© 2024 Josep Marc Laporta
1- Armonios,
órganos y órgano de tubos
2- IV
Congreso Evangélico Español
1- Armonios, órganos y órgano de tubos
Si el armonio de fuelle a dos pedales fue el instrumento predilecto de los bautistas en la alabanza congregacional durante más de medio siglo, su sustituto, el órgano electrónico, también lo fue, aunque por mucho menos tiempo. Cumplida su función con creces, el paso del armonio al órgano fue obligado por las grandes novedades y prestaciones de este último, con más posibilidades sonoras y tímbricas, con el doble teclado y la inclusión de pedalera de una octava para las notas graves.
En 1965, la
Església Evangèlica Baptista Bonanova de Barcelona inauguraba el primer órgano
electrónico de los bautistas que, según afirmaban las crónicas, «ha dado un realce extraordinario a nuestros cultos». En él aprendieron organistas como Ambròs Monsó Celma (1952-), que directamente recibió clases del misionero José Mefford (1921-2005).
Como parte de la adquisición, se
realizaron una serie de actividades orientadas a sustituir el antiguo armónium
por el nuevo instrumento, destacando el concierto pro-órgano del 6 de enero de
1965 que ofrecieron Maria Luisa Cantos (1943-) y el violoncelista Josep Trotta
Millán (1906-1979).
Para alcanzar el montante necesario para la compra también se abrió una
suscripción entre la membresía.
Pero la vida de aquel órgano electrónico
en la iglesia de la Bonanova fue corta. En menos de dos décadas fue sustituido
por una nueva adquisición: el órgano Hammond con Leslie. Por un lado, el instrumento
con dos teclados y pedalera completa y, por otro, el Leslie en un mueble
aparte. La función del Leslie era simular una variedad de sonoridades o
ubicaciones sonoras a modo de los órganos de tubos, creando una nueva
percepción espacial en cada nota. El mueble, con altavoces giratorios en su
interior, conseguía simular una sensación espacial incomparable a cualquier
altavoz fijo.
Otras iglesias del país fueron
incorporando el órgano electrónico hacia finales de la década de los sesenta y
principios de los setenta, sin que, en lo sucesivo prácticamente ninguna otra congregación
de la UEBE apostara definitivamente por el modelo de órgano con Leslie, lo que
convirtió a la congregación barcelonesa en peculiar. Posteriormente, la Iglesia
de la calle Verdi de Barcelona, de trasfondo bautista, aunque afiliada a la
FIEIDE, también adquiriría un órgano con Leslie. Y a finales del siglo XX, Josefina
López Sevilla (1916-2005) de la Iglesia Evangélica Bautista de Albacete obtuvo, de manera
particular, un Hammond B200, con pedalera y Leslie, que sería usado temporalmente
en la congregación albaceteña.
No obstante, si en 1965 llegaba el
primer órgano electrónico a una congregación de la UEBE, un año antes la
Primera Església Evangèlica Baptista de Sabadell estrenó un flamante
instrumento, pasando directamente al órgano de tubos. Este cambio no tuvo
parangón en ninguna otra iglesia bautista del país, aunque tres décadas antes
Samuel Vila Ventura (1902-2002) quiso dar realce al frontispicio interior del templo de la
calle Galvani de Terrassa con una reproducción en cartón-piedra de unos tubos,
imitando a los del pipe
organ.
Pero tan sólo fue una imitación estética, manteniendo el pequeño armonio de
fuelle accionado por pedales que a principios de los años setenta se reemplazaría
por un órgano electrónico.
«El jueves 7 de mayo de
1964 se celebró en la Primera Iglesia Bautista de esta ciudad [Sabadell] un gran acontecimiento, de esos que contribuyen a hacer
historia; de los que marcan en verdad una etapa. Esta Iglesia estrenó en ese
día un órgano». La noticia de El
Eco, firmada por Isidro Amat, recogía un suceso único en la historia bautista:
la adquisición de un órgano de tubos de segunda mano perteneciente hasta la
fecha a la Comunidad Evangélica Alemana de Barcelona. La operación coincidió
con la renovación del órgano de la Iglesia de la calle Brusi y la
correspondiente compra de uno nuevo, lo que permitió a la congregación
sabadellense obtener el antiguo. La operación fue promovida e impulsada por el músico
y director de la Coral Al·leluia –Pere Puig Ballonga (1929-2016)— que había recibido clases de órgano de un familiar suyo –Pere Inglada
Sanmartí (1910-1980)—
en la misma Deutschsprachige
Evangelische Gemeinde, quien ejercía funciones de organista suplente. Al conocer
las intenciones de sustitución del órgano de tubos, Puig Ballonga empezó las
gestiones a fin de adquirirlo e incorporarlo a la congregación de Sabadell.
La crónica de época lo narraba así: «Todo ello ha sido posible gracias a diversas circunstancias
que han concurrido para el feliz éxito de esta apetencia noble». El magnífico órgano marca Walter, «es carísimo, pero la citada congregación alemana ha hecho
casi una verdadera donación al facilitarlo en condiciones ventajosísimas a la
Iglesia de Sabadell. Por otra parte, se ha contado con una aportación
voluntaria pero entusiasta de muchos hermanos miembros de la Iglesia que en
forma ordenada de bonos han suscrito la llamada ‘Operación de las 1.000’, por
la que cada persona se compromete a contribuir con esa cantidad en un plazo de
tiempo señalado y amplio para facilitar la colaboración; también se han
recibido aportaciones de otras personas, donativos de España y del extranjero,
así como de la Misión Bautista Española».
La instalación del órgano fue laboriosa, realizada por especialistas organeros que tuvieron que desmontarlo en la iglesia alemana, trasladarlo a Sabadell y adaptarlo al balcón del coro en la nueva estancia. Finalmente, el jueves 7 de mayo de 1964 se realizó un acto unido de las iglesias hermanas de Sabadell y Barcelona, «estando presentes los Sres. Whitten y Hilliard con sus respectivas esposas; el pastor Samuel Vila de Terrassa y los pastores Antonio Almudévar e Isidro Amat». El pastor de la Iglesia, Joan Juan Lacué (1933-), abrió la sesión con palabras de bienvenida y gratitud a todos los presentes, agradeciendo también a la comunidad alemana su participación. El acto fue un concierto de «música sacra a cargo del Coro de la Comunidad Alemana bajo la dirección del maestro Guntram Hecht [1923-2018], organista titular de la Capilla Alemana y que también actuó como solista», interpretando diversas obras de J.S. Bach, Heinrich Schütz, G.F. Haendel, Ernst Pepping, W. Henning y M. Frank. En lo sucesivo, los cultos de la Primera Església Evangèlica Baptista de Sabadell serían preludiados por obras clásicas o composiciones adaptadas de la himnología protestante, interpretadas al órgano por Isabel Puig Ballonga (1925-1991) y Pere Puig Ballonga (1929-2016).
En los albores de la década de los setenta, bastantes congregaciones bautistas españolas ya habían renovado sus armonios por órganos electrónicos. En algún caso muy excepcional, como en la iglesia de Dénia, después de su paso por un órgano electrónico sencillo, a finales de la década de los ochenta adquirieron una simulación electrónica de órgano de tubos de marca Johannus –firma holandesa de cierto renombre–, pero que en realidad no dejó de ser un órgano electrónico con un mueble más elegante. En otros lares, como en la Primera Iglesia Bautista de Madrid, el cambio de armonio a órgano y su subsiguiente renovación obtuvo serias discrepancias entre la juventud de la época, ya que los flamantes sintetizadores que irrumpían en el mercado en los años ochenta, además de buenos registros organísticos ofrecían una infinidad de posibilidades sonoras.
El siguiente paso fue la incorporación del piano a los cultos bautistas, que paulatinamente llegó entre los años ochenta y noventa, ofreciendo una dinámica musical más acorde a los tiempos. No obstante, muy pocas de las congregaciones que dispusieron de piano y órgano pudieron disfrutar de la bella combinación de ambos instrumentos para acompañar el canto, ni tampoco de instrumentistas experimentados para lograrlo. Entre ellas sólo se puede contar la Iglesia de Dénia y la Bona Nova en Barcelona. Otras, como la Primera Iglesia Bautista de València o la de la calle Galvani de Terrassa, que después devendría en la Església Unida, tuvieron muy breves experiencias de aunar órgano y piano.
1- IV Congreso Evangélico Español
El evento más destacado del protestantismo de finales de
los sesenta fue el IV Congreso Evangélico Español, celebrado en el Gran Price
de Barcelona entre los días 30 de octubre y 1 de noviembre de 1969,
coincidiendo con el primer centenario del establecimiento de las iglesias
evangélicas en el país. Con el tema general ‘Nuestra común vocación al
testimonio y al servicio en España’, el encuentro contó con la presencia de prácticamente
un millar de congresistas, superando la asistencia de los anteriores de 1919,
1929 y 1934. No obstante, la concurrencia fue baja, ya que hasta la última
semana el Comité Organizador no recibió el permiso correspondiente por parte de
las instancias gubernamentales, condicionando la movilidad y asistencia de
creyentes de otras regiones de España.
El Congreso y su Comité Organizador fue presidido por el pastor de la Primera Església Baptista de Barcelona, Pere Bonet Such (1918-2011). Y, tal y como indicaba el programa, también contó con la participación bautista de Samuel Rodrigo Mora (1918-1995) en funciones de secretario y ponente del tema ‘Nuestra unidad en la tarea común’, y, como adjunto al Comité, Pere Puig Ballona (1929-2016) fue el responsable de la parte musical. Otros ponentes bautistas fueron Joan Juan Lacué (1933-), con el tema ‘Nuestro servicio aquí y ahora’ y Juan Torras Vila (1927-2007), entonces vicepresidente de la UEBE, desarrollando el tema ‘Unidad, servicio y testimonio’.
El
Comité Organizador adjudicó la responsabilidad de la organización musical a
Pere Puig Ballonga, quien tomó varias líneas de actuación. Primeramente, la creación del
himnario del Congreso, que se incluiría dentro del librito del programa, con veintinueve
partituras tomadas directamente del Himnario de las Iglesias Evangélicas de
España, editado dos años antes. Los himnos que se cantaron fueron los siguientes:
1-A
Dios dad gracias, dad honor (HIEE-1)
2-Alma,
bendice al Señor (HIEE-6)
3-Al
trono majestuoso (HIEE-3)
4-Alzad
un cántico de amor (HIEE-264)
5-A
Ti que por tu muerte al mundo vida das (HIEE-187)
6-Bendice,
¡oh, alma mía! (HIEE-8)
7-Cantad
alegres al Señor (HIEE-9)
8-Castillo
fuerte (HIEE-166)
9-Con
cánticos, Señor (HIEE-10)
10-Cual
pendón hermoso (HIEE-151)
11-Dios
hasta aquí me acompañó (HIEE-115)
12-Dios
mío, cuando pienso en las mercedes (HIEE-20)
13-Dios,
nuestro apoyo en los pasados siglos (HIEE-221)
14-Engrandecido
sea Dios (HIEE-25)
15-Fe
de los fieles (HIEE-358)
16-¡Firmes
y adelante, huestes de la fe! (HIEE-155)
17-¡Gloria
a Dios!, porque su gracia (HIEE-15)
18-Grata
certeza: ¡soy de Jesús! (HIEE-122)
19-Iglesia
de Cristo (HIEE-64)
20-Jesús,
yo he prometido (HIEE-137)
21-¡Más
cerca, oh Dios, de Ti! (HIEE-131)
22--Nuestro
sol se pone ya (HIEE-227)
23-Nunca,
Dios mío, cesará mi labio (HIEE-17)
24-Roca
de la eternidad (HIEE-83)
25-Santa
Biblia para mí (HIEE-183)
26-¡Santo,
Santo, Santo! (HIEE-18)
27-Señor,
heme en tus manos, dirígeme (HIEE-174)
28-Sólo
a Ti, Dios y Señor (HIEE-21)
29-Un
amigo hay más que hermano (HIEE-66)
Como
segundo aspecto musical, Puig Ballonga preparó un coro unido de las iglesias
catalanas, que en la práctica lo dirigieron Pere Vargas Morató (1932-2022) y Francisco Costa Llauró (1940-). Antes del Congreso y a modo de preparación, el coro unido
tuvo algunas actuaciones en algunas iglesias de la capital y de la comarca
vallesana. También participó el Coro de Evangelismo en Acción, una formación de
voces más selectas dirigidas para la ocasión por Jaime Fasold (1941-). En
la parte instrumental, el Congreso también contó con los misioneros Esther A.
Kregel (1928-2019) y T. W. Hunt (1929-2014), que acompañaron a la congregación y a los coros con el
órgano. Hunt, músico y prolífico escritor, respondió a las preguntas de la
revista Nuestra Labor:
–
Sr. Hunt, ¿qué ha significado para Ud. ser uno de los organistas del 4º
Congreso Evangélico Español?
–
Una experiencia estupenda, y estoy muy agradecido porque me dieron esta
oportunidad.
–
¿Ha tenido ocasión de asistir a otros Congresos?
–
A muchos.
–
Su opinión sobre este Congreso.
– Ha sido excelente en todos los aspectos.
–
¿Faltaba o sobraba música?
– Quizá
habría añadido más música. Ella sirve para dar nuestro testimonio con más
poder.
–
¿Cómo cantamos los españoles?
–
¡Estupendo! Son muy melódicos.
–
¿Nos diferenciamos de los americanos en el canto?
– En
algunos aspectos. La introducción musical antes del canto en España es más
corta. En América no se empieza a cantar antes de haber sonado la música hasta
la segunda línea. Los americanos cantamos más deprisa. Los españoles son más
lentos, pero cantan con mucho más entusiasmo.
– Muchas gracias Sr. Hunt por sus palabras.
El Congreso concluyó con un concierto especial de la Coral Al·leluia en el templo de la iglesia de la calle Aragón de Barcelona. Según narraba el El Eco, «Digno remate a los solemnes actos del Congreso fue la audición de música sacra a cargo de la renombrada Coral Al·leluia, de la Primera Iglesia Bautista de Sabadell, bajo la experta dirección del maestro Puig Ballonga. El recinto de la Iglesia en calle Aragón, 51, resultó insuficiente para dar cabida a la gran concurrencia que se dio cita aquella noche del 1 de noviembre. El programa, compuesto a base de obras de Saint-Saëns, H. Schütz, Juan Sebastian Bach, Robertson y Händel, en la primera parte, y una selección de espirituales negros en la segunda, fue ejecutado con gran pulcritud y recursos, que evidenciaron el entusiasmo y la buena técnica que imperan en la citada masa coral. Interpretado todo el concierto en catalán, pudo ser seguido por los oyentes de fuera de la región mediante la traducción al castellano de las letras de cada composición, que aparecían en los programas editados al efecto».
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