© 2024 Josep Marc Laporta
1- El himno
nacional de la UFMB
2- Josefina
López Sevilla
3- Engràcia
Ferrer Mascort
4- ‘Mujer
española que guardas la fe’
1- El himno nacional de la UFMB
Tras la
recuperación de ciertas libertades de culto y de la edición del Himnario de las Iglesias Evangélicas de España en 1948, la música y la alabanza de las congregaciones
bautistas españolas vivieron un nuevo florecimiento. Y si por
aquellos años la Unión Bautista de Jóvenes creó
su himno lema mediante composición de Manuel Pérez del Busto, la Unión
Femenina Misionera Bautista de España –fundada en 1948 en
Barcelona– también instituyó su himno nacional. Escrito por Engràcia Ferrer
Mascort (1902-2003) y musicado por Josefina López Sevilla (1916-2005), en
1949 se presentó en El Eco de la Verdad ‘Mujer española que
guardas la fe’, incluyendo la partitura y el texto. Encargado
por la Junta de la UFMBE en aquel mismo año, Ferrer Mascort escribió un poema bien
rimado al que posteriormente López Sevilla musicó.
Pero existe un pequeño dilema entre el
himno de la Unión Bautista de Jóvenes y la
composición lema de la Unión Femenina Misionera Bautista de
España. Pese a que el de los jóvenes fue publicado en 1950 y el de
la organización femenina en 1949, se debería considerar el de la UBJ anterior,
puesto que la convocación y elección como himno lema fue realizada en los
primeros meses de 1949, aunque su publicación en El
Eco de la Verdad fue retrasada de manera incomprensible hasta 1950.
Es por ello que, dentro de la cronología histórica bautista, el canto que
compuso Pérez del Busto fue el segundo de los himnos lemas, mientras que el de
Ferrer y López fue el tercero, teniendo en cuenta, claro está, que la Marcha
Priscila, compuesta en 1903 y recogida en Canticos
Escogidos Priscila, fue la primera y pionera de esta modalidad.
Apuntados los datos cronológicos e introducido el himno de la Unión Femenina Misionera Bautista de España, antes de conocerlo más detalladamente es preciso presentar a sus creadoras: Josefina López Sevilla y Engràcia Ferrer Mascort, cuyas biografías merecen especial atención.
2- Josefina López Sevilla
Albaceteña de
nacimiento, Josefina López Sevilla perteneció a una familia eminentemente
musical de la Primera Iglesia Bautista de Albacete. Su padre, Juan Antonio
López, dirigía en los años treinta una orquesta de pulso y púa, con guitarras,
laúdes y bandurrias, participando activamente en cultos, iglesias y convenciones,
y también ofreciendo conciertos en escenarios seculares como el Casino
Primitivo o el Círculo Recreativo de la capital manchega. El alcance de su
ministerio musical queda recogido en 1934, cuando el rotativo bautista de la
época encomiaba la labor de la orquesta en la Convención: «Y ¿qué
diremos de la Orquesta que amenizó los actos con verdadera solemnidad
religiosa, dirigida por nuestro incansable hermano don Juan Antonio López,
secundado por sus abnegados discípulos? ¿Cómo olvidar el Coro de la Iglesia,
cuyas voces melodiosas y fuertes a la vez daban muestras de espiritualidad y
fervor? ¿Quién no recuerda la orquesta y el coro infantil que con sus
instrumentos y voces angélicas deleitaban a los oyentes?».
La labor musical de Juan Antonio López
en los años treinta fue digna de elogio no sólo por su dilatada labor al frente
de la orquesta, sino también por su empeño en conducir al pueblo de Dios a
elevarle alabanzas de manera renovada y excelente. Pero el director de la
renombrada formación albaceteña fue más que un músico: fue uno de los pioneros
del Evangelio en su ciudad y comarca. Los primeros
cultos bautistas en la capital manchega se celebraron en uno de los locales de
su fábrica, que también cedió en ocasiones para otras actividades eclesiales
cuando la congregación ya tenía su propia capilla, la cual durante un tiempo
incluso estuvo a su nombre por ciertas trabas burocráticas. Sin embargo, su
trascendencia musical y espiritual fue aún más allá. Fue íntima y familiar, con
sus hijos siguiendo sus huellas. Amparo tocaba el laúd lira; Juan, la guitarra;
Sara, el chelo; y Josefina –la autora de la música de ‘Mujer española que
guardas la fe’–, el violín, instrumento del que era una experta, aunque
posteriormente lo dejó de lado para centrarse exclusivamente en la carrera de
piano. En la siguiente imagen se puede ver a Juan Antonio López junto a sus
hijas e hijo. De izquierda a derecha: Josefina (violín), Amparo (laúd lira),
Juan (guitarra), el padre (bandurria) y Sara (chelo).
La autora de la música del himno
nacional de la UFMB, Josefina López Sevilla, culminó la carrera de piano y fue
la organista habitual en la congregación bautista de Albacete, además de colaboradora
habitual de la Unión Femenina, acompañando los himnos y preludiando reuniones
con su bien hacer musical. También disponía de una bella y dócil voz de soprano
lírica, elevando alabanzas en numerosas ocasiones, tanto en su congregación
como en reuniones unidas. Hacia finales del siglo XX grabó una cinta casete de
divulgación, no lucrativa, interpretando trece himnos y acompañándose ella misma de un
órgano Hammond B200, con pedalera y leslie. En el siguiente vídeo incluimos una
de las composiciones escritas por Josefina –Yo canto–, que encabezaba su autoeditado
álbum, titulado como la canción: Yo canto - Josefina de Manjón.
A colación del tronco familiar López-Sevilla y de sus hijas e hijo –Amparo, Josefina, Sara y Juan–, es de destacar la línea filial del matrimonio Pascual-López –Sara–, cuyos hijos fueron parte destacada del grupo Paz (1975-1990) que, con otros estilos y ritmos musicales distintos a los de sus progenitores, llevaron el Evangelio de salvación a muchas ciudades españolas. En definitiva, los Lopez-Sevilla son una larga saga de músicos al servicio de Dios, con bisnietos que a día de hoy continúan con la misión musical y levítica en la ahora denominada Iglesia Bíblica de Albacete.
3- Engràcia Ferrer Mascort
La parte poética
de la composición del himno lema de la UFMB fue obra de Engràcia
Ferrer Mascort. Nacida en Palafrugell
en el mes de diciembre de 1902, Engràcia fue una notable poetisa que desde
joven escribió versos de ámbito secular, preferentemente en lengua catalana,
haciéndolo también en castellano, aunque en este idioma destacan especialmente
los textos religiosos. Se convirtió a la fe evangélica en plena infancia y muy
pronto se alistó como miembro de la Església Evangèlica Baptista de Palamós, con
una participación muy activa, tanto en su congregación como en la Unión
Femenina Misionera Bautista de España.
La producción poética de
Ferrer Mascort fue muy fecunda, con versos escritos para distintas ocasiones,
de diversas temáticas y con una gran sensibilidad cronológica, naturalista, costumbrista,
paisajística, social y espiritual. De los abundantes poemas cronológicos se
podría destacar ‘Bajo cero’, un canto al invierno y a la nieve; o ‘La Noche’,
en el que relata los sonidos del reloj de la villa, las campanas de la iglesia
y el nacimiento de un niño en medio de la noche. De los naturalistas con ecos
de moraleja hay muchos y muy variados, como por ejemplo ‘El sapo y la tortuga’,
‘El ratón goloso’, ‘La oruga y el gorrión’, ‘Las pulgas’, ‘El loro doctor’,
‘Los animales eligen rey’, ‘El lobo y la zorra’, ‘El perro vanidoso’, ‘El gato
pianista’ o ‘Una fiesta en el mar’. De los costumbristas, ‘A mi madre’, un
homenaje a sus setenta y un años de vida, escrito en el mes de abril de 1948; ‘Capvespre
en el camp’, narrando con detalle una cena rural; y ‘Mercat a la Vila’,
desgranando personajes, situaciones y emociones. De los paisajísticos, ‘Tamariu’,
‘El Puig de son Ric’, ‘Aigua Gelida’ o ‘Tossa’ son algunos singulares representantes.
De los sociales destaca ‘1938’, un doloroso repaso a la contienda española;
‘Els senyors de Barcelona’, una sarcástica mirada a los hábitos capitalinos
masculinos; o ‘Estampes actuals’, con una minuciosa narración sobre la vida
social y comercial, con la guerra civil en medio.
De toda su obra se observa una gran
diversificación de temas, usando de manera exquisita y versada el catalán,
idioma adoptado en sus primeros poemas de los años veinte y treinta; mientras
que el castellano, imperativo en la época franquista, se convierte en lengua
frecuente en algunas de ellas, especialmente en las religiosas, publicadas en
el rotativo bautista y en el de la UFMB.
Además de una novela denominada ‘El pas
de les hores’, de tres libros autoeditados (Petits poemes, Poesías escogidas i Álbum
de poesías),
de un ‘Quadern de vacances’ y de sendos guiones de charlas radiofónicas, las
composiciones religiosas de Ferrer Mascort son bellas e ilustradas estampas
teológicas y vivenciales. A menudo firmadas como Engracia Ferrer, E. F. o E. F.
M., también las rubricó con el apellido de su esposo: Engracia Janoher o E.
Janoher. Casada a los cincuenta años con Narcís Janoher Pallí y sin
descendencia, probablemente utilizó el apelativo Janoher para encubrir su
identidad ante su gran producción poética. Otro seudónimo –Lina Castell–
también lo empleó en algunos escritos y poemas para el programa ‘La Voz de la
Costa Brava’ en Ràdio Palamós. Sin embargo, sus amistades y vecinos le pusieron
el sobrenombre de ‘Gracieta Evangelista’ por su afiliación evangélica.
De
sus poesías religiosas –muchas de ellas publicadas en las dos revistas
oficiales bautistas– se podría destacar la gran mayoría. Su esmerada calidad
poética, las temáticas escogidas y la gran capacidad de síntesis bíblica
merecerían un singular apartado. No obstante, dos pueden representar con
acierto a todas las demás: 'Getsemaní' y ‘Marta y María’, mecanografiadas por la poeta palafrugellense.
Para concluir su semblanza biográfica,
seguidamente incluyo una relación de las poesías religiosas, adjuntando los
años de creación de aquéllas que han podido ser datadas.
Consejos (1932)
Navidad (diciembre 1944)
Crepúsculo de otoño (octubre 1944)
El primer Adán (1945)
El postrer Adán (1945)
Considerad los lirios (octubre 1946)
Las diez vírgenes (1946)
Los tres amigos (1946)
Marta y María (1947)
Lázaro (1947)
Getsemaní (abril 1947)
Emaús (1947)
El río Jordán (1948; publ. 1952)
Nochebuena (1948)
Ha resucitado (1950)
Canción de Navidad (1951)
La última cena (1952)
El hijo pródigo
El gran reinado
Oración
Después del diluvio
Noche de agosto
El viejo colportor
Culpable somos
Retorno
Profecía
4- ‘Mujer española que guardas la fe’
Como ya ha quedado patente, el himno lema es obra poética de Engràcia Ferrer Mascort y musicado por Josefina López Sevilla. Se gestó a raíz de un encargo de la UFMB en 1949, razón por la cual no aparece en la primera edición de letra del Himnario de las Iglesias Evangélicas de España que Samuel Vila coordinó en 1948. Pero tampoco aparece en las siguientes reediciones de letra hasta prácticamente veinte años más tarde, en 1968, que se incluyó por primera vez en el libro de música que la Junta Bautista de Publicaciones publicó (HIEE-455).
Tanto la música como la letra de ‘Mujer española que guardas la fe’ recoge el sentir de la Unión Femenina y el gran impulso misionero que la organización tuvo en sus primeros años. Texto y música encajan perfectamente en un modo musical alegre y animoso. La siguiente interpretación retrospectiva ha sido grabada al piano por Anna Cortès.
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