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V, VI y VII Semana de Música (1980-1982)
La IV Semana de Música que se había celebrado en 1979 tuvo como director outsider a Miguel (Mikey) Anthony Gonzales (1949-) en sustitución de Errol Simmons, quien delegó la responsabilidad por tener que ausentarse por causa de su tiempo sabático en Estados Unidos. Junto a la dirección de Gonzales y la cooperación de su esposa Dalia Marroquín, Pere Puig Ballonga (1929-2016) y Daniel Grau Albí (1953-) fueron el núcleo del claustro de profesores. Sin embargo, Daniel Grau forjó una gran sintonía y amistad con Gonzales, quien tuvo mucho que ver con la decisión de la familia Grau-García de trasladarse a los Estados Unidos con la finalidad de que Daniel estudiara teología y ejerciera ministerios de música y jóvenes en diversas iglesias hispanas. Además de Gonzales, la relación con el pastor Frank Moreno (1950-) fue muy importante en todo el proceso de toma de decisiones que, tras dos años de oración, se concretaría en 1981.
La
siguiente Semana de Música, la V, se celebró del 18 al 26 de agosto de 1980.
Con la vuelta de Errol Simmons a la dirección, el evento contó con los mismos
profesores que la anterior edición: Pere Puig Ballonga, Daniel Grau Albí, Núria
Puig Mayor, José W. Mefford y Antonio Miguel Aparici Pastor, exceptuando Sarah K. McNair. La obra musical escogida para aquel año fue ‘Encuentro’, una
cantata juvenil que el coro interpretó públicamente el domingo 24 y que tuvo
como solistas principales a Errol Simmons y Núria Puig Mayor, además de la narración de Jorge J. Pastor.
Uno
de los asistentes, Luis Manuel Pastor (1943-), artista plástico de renombre, dejó
en las páginas de El Eco una reseña a modo de reflexión. Entre palabras aduladoras
al evento, al Montgó y a las viandas, terminó su narración con la siguiente
proclama: «Es
la primera vez que asisto a esta Semana de Música, y me ha sorprendido que en
vez de haber cincuenta no hubiera quinientas. Si Dios quiere, pienso asistir el
próximo año, aunque empiece un día después de lo anunciado y falte también el
profesor de guitarra prometido y, desde mi punto de vista, el equipo de trabajo
no estuviese seleccionado con suficiente rigor. Mi experiencia ha sido muy positiva.
He aprendido que la amonestación y enseñanza de los ancianos siempre es sabia,
así como la intuición de los pequeños no lo es menos. Terminamos la semana con
la promesa de nuevas actividades para el próximo año».
En
el siguiente vídeo se puede escuchar una grabación del coro de la Semana de
Música interpretando la cantata ‘Encuentro’, en un registro previo a su
actuación en la Iglesia Evangélica Bautista de Dénia ‘La Trinidad’.
En
1981 se celebró la VI edición de la Semana de Música y también fue la fecha en
que, después de dos años de oración, la familia Grau-García se trasladó a Estados Unidos por un periodo de nueve
años (familia
formada por los esposos Daniel y Abigail, y los hijos Eliezer y Bernabé;
Abigail junior nacería posteriormente en Houston). Daniel estudió teología
en el Seminario Teológico Bautista de Nueva Orleans (Luisiana), gracias a una extensión
en Houston (Texas) y en Tampa (Florida), ciudades de residencia
de la familia. En el tiempo que estuvieron en el país (1981-1990), Daniel ejerció como pastor de música y
jóvenes en dos iglesias; primero en Houston y después en Tampa, dirigiendo
coros y ministrando en dos congregaciones hispanas con una membresía media de
entre 250 y 300 personas, siendo, también y por un tiempo, pastor asociado en
Tampa. Asimismo, en el último año en Estados Unidos, Daniel Grau emprendió
acción misionera, abriendo iglesia en una población cercana a Tampa, en St.
Petersburg (Florida).
Además de
otras facetas, su esposa, Abigail García Esteve, desarrolló diversos
ministerios con niños, principalmente relacionados con la música, dirigiendo
coros infantiles.
Si
bien el tiempo de la familia Grau en Estados Unidos fue muy bendecido para las
congregaciones en las que ministraron, suponiendo también un propio crecimiento
teológico y espiritual, tras el retorno a València y a Carcaixent, Daniel
aportó sus capacidades y bien hacer implicándose en diversos ministerios
musicales. Por una parte, fue docente y director coral en varias Semanas de
Música de los años noventa; y, por otra, fue parte importante en la
organización y dirección del Cor Evangèlic Unit Valencià que actuó en un
célebre concierto en el Palau de la Música de València en 1992, donde,
asimismo, Abigail tuvo una de las participaciones solistas destacadas.
Como ya he anunciado anteriormente, en 1981 se celebró la VI Semana de Música en Dénia –del 17 al 23 de agosto– bajo la dirección de Errol Simmons, aunque sin la participación de Pere Puig, quién declinó por divergencias conceptuales. La obra escogida fue ‘Aleluya, Cristo vive’ del influyente compositor estadounidense John Willard Peterson (1921-2006), una cantata que, además de la línea argumental y compositiva de Peterson, reunía algunos de los himnos anglosajones más populares de la Pascua cristiana. Con similar estructura docente que las pasadas ediciones, ‘Aleluya, Cristo vive’ se interpretó el domingo 23 de agosto en la Iglesia Evangélica Bautista de Dénia. De aquella edición no disponemos de ninguna grabación con suficiente calidad para ser publicada, por lo que, en su defecto, opto por compartir una bellísima versión femenina del Coro Liceo de Santa Marta de Talca (Chile), que gentilmente nos cede.
1982
fue la última edición de la Semana de Música de la primera etapa (1976-1982), que tras cinco años de paréntesis se
reemprendería en 1988. También fue dirigida por Errol Simmons, concluyendo su
trabajo como Promotor de Música de la UEBE un año después, aunque permaneciendo
en el país con diversos ministerios docentes y pastorales hasta 1987, fecha en
que aceptó emprender una nueva labor misionera en Hungría, fundando en 1990 la International Baptist Lay
Academy
en Budapest. Tras años de experiencia y dedicación en España, el tiempo en
Hungría fue muy bendecido y efectivo. El bagaje acumulado en nuestro país
participó aún más en una mejor inmersión misionera.
Sus
palabras, recogidas en el East-West Chruch Ministry Report en otoño del 2000, así lo
reflejan: «A
menudo, en vano, intenté animar a los misioneros recién llegados, no sólo de
grupos paraeclesiales sino también de agencias denominacionales, a que
dedicaran tiempo a conocer a los cristianos húngaros y sus iglesias antes de
decidir qué necesitaban. Muchas de las estrategias y programas diseñados en
Norteamérica y otros países occidentales simplemente no satisfacen las mayores
necesidades espirituales de la gente de Europa Central y Oriental. El personal
de la misión primero debe ser aceptado y tener la confianza de los nacionales
con quienes sirve antes de ganarse el derecho a ayudarlos a desarrollar
iglesias locales. No hay atajos. El personal misionero debe estar dispuesto a
asumir el precio de la adaptación y la aceptación cultural antes de convertirse
en agentes legítimos de cambio. La fundación y el desarrollo de iglesias pueden
ser realizados por misioneros con la guía del Señor, pero lo hacen con mayor
eficacia quienes están dispuestos a fundar sus vidas y aprender el idioma, la
cultura y la forma en que se testifica, evangeliza y discipula en el contexto
de la sociedad anfitriona. Demasiados quieren trabajar ‘en paralelo’ (otra
forma de decir ‘nosotros haremos lo nuestro y ustedes lo suyo’), pero no en
colaboración con las iglesias húngaras históricas. Y eso, en mi opinión, es un
grave error misionero y una gran tragedia que estamos presenciando en muchos
países hoy en día. […] Sólo espero que los líderes y el personal de las
agencias misioneras tomen nota de sus preocupaciones y defiendan y pongan en
práctica una estrategia misionera basada en un enfoque de auténtica
encarnación».
De
aquella última edición de la Semana de Música de 1982, la VII, no disponemos de
ningún registro sonoro ni tampoco ninguna grabación de la cantata. El evento se
celebró del 16 al 23 de agosto y en la publicidad se notificaban las materias
que se iban a impartir, manteniendo una estructura similar desde los inicios en
1976: «canto,
dirección coral, solfeo, organización y dirección de coros de niños,
himnología, coro de campanillas de mano, la música en la iglesia y más cosas». La obra ensayada e
interpretada fue ‘Los seguidores de Cristo’, una cantata de diez números
compuesta en inglés en 1979 por Mark Blankenship (1952-)
y Ed Seabough (1932-) que no supuso gran
dificultad musical para el alumnado.
Tras
un paréntesis de cinco años, la Semana de Música se reanudó en 1988, cuando
Elies Cortés Casanovas (1957-), que había asumido el
cargo de Promotor de Música de la UEBE un año antes, la instauró de nuevo. La dirección de Elies Cortés fue participada con la
subdirección de Núria Puig Mayor, reiniciándose así una nueva época de este
bendecido ministerio.
Además
de los numerosos profesores y docentes que a lo largo de los años dedicaron
tiempo y conocimientos a la Semana de Música, el cuadro histórico de los
directores de 1976 a 2025 es el siguiente:


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