos: ‘Cantad alegres al Señor’,
‘Cerca más cerca, oh Dios de Ti’, ‘Con gran gozo y placer’, ‘La causa es tuya,
oh Salvador’, ‘Alzad un cántico de amor’ y ‘Placer verdadero es servir al
Señor’. Por otra parte, en la revista Nuestra Labor, Lila Pritchard de Mefford (1921-2012) escribió un artículo titulado ‘El culto familiar: una
aventura’, con diferentes ejemplos. En uno de ellos relataba: «Hay otra familia española quien celebra su culto familiar
antes de la comida del mediodía. La mamá tapa bien la sopa para que no se pueda
escapar el calor, el papá distribuye ‘Himnos para Niños’ y todos se sientan
para disfrutar unos momentos de verdadero gozo, cantando, repasando el Texto
Áureo de las diferentes edades».
En la ordenación
e instalación del pastor Pere Bonet Such en la iglesia de Badalona, hubo gran
afluencia de representantes de otras iglesias, así como participaciones
musicales: «A dar mayor brillantez
al culto contribuyeron los coros unidos de Badalona y Bonanova, dirigidos por
don Samuel López, que entonaron el himno ‘Cerca, más cerca, oh, Dios de Ti’.
También fueron cantados dos solos magistralmente, por don J. Tobar, de la
iglesia de Badalona, el ‘Ven a nuestras almas, Espíritu Santo’ y el de consagración:
‘Señor, heme en tus manos’. Le acompañó al armónium, muy acertadamente, el Sr.
López».
El 27 de
febrero de 1954 se inaugura el templo de la segunda iglesia de Barcelona,
popularmente conocida como de la Barceloneta, donde participa de manera
destacada el coro de Sabadell dirigido por Pere Puig
Inglada (1899-1959),
trasladándose «en
tres autocares que habían alquilado».
En mayo del mismo año Juan Luis Rodrigo tiene a su cargo una Semana de
Evangelización en Albacete, enseñando «un
corito cada noche que difícilmente se olvidarán de nuestro corazón. El coro de
la iglesia colaboró eficazmente en esta semana de evangelización entonando
himnos especiales, dando esplendor y brillantez a la misma».
En un
número de El Eco de la Verdad de aquel año -1954- aparece un artículo escrito
por el eminente colaborador musical de Billy Graham (1918-2018), George Beverly Shea (1909-2013).
Con el título ‘Cantando el Evangelio’,
el músico y compositor estadounidense relata su experiencia, iniciándolo con el
siguiente párrafo: «Siempre he
tenido la convicción que la obra del que canta el Evangelio es la de ayudar a
predicarlo, algo así como si su trabajo fuese complemento a la tarea del
predicador, pastor o evangelista. Y esta idea se ha ido afirmando más y más en
mi alma desde que Dios ha querido usarme en tan grata obra, concediéndome
alguna experiencia feliz, desde que acepté su llamamiento como cantor de su
Evangelio». Más adelante profundizaba:
«Yo creo que, si un canto cristiano ha
de llegar al corazón, debe ser cantado desde el corazón. Es necesario que
conozcamos al Salvador del cual estamos cantando. Entonces, los viejos himnos
de la fe cantados con fe inspiran a los oyentes deseosos de unirse en la
adoración y la alabanza a Dios. Uno siente entonces una gran responsabilidad y
un gran deseo de dependencia en el Señor cuando piensa que su canto ha de ser
de preparación del pueblo para luego escuchar el mensaje del siervo de Dios.
Cuando llega ese momento, mi oración es siempre la misma: ‘Nada mío, todo
tuyo…’». Y concluyendo con estas palabras: «Pero, cantando donde cantéis, desde el banco, o el coro, o
ante el micrófono, vuestro deber es cantar desde vuestro corazón, como ante el
Señor, y no buscando el aplauso de los hombres».
Junto al
artículo de Beverly Shea, publicado inicialmente en Christian Life, la revista denominacional bautista describía el contrapunto censor
de la España de aquella época: «En
Chiclana del Segura está ‘la iglesia del silencio’. En julio último fueron
prohibidos los cánticos y la salida en grupos de los cultos. En febrero pasado
fue clausurada la capilla porque algunos jóvenes interrumpieron el culto
gritando fuertemente en la calle, y tomando esto como base se acusó a los
creyentes. Los hermanos de Chiclana necesitan nuestra ferviente intercesión,
pues viven en un ambiente de opresión, persecución y escarnio, y ni siquiera
tienen el consuelo de poder celebrar algún que otro culto en casas
particulares».
En unas
jornadas especiales de avivamiento y evangelísticas celebradas en la primera
Iglesia Bautista de Madrid, «el coro de
la Iglesia entonó numerosos himnos durante la semana, sirviendo de inspiración
a los asistentes. […] El jueves santo también se pudo escuchar a una joven del
coro en un solo de un himno de llamamiento». Por
su parte, Manresa acogió en marzo de 1954 el enlace matrimonial de Dolors
Gangonells con Vicens Soler, quienes «entraron
en el templo, bellamente adornado, a los acordes de la marcha nupcial de
Mendelssohn, interpretada por armónium y violines. […] El coro dio realce a la
ceremonia interpretando tres bellas composiciones adecuadas, con su habitual
pericia». El día de la madre en
Sabadell contó con el pastor de la capital del Bages, teniendo «el privilegio de tener en este culto especial al coro de la
iglesia hermana de Manresa. El pastor de la misma, nuestro querido amigo don S.
Rodrigo, tuvo la gentileza de acompañar a su coro, el cual y bajo su experta
dirección nos deleitó con un largo repertorio de sus más exquisitos himnos.
Hacía algún tiempo que no oíamos un conjunto de voces bien preparadas en
nuestros cultos y esto dio lugar a que nuestro gozo fuera cumplido».
En la
naciente iglesia bautista de Sevilla se celebró la primera boda entre el Sr.
Márquez y la Srta. Martínez, dirigida por el Rvdo. José Luis Barba Lafuente (1923-1993), quien «dirigió un
expresivo mensaje, cuya meditación se basó en Efesios 5:22-33, exhortando a los
contrayentes sobre lo que debe ser un hogar cristiano. […] Durante el acto, el coro de la
iglesia entonó varios himnos y la marcha nupcial de Lohengrin, lo cual
contribuyó a la brillantez de la ceremonia». Asimismo, en València los
hermanos Amalio Cuenca y Pilar del Tronco se unieron en matrimonio «a los acordes de la marcha
nupcial tocada con armónium y violín. El coro entonó diversos himnos que
realzaron la solemnidad del acto».
En Xàtiva,
el servicio de ordenación al pastorado de José Cardona contó con el director
del Seminario Bautista Español, Rev. Roy Blanton Wyatt (1926-2010), quien hizo el discurso denominado ‘cargo al pastor’ y una
plegaria de encomendación: «Al fin de
su oración y acompañado por el Rev. Mefford en su expresivo y armonioso
acordeón, el joven Carlos Duet cantó el emocionante himno ‘Placer verdadero es
servir al Señor’. […] El coro de la Iglesia cantó un hermosísimo himno de
consagración que hizo vibrar de emoción a los presentes». Y «obsequió
a los misioneros norteamericanos, interpretándoles un corito en inglés que fue
para ellos una agradable sorpresa». En
el número correspondiente al mes de octubre de 1954 de la revista femenina
Nuestra Labor, se insertó el primer canto infantil que, más tarde y junto a
otros encartes, conformaría el himnario ‘Himnos para Niños’. La partitura escogida
fue ‘¡Jesús es la luz del mundo!’, con sus cuatro estrofas.
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A finales
del mismo año tuvo lugar en la segunda Iglesia Bautista de Madrid, en Usera, la
presentación del pastor electo, José Beltrán Ferrandis (1913-1988), con un culto especial donde «dieron
lucimiento al acto el hermano Sr. Dorado, de la Iglesia de General Lacy,
tocando el armónium, y el coro de la misma Iglesia, dirigido por el joven
hermano Miguel Fernández, hijo de nuestro inolvidable pastor Francisco
Fernández Moya, feliz y gozoso ante la presencia de Dios». También «nuestro
querido hermano Manuel P. del Busto interpretó en su violín el Aria de la Suite
en Re de JS Bach, siendo del agrado de todos los hermanos».
En Alacant y en 1955, Raquel Francés García, hija del pastor Vicente Francés, contraía matrimonio con Joaquín Gómez García. Raquel había sido la directora del coro en los últimos años, de manera que el enlace tuvo una «sentida emoción que sobrecogía a todos los componentes del Coro, al percatarse de que su directora les dejaba, después de haber convivido tan íntimamente con ella durante varios años. El hueco que dejaba lo consideraban poco menos que incubrible. Por todo ello, al finalizar la ceremonia y cruzar por delante del Coro, los componentes del mismo, de una forma espontánea se pusieron de pie, demostrando así su afecto».
En la Primera Iglesia Bautista de Barcelona, el «coro de la Iglesia celebró una comida fraternal a la que
asistieron los oficiales». Posteriormente,
el día 6 de enero hubo una fiesta: «esta
vez con la presencia y participación de los jóvenes de Badalona, debiendo
resaltar la magistral actuación de los coros, dirigidos, respectivamente, el de
Badalona, por don Samuel López, y el de Bonanova, por don Juan Vinyes».
La ‘Semana
de Evangelización’ de Juventud para Cristo que se realizó en Barcelona contó
con una media de más de 1500 personas de asistencia, con la participación de «rapsodas, violines, violoncelo, acordeones y cuartetos, y
también el Coro Unido de Juventud para Cristo».
Para el sábado estaba anunciado el fin de Campaña, obligándose a una reunión
extra por la gran concurrencia. «En
la que se celebró en la iglesia de la calle Aragón estaba anunciado que todos
los coros de Barcelona cantarían el himno ‘Bendice, oh alma mía’, pero debido a
la gran afluencia de personas fue imposible por no poderse colocar». […]
«Durante la semana cantaron los coros de todas las iglesias de Barcelona,
cantando un coro en cada reunión. Además, cantaron los cuartetos de Bonanova y
Párroco Triadó, solos de Párroco Triadó, Pje. Nogués y Teruel, el coro de
armónicas, los instrumentos de cuerda de varias iglesias y el conjunto de
acordeones».
En sendas
ediciones de El Eco de la Verdad de 1955, Pere Puig Ballonga (1929-2016) escribió un artículo en dos partes titulado ‘La música en la
Iglesia cristiana’, en el que repasaba la esencia de la música, con una ojeada
a la historia musical del pueblo hebreo y los primeros siglos de cristianismo
hasta la Reforma, cuya temática dejó para un posterior capítulo. No fue hasta
el siguiente año cuando apareció la segunda entrega, muy versada y con
detallada información sobre la música en la Reforma. En los párrafos finales
dejó constancia de una apreciada versión hímnica del «Salmo 68, [que] llegó a ser, podríamos decir, el himno
nacional de los Hugonotes. Este es uno de los himnos más poderosos, más
expresivos y más perfectos que se pueden concebir (Ninde) y podríamos
compararlo, sin desmerecer a ‘Castillo fuerte es nuestro Dios’ de Lutero. La
música es de Mathieu Greiter (1490-1550) y la letra en versión española de Adam F. Sosa, dice:
Muéstrese
Dios solamente
Y en
seguida se verá
Dios dueño
de la plaza,
El campo
enemigo disperso
Y sus
fuerzas por doquier
Huirán ante
su faz.
Veráse a
sus tropas huir
Cual se ve
desvanecer
Una nube de
humo;
Y cual
funde el fuego la cera
De los
malos, al soplo de Dios
La fuerza
se consume».
En el mes
de marzo de 1955, Terrassa acogió un culto extraordinario de evangelización, «pudiendo calificar de verdadero banquete espiritual. El
programa fue netamente musical, interpretando tanto el Coro Unido de Juventud
para Cristo como el conjunto instrumental composiciones fuertes, siendo todas
ellas ejecutadas con una tesitura y técnica casi perfectas». En el mes de octubre de ese año «un numeroso grupo de jóvenes de la UBJ de Xàtiva visitó el
buque insignia de la Flota ‘De Moines’, teniendo ocasión de cantar sobre la
cubierta del mismo algunos himnos a coro con visibles muestras de satisfacción
por parte de la tripulación y especialmente del pastor de la citada unidad».
En 1956,
los cultos de acción de gracias y dedicación del templo en Badalona contaron
con «la colaboración musical del coro de la
Primera Iglesia de Sabadell, el quinteto de cuerda de Juventud para Cristo, la
pianista Srta. Luisita Cantos, el tenor don Julián García y el coro de la
Iglesia». Y con motivo de la
dedicación del templo, «el
conocido poeta y hermano nuestro don Antonio Almudévar, compuso un inspirado
himno que se cantó en todas las reuniones especiales que se celebraron». En otra fecha destacada «tuvo
lugar un concierto de Navidad a cargo de los miembros de la Iglesia de
Barceloneta; la señorita Luisa Cantos, pianista; don Juan Oliver, violín; y don
Joan Gómez, trompa, con escogidas composiciones musicales».
En los
cultos especiales de Semana Santa en la Primera Iglesia Bautista de Madrid «el coro tuvo una acertada intervención […] cantando entre cada Palabra una estrofa alusiva al
tema del himno del Rvdo. JB Cabrera: ‘Oíd cual ruega al Padre’». En un culto de testimonio y predicación en la Primera Iglesia
Bautista de Barcelona, «dos
oyentes decidieron entregar sus vidas al Señor, pidiéndole perdón por sus
pecados. En dicho culto cantó con verdadera unción el solista de la Iglesia de
Badalona, Sr. Tobar, acompañado al armonium por el hermano don Joaquín García». El Día de la Juventud celebrado el 19 de marzo de 1956 en
Alacant, juntamente con los hermanos de Elx y Elda, «se cantaron varios coritos e himnos y por primera vez el
himno oficial de ‘Juventud leal a Cristo’ de las iglesias de la provincia
alicantina: ‘Cual Josué se esforzará en la batalla».
Junto a
decenas de personas llegadas de diferentes partes de España, la inauguración
del nuevo templo bautista en la capital del Túria, en la calle Quart 134, fue
presenciada por el violinista Manuel Pérez del Busto, quien inspirado por tal
evento escribió un alusivo artículo titulado ‘Música celestial’, iniciándolo
con estas palabras: «Todos los
que, guiados por Dios nos congregamos en el espacioso Templo de la Primera
Iglesia Bautista de Valencia, para inaugurarlo y dedicárselo al Señor,
asistimos a una muy bella audición del Aleluya de ‘El Mesías’, de Jorge
Federico Haendel. El consejo del salmista en el Salmo 33: ‘Cantad a Jehová
canción nueva y hacedlo bien, entonando con júbilo’, se hacía vida en ese
nutrido coro que, sabiamente conducido y magníficamente entonado, nos
obsequiaba con una de las páginas más espirituales y bellas del evangélico
músico alemán. Mientras el coro entonaba el Aleluya, yo pensaba en las almas
que, mezquinas o fanáticas, desprecian el amor de Dios y no quieren aceptar su
saludable consejo: ‘Venid a mí…, que yo os haré descansar’. […] Sobre las voces
bien timbradas del magnífico coro de la Iglesia de Valencia, la voz potente de
Dios, cual huracán devastador, clamaba pujantemente: ‘YO SOY EL QUE SOY, HA
SIDO Y SERÁ: NINGUNA MANO MORTAL HA LEVANTADO MI VELO’. Y después, el silbo dulce
y apacible de su inefable amor en nuestros corazones: lágrimas de gozo,
expresiones de amor santo, saludos, besos, sonrisas, fraternidad cristiana…
¡Armonía!» Las crónicas de aquel
memorable evento concretaron que «tanto
por la mañana como por la tarde, los coros de las cuatro iglesias de Valencia
entonaron diversos himnos, interpretando al final todas las voces unidas el
‘Aleluya’, resultando maravilloso por la armonía del conjunto y la labor del
director».
La XI Convención Bautista Española celebrada en la Iglesia de la Barceloneta en 1957 con el lema ‘La providencia de Dios’, incluyó «una velada literario-musical de tan grato recuerdo, que difícilmente olvidaremos los que a ella asistimos. La señorita Luisita Cantos, pianista, volvió de nuevo a obsequiarnos con el regalo exquisito de su arte depurado puesto al servicio de una ejecución pianística pletórica de sensibilidad. Junto a ella, la señorita Pilar Morales, rapsoda, quien hace voz de poesía, recitó con dicción perfecta y sentimiento a raudales varias páginas de autores hispanoamericanos y españoles. Como prólogo de esta brillante velada, D. Raúl Sampablo leyó un discurso titulado ‘Música y Espíritu’», que la revista Entre Nosotros recogió íntegramente. Algunas de las frases entresacadas del discurso son las siguientes: «La Música influye de manera poderosa en la vida espiritual. Remitámonos al testimonio de la historia, volvamos nuestros ojos al ejemplo experimentado y seguro de lo que ya fue: Nunca servicio religioso estuvo desprovisto del correspondiente acompañamiento musical. Es más: podríamos decir que surgió la música como una necesidad del culto a Dios, o mejor aún, la primera adoración que el hombre tributó a su Dios fue la de cantar. La Música fue en el principio el único culto a Dios. ¿Ha cambiado el sentimiento religioso de los hombres? ¿Ha variado Dios? La música sigue siendo imprescindible en todo culto divino. Y cuando digo música no me refiero al sonido que pueda producir uno que otro armonio o piano tocado por manos inhábiles, sino a la Música interpretada con toda fidelidad. Es mi experiencia que ésta, cuando ha sido preparada con cuidado y de acuerdo con el predicador, llena mucho más las necesidades espirituales y produce siempre más maravillosos frutos».
Asimismo, José Pérez Sánchez (1910-1979) escribió en 1956 un artículo en la revista denominacional bautista
titulado ‘Prudencio, cantor de los mártires’, como parte de la serie ‘El
cristianismo en España’. En el último párrafo, Pérez Sánchez describe la personalidad
del poeta hispanolatino (348-410):
«Ignoramos dónde descansan las cenizas
de este gran poeta, que a la vez fue un fervoroso creyente y un hábil
polemista; pero conocemos su figura gigante a través de sus poemas, en los
cuales encontramos dibujado un Prudencio, enamorado de la belleza y del arte,
fino, distinguido e influyente. Conocedor de las epopeyas anteriores, quiso
dejar para la posteridad unos hermosos cantos, llenos de musicalidad, y en los
cuales perpetúa nombres de fervorosos creyentes, mártires de la fe. Y cuando el
cristianismo se vio atacado, Prudencio, que en su juventud había empuñado la
espada para defender al emperador Honorio, ahora, maduro ya, empuña la pluma y
arremete contra los enemigos de la cruz».
Dentro de
los actos de la V Conferencia regional que se celebró en la Primera Iglesia
Bautista de Sabadell, hubo un encuentro musical con «la participación de las masas corales que, al finalizar,
cantaron el Salmo 100, unidos bajo la dirección de don Pedro Puig Inglada». Tras la Conferencia, el cronista Alberti reivindicaba: «…y en cuanto a lo demás decimos a quien corresponda que
sería muy bueno organizar un día especial para coros y conciertos, ello
permitiría hacer una mejor labor en ambos aspectos». Mientras que en Catalunya se celebraba el encuentro de las
iglesias bautistas, en Santa Cruz de Tenerife elegían a los nuevos oficiales de
la iglesia: diáconos, secretario, tesorero, bibliotecario y director del coro.
Julio Quintero sería el elegido, ostentando el cargo durante más de diez años.
Al este de la península, en 1957 se celebraron bautismos en la iglesia valenciana
de Carlet, evento que recibió la visita de «hermanos
de otras iglesias, entre los que se hallaban los componentes del coro de
Valencia, quienes actuaron tanto en el culto de predicación como en el momento
de los bautismos, entonando parte de su extenso archivo musical. Fue una nota
simpática y dio realce a tan solemne acto. La capilla estaba llena y nuevas
almas tuvieron la oportunidad de oír la Palabra de Dios».
En aquel
mismo año apareció en Entre Nosotros una paráfrasis musical de 1ª de Corintios
13, escrita por Paul Johnson y traducida por O Jornal Batista de Rio de Janeiro.
Con el título de ‘El miembro del coro’, el artículo empezaba así: «Aunque yo cantase como el brillantísimo Caruso y con la
dulzura de los ángeles, si no tengo el sentido de lealtad que me impele a ser
fiel en mi coro en todos sus ensayos y servicios, mis talentos no tendrían más
valor para mi Señor y su iglesia que el metal que resuena o el címbalo que
retiñe. Y si tuviese el don de una bella voz y conociese todos los misterios
del dominio de la respiración y tuviese todo el conocimiento de un grande
repertorio o si tuviese todo poder para transportar a mis oyentes, mas no fuese
fiel a mi coro en todos los ensayos y servicios, mi habilidad para servir al
Señor en su Iglesia nada sería». Y
concluía mimetizándose con las últimas palabras del capítulo paulino: «ahora, pues, permanecen una bella voz, la capacidad para
usarla y la fidelidad, estas tres: mas la mayor de ellas es la fidelidad».
Como ya hemos podido ver a lo largo de este capítulo, la revista denominacional bautista acostumbraba a recoger artículos musico-teológicos bien redactados y con sólida argumentación. Manuel Pérez del Busto se prodigó en títulos como ‘El Salmo del Pastor’, ‘Cristo, el guía de las almas’ o ‘Música celestial’. Asimismo, Pere Puig Ballonga escribió en tres entregas ‘La música en la Iglesia cristiana’ y otros artículos de carácter teologal como ‘El valor de la Biblia para el cristiano’, o de ficción: ‘Yo fui un cobarde’. O también la alegoría anteriormente citada de Raúl Sampablo: ‘Música y Espíritu’. Otras salieron de la pluma del afamado dibujante y escultor Raimon Llort Gasset (1911-1992), como ‘La idea del arte ante el cristianismo’, una réplica directa a ciertas críticas negativas en cuanto a arte y fe. Lo sustancial de su planteamiento partía de la pregunta «¿Por qué son bellas las cosas?», concluyendo con la «postura estética de raigambre bíblica hermoseará con un ‘formosus’ –dando forma sublimada– los sentimientos del hombre, y le procurará a la inteligencia el esclarecimiento de aquel volumen armónico y equilibrado del más bello Acto de todos los tiempos: el Acto de la Creación restauradora. Esto es en el orden bello una acción de retoques de la persona humana casi nihilizada por el pecado. Es, pues, la Redención un hecho de magnitud estética… Y aquí el arte, en las soñaciones, no hará otra cosa que rememorar con su hacer ennoblecido aquel hecho estético. Es verdad que el arte es menos cerebral, pero tiene más fina percepción de las delicadezas del alma. Ella se afana en la constante búsqueda de lo verdadero, de lo bello y de lo bueno en pos de un Ideal superior, persiguiendo en la semblanza aquel Ideal que compete al concepto absoluto de Dios».
Además de especializados
artículos, un suceso destacado de la segunda mitad de los años cincuenta fueron
los conciertos de la soprano Virginia L. Babikian (1925-1997) en Barcelona, Barceloneta y Badalona, interpretando Bach,
Haendel, Haydn, Brahms, Debussy o Mozart, acompañada al piano por María Luisa
Cantos. El rotativo bautista informaba: «Su
presencia era esperada con la máxima expectación, ya que los programas de mano
nos la anunciaban como una consumada cantante. Habiendo actuado durante el
pasado año en dos ocasiones bajo la batuta de Stokowski, fue también
galardonada como la cantante más sobresaliente en los festivales de Berkshire,
Massachusetts, residiendo actualmente en la capital de Italia como becaria del
Roma Opera Company». La crónica
resumía las audiciones con estas palabras: «Virginia
Babikian nos demostró una verdad inefable: a través del arte también podemos
llegar hasta Dios. Quiera Él que su enseñanza no caiga en saco roto y sea éste
el comienzo de una etapa de renovación. Entretanto, volvemos a decir: ‘Gracias,
Virginia’».
Si bien la
división bautista originada en 1949 por discrepancias entre Juan David Huguey y
Samuel Vila se acabó de materializar definitivamente el 9 de enero de 1957 con
la fundación de la Federación de Iglesias Evangélicas Independientes de España
(FIEIDE), la vida espiritual entre las iglesias de marca bautista continuó siendo
positiva, con signos de estabilidad, sin atisbo de rencillas entre ambas denominaciones
e incluso con sendas colaboraciones. En 1958, en su programación para las
diferentes agrupaciones infantiles y juveniles, la revista Nuestra Labor instaba
a la alabanza a Dios mediante artículos como ‘La poesía en los himnos’, ‘Los
cantos de David’ o ‘Cantad alegres a Dios’. Basado en el Salmo 100, este último
escrito sugería y daba ideas para las asociaciones femeniles bautistas de ambas
ramas denominacionales, ya que durante la década de los cincuenta continuaron
compartiendo recursos. Diferentes apartados como ‘María, hermana de Aarón’, ‘Los
coros en la antigüedad’ o ‘Pablo cantaba himnos’, invitaban a reflexionar sobre
la música y la alabanza, concluyendo con una mirada a la vida de JS Bach, su
obra y música. En otro apartado dedicado a la Sociedad Auxiliar de Señoritas se
invitaba a enseñar música a los niños, con cantos como ‘La nave evangelista’,
con lecturas de los salmos o con explicaciones sobre el pentagrama y las notas.
Sin lugar a
duda, los eventos más importantes de la Unión siempre contaron con la música
como eje unificador e inspirador. La inauguración del templo bautista de Turís
en 1959 bajo el pastorado de Llorenç Juan Lacué (1931-2008), contó con la presencia de los esposos Mefford y Gerald A. McNeely (1924-2017), «quienes cantaron preciosos himnos que impresionaron
agradablemente a los asistentes».
En tan señalada celebración se entregó a la iglesia turisana la Biblia que
habitualmente usaba el misionero Érik Anderson Lund (1856-1933)
hacia finales del siglo XIX e inicios
del XX, y que también usó cuando predicó por primera vez en Burjassot.
Pero en
1959 un triste y luctuoso suceso golpearía a las iglesias catalanas: la
desaparición del músico Pere Puig Inglada debido una caída en accidente
laboral. Su entrega a la obra y al ministerio musical y coral en la Primera
Iglesia Bautista de Sabadell durante más dos décadas, había sido de gran inspiración
para todas las congregaciones, por lo que su ausencia dejó un profundo vacío. Sin
embargo, tras unos meses de búsqueda de un director fuera de la congregación, la
vacante directiva de la coral la ocupó su hijo, Pere Puig Ballonga, inaugurando
una fructífera etapa musical que daría alabanza a Dios en los cultos regulares vallesanos
e influenciaría positivamente a muchos creyentes.
Gràcies Josep
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