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· Los argumentos del miedo

–La atemorización de las masas mediante la acción política–

© 2015 Josep Marc Laporta

 

Reza una antigua y popular nana castellana: «Duerme, que viene el coco y se llevará a los niños que duermen poco». El miedo siempre ha sido un buen aliado del poder; del poder de los padres, de fanáticos dirigentes religiosos, de los tiranos, de políticos, de gobernantes o de mentes dominantes que pretenden intimidar y someter a sus semejantes mediante la semilla de la amenaza, la aprensión a males mayores o el pánico.

La arquitectura del miedo se basa en la utilización de aquello que se desea o se rechaza como medio para controlar una decisión ajena. Es tan sencillo como influir hacia un estado de duda temerosa, creando una inducción e incertidumbre interesada a fin de conseguir un objetivo determinado. El miedo va unido a la ignorancia, tanto en el sentido de absoluto desconocimiento lo que indicaría ausencia de miedo como de ineptitud vital lo que llevaría al sufrimiento por cualquier infundada razón. Ignorar absolutamente puede ser un escudo frente al miedo, como también la poca formación o la dejación intelectual e ilustrada puede conducir a un estado de angustia. A nada teme quien nada sabe; y a todo teme quien no ordena sus pensamientos internos, se reeduca intelectivamente e investiga los porqués.   

 

UNA BREVE MIRADA HISTÓRICA – Cuando a finales del siglo XV y el XVI los aborígenes americanos vieron llegar las primeras naves españolas y portuguesas a sus costas, reaccionaron con extrañeza, curiosidad y sorpresa. No había un miedo real hacia algo tan inaudito y extraordinario como unas casas flotantes. Básicamente tuvieron una gran sensación de asombro. Pero cuando empezaron a experimentar las consecuencias prácticas de aquellas grandes naves y vieron cómo sus vidas corrían peligro por el fuego de las armas invasoras, entendieron sin comprender cómo el miedo se apoderaba de ellos. Y los conquistadores también supieron que en sus manos disponían de algo más que un armamento mortal: tenían el arma del miedo.

Darwin estudió las emociones repentinas que provocan reacciones fisiológicas, con estados de ánimos más o menos permanentes que son visibles en los movimientos corporales o en gestos faciales. Identificó seis emociones básicas comunes para seres humanos y animales, entre ellas el miedo.[1] Pero para Freud, en la psicología de masas se puede apreciar el recurso del miedo en el impacto de emociones colectivas capaces de modificar el comportamiento individual.[2] Siempre y a lo largo de la historia ha habido personas dispuestas a dejarse arrastrar por una personalidad individual o colectiva con capacidad de provocar reacciones de fervor, pánico, alegría o violencia. En realidad, no se podría estudiar la historia sin la consideración, el estudio y la comprensión de los comportamientos de masas.[3] 

Un ejemplo lo tenemos en la naciente independencia de Venezuela (1810-1830), que se vio frustrada por la hábil maniobra política de los llamados realistas, encabezada por el cuerpo eclesiástico católico, quienes culparon a los insurgentes del terremoto que asoló varias provincias (26 de marzo de 1812). Fueron miedos generados por una interpretación restrictivamente religiosa de fenómenos naturales considerados castigo divino, combinados con intereses políticos. El terrible terremoto que azotó Venezuela, afectando especialmente las ciudades en manos de los patriotas independentistas, como Caracas y La Guaira, cambió temporalmente el destino del país. Puesto que era Jueves Santo, una gran cantidad de personas se encontraban en las iglesias; por lo que hubo muchos que quedaron sepultados bajo los escombros de los templos. Domingo Monteverde, jefe de los realistas, aprovechó este suceso para tomar Barquisimeto y otras ciudades sin dar un solo tiro, debilitando el ánimo de los insurgentes mediante el recurso del miedo: el terremoto había sido un castigo divino, condicionando la confianza de los independentistas y provocándoles a un permanente temor.

El alma de las masas se encuentra en todos los grandes movimientos sociales y en cualquier agrupación de personas. Los comportamientos multitudinarios afectados por el temor, el miedo a algo, a alguien o a algún suceso consecuente, complican, exageran y transforman los sentimientos individuales. Tanto en los purismos y fundamentalismos religiosos como en las manipulaciones políticas, el miedo de la masa o del grupo se muestra como un catalizador de comportamientos inciertos.


EL ‘PROYECTO DEL MIEDO’ ESCOCÉS – Cuando Rob Shorthouse, el director de comunicación de la plataforma unionista británica Better Together, utilizó la expresión ‘Proyecto del miedo’ (The Project Fear) en informal conversación en uno de los congresos del Partido Conservador, en Escocia se inició la espiral del miedo.[4] Inmediatamente, el rotativo dominical de Glasgow, el Sunday Herald, se hizo eco del concepto y los temores aumentaron exponencialmente resonados magníficamente en los medios periodísticos. Tal y como se iba acercando el referéndum del 18 de septiembre del 2014 sobre la secesión de Escocia, cada vez más titulares de periódicos e informativos de televisión incidían en las incertidumbres de la independencia: «Los expertos temen que una Escocia independiente perdería miles de millones de financiación británica» (The Guardian).[5] «Los académicos temen una fuga de cerebros de los mejores centros científicos del país» (The Independent).[6] «Los ganaderos están preocupados por las incógnitas de una Escocia independiente» (Farmers Weekly).[7] «Pondremos aduanas y policía en las fronteras» (Daily Mail).[8] 

Pero un arma electoral de alto voltaje apareció en el escenario de campaña. Tanto desde el gobierno de Londres como la plataforma unionista Better Together o el ex primer ministro británico, Gordon Brown, lanzaron un mensaje de seria advertencia sobre la ‘bomba de las pensiones’ que estallaría si Escocia optara por la independencia. Los desastres económicos no permitirían pagar las prestaciones a los mayores. La alarma social dio su fruto: tras la votación del día 18, los resultados estadísticos por franja de edad determinaron que los pensionistas fueron quienes mayoritariamente votaron no a la independencia. El mensaje atemorizador y paralizador del miedo a no percibir las pensiones determinó el resultado final de las elecciones.

 

EL ‘PROYECTO DEL MIEDO’ EN CATALUÑA – Los sucesos en Cataluña transcurrieron por parecidos escenarios. La campaña electoral del 27 de septiembre del 2015 fue un punto de inflexión para la independencia de esta pequeña y antigua nación del noreste ibérico. Desde meses antes a la fecha fueron llegando desde el estado español dramáticos mensajes. El ministro de exteriores de España, José Manuel García-Margallo afirmó sin ruborizarse que una declaración de independencia de Catalunya «la condenaría a vagar por el espacio sin reconocimiento y a quedar excluida de la Unión Europea por los siglos de los siglos».[9] Por su parte, el candidato del Partido Popular al Parlamento, Xavier García Albiol, advirtió que «la independencia significaría que las pensiones bajarían o que no se podrían pagar».[10] 

Asimismo el gobierno español, muy preocupado por el imparable crecimiento del independentismo, recurrió a las más altas instancias europeas e internacionales para reforzar su posición de estado mediante el discurso del miedo. Mandatarios como Angela Merkel, David Cameron, François Hollande o Barack Obama sucumbieron ante las presiones españolas para dejar caer sendas declaraciones coercitivas. La cancillera alemana se limitó a declarar: «todos tienen que respetar, garantizar la soberanía nacional y la integridad territorial de los Estados».[11] Sin embargo, el primer ministro británico, que garantizó un referéndum en Escocia y plantea otro para salir de la Unión Europea, se contradijo intentando ayudar al presidente español: «Cuando una parte de un Estado se separa de ese Estado, no formará parte de la Unión Europea, y deberá ocupar su puesto a la cola de otros países que han solicitado ser miembros de la Unión. Ésa es la postura asumida por la Comisión y los principios constitucionales de la Unión Europea».[12] Por su parte, el presidente norteamericano, tras no atender a las presiones del gabinete de García-Margallo para una pronunciación explícita en contra del secesionismo catalán, simplemente se limitó a apuntar delante del rey español, Felipe VI, que estaba a favor de una España «fuerte y unificada».[13] 

Los mensajes de miedo no se detuvieron. La patronal española de telecomunicaciones,[14] los banqueros,[15] los sindicatos,[16] el Banco de España,[17] la Iglesia Católica,[18] el Consejo Superior de Deportes español,[19] una asociación unionista[20] o algunos empresarios no independentistas lanzaron contundentes mensajes sobre las desgracias que sufrirían los ciudadanos catalanes si se independizaran. Desde que los bancos marcharían del territorio catalán hasta que se produciría un corralito económico por falta de liquidez. O desde que el FC Barcelona quedaría permanentemente fuera de las competiciones oficiales hasta que empresas y multinacionales se deslocalizarían y huirían si Cataluña se independizara.

 

LOS AUTÉNTICOS ARGUMENTOS DEL MIEDO – Los auténticos argumentos del miedo son razones sin desarrollar, eslóganes de inseguridad propia y deseos y determinaciones encubiertas. El fondo del miedo es un análisis parcial y sectario de la realidad, llevado al grado de parodia para provocar en otras personas inseguridad y desasosiego. Es la intención de confundir desde la aseveración de una mentira útil, mal construida y poco fundamentada. Pero, contradictoriamente, el emisor que manifiesta envalentonadamente magníficas proclamas y soflamas propagando un miedo existencial hacia otros, lo que en definitiva está haciendo es descubrir su auténtica realidad. Descubre su propio miedo. Detrás del arma atemorizadora que anuncia, habita su temor a una realidad que no quiere ni sabe admitir. Los auténticos argumentos del miedo con destinatario, en realidad, son los propios miedos.

Barack Obama, en uno de sus mítines electorales del 2008 que le llevó a la Casa Blanca, afirmó: «El miedo no puede ser nunca un argumento en unas elecciones». En la política, como en la vida, el miedo es un paralizador de la razón y de la libertad de pensamiento. Atemorizar es lo contrario de seducir. Atemoriza quien tiene miedo y seduce quien es capaz de ofrecer algo atractivo. El que fue el tercer presidente de los Estados Unidos de América, Thomas Jefferson, sentenció con una frase de gran sentido histórico, que poco a poco los ulteriores individuos y sociedades irían satisfaciendo mediante incesantes luchas de emancipación: «Prefiero una libertad peligrosa a una esclavitud pacífica».[21] La libertad de discrepar y dudar, de concebir y deducir, de razonar y desprenderse de prejuicios, de pensar libremente para ser libre de las amenazas, es totalmente lo contrario a los mezquinos argumentos del miedo. La liberación del miedo, como proclamó Nelson Mandela ante las elecciones más importantes de la historia de Sudáfrica, es el ejercicio de una razonable e intelectiva esperanza: «Que vuestras decisiones respondan a vuestras esperanzas, no a vuestros miedos». En definitiva, si hay que ser cautivos de algo, mejor serlo de la esperanza.

 

© 2015 Josep Marc Laporta

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     [1] Darwin, La expresión, pp. 287-297.
     [2] Freud, Obras completas, vol. 22, pp.63 y 127.
     [3] Gustavo Le Bon, The Crowd, pp. 76-78: «Los grandes acontecimientos de la historia no pueden comprenderse sin considerar la participación de las masas».
     [4] 22 de julio, 2013
     [5] The Guardian. 1 de septiembre, 2014.
     [6] The Independent. 2 de septiemre, 2015.
     [7] BBC. 29 de abril, 2014.
     [8] Daily Mail. 6 de septiembre, 2015.
     [9] 10 de marzo, 2014
     [10] 14 de septiembre, 2015
     [11] 1 de septiembre, 2015
     [12] 4 de septiembre, 2015
     [13] 16 de septiembre, 2015
     [14] La Asociación Multisectorial de Electrónica, Telecomunicaciones, Tecnologías de la Información y Contenidos Digitales (Ametic) manifestó su ‘honda preocupación’ por las consecuencias que tendría una hipotética independencia de Cataluña y ha afirmado que la salida de esta comunidad del país supondría ‘un grave perjuicio’ para las empresas y el empleo (18 de septiembre, 2015).
     [15] La Asociación Española de la Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) hicieron una declaración institucional alertando de los ‘riesgos’ para la ‘estabilidad financiera’ que supondría la ruptura con la legalidad por parte de un eventual gobierno independentista surgido de las urnas el próximo 27-S y su ‘exclusión de la Unión Europea y del euro’ (18 de septiembre, 2015).
     [16] Los secretarios generales de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, mostraron su oposición a una posible independencia de Cataluña del resto de España, afirmando en un comunicado el rechazo a la posible segregación de una parte del Estado (21 de septiembre, 2015).
     [17] El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, avisó a los catalanes de los inconvenientes que traería a esta comunidad una eventual secesión, entre ellos un ‘corralito’ financiero, o la salida "automática’ de la Unión Europea (21 de septiembre, 2015).
     [18] El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, llamó a los fieles de su diócesis a «rezar por España y su unidad», y convocó con este fin una vigilia en la Catedral, al tiempo que pidió a todas las parroquias incluir oraciones porque «no hay justificación moral alguna para la secesión». (22 de septiembre, 2015)
     [19] El presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD) Miguel Cardenal cuestionó la capacidad del FC Barcelona para generar ingresos en el marco de una Catalunya independiente. «Hoy en día las finanzas de los equipos vienen marcadas por los ingresos de televisión». Así, «en un país de unos ocho millones de habitantes podrás llegar a ser un equipo de cantera como el Ajax, el Celtic, el Standard... y llegar como muy lejos a los octavos, cuartos de final de la Champions» (21 de septiembre, 2015).
     [20] La plataforma españolista Sociedad Civil Catalana (SCC) envió un millón cartas a un millón de hogares de Cataluña asegurando que, en caso de independencia, los pensionistas cobrarán hasta un 17% menos de pensión (23 de septiembre, 2015).
     [21] Es la adaptación de una frase latina –Periculosam de Malo, servitutem del quietam del quam del libértateme– que el presidente Thomas Jefferson envió en una carta a James Madison, el 30 de enero de 1787.

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